Alpinistas cargan contra el premio Princesa de los Deportes a Wielicki

La Voz REDACCIÓN

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El alpinista polaco Krzystof Wielicki, en febrero de 1980, tras la primera ascensión invernal del Everest
El alpinista polaco Krzystof Wielicki, en febrero de 1980, tras la primera ascensión invernal del Everest

Montañeros españoles le acusan de no haber ayudado a rescatar a un asturiano herido en el descenso del Gasherbrum II

27 may 2018 . Actualizado a las 14:13 h.

Un artículo de opinión ha contando al público lo que era un secreto a voces dentro de los circulos de los alpinistas españoles. Quizá el premio Princesa de los Deportes 2018 al polaco Krzystof Wielicki no sea tan justo como parecía en un primer momento. Estos montañeros críticos con el galardón acusan a este mítico de los 8.000 de no haber prestado apoyo a una expedición en peligro en el Gasherbrum II, que estaba en plena operación de rescate. Así lo cuenta Pedro Gil, cronista de montaña en El Confidencial.

La primera voz de alarma la daba Alberto Ayora, coronel del Ejército de Tierra, miembro del Grupo Militar de Alta Montaña (GMAM) y responsable del Comité de Seguridad de la Federación Española de Montaña y Escalada (Fedme), en un tuit el 17 de mayo, el mismo día de la concesión. Decía lo siguiente: «Pues no. No es justo el #PremiosPrincesadeAsturias para @KrzysztofWielicki. No lo.merece quien no movió un dedo para rescatar a uno de mis hombres en el GII». Su queja es que no ayudó a rescatar a un montañero asturiano, Quico Borja, que se encontraba en una situación crítica en el descenso del GII, que es el nombre con el que los aficionados conocen a esta cima.

Cuenta Ayora que era 24 de julio de 2006, y que él estaba al frente de una expedición con tres miembros del Grupo Militar de Montaña y con uno del Club Pirineísta Mayencos de Jaca. Hicieron cumbre en el Gasherbrum II, a. 8.035 metros, situado en la cordillera del Karakorum. Allí estaba también una expedición dirigida por Krzystof Wielicki, que estaba haciendo el ascenso al mismo tiempo. Los responsables de ambos grupos llegaron los primeros. El asturiano Quico Borja, un cabo primero, con una amplia experiencia y que había hecho las cuatro caras del Urriellu en tiempo récord, abrió gran parte de la ruta y llegó tras ellos, pero un poco cansado. Era temprano y decidieron bajar cada uno a su ritmo, en contacto con los walkies. Quico iba el más lento junto con un capitán, Fernando Yarto, y sufrió una caída en un punto delicado.

Ayora, que ya estaba en el campo 4, le pidió ayuda a Wielicki, para que movilizará a su grupo. Se encontraban a unos 400 metros del asturiano y el resto de los polacos en un punto intermedio entre los accidentados y sus dos responsables, el capitán español y el premio Princesa de los Deportes. De hecho, tenían contacto visual con los polacos desde el punto donde estaba el montañero asturiano. Pero siguieron su camino. No miraron atrás y no les ayudaron. Ayora le pidió explicaciones sorprendido cuando supo a través del walkie que no estaban dando la vuelta. Asegura que su respuesta textual fue la siguiente: «Cada expedición tiene que saber rescatar a los suyos, coge de aquí el material que necesites y rescata a tu gente».

El capitán volvió a por los suyos. Llegó a ellos casi a las siete de la tarde. Bajaron al asturiano, con dolores en el cuello y en un tobillo, a hombros, poco a poco. Montaron un vivac para pasar la noche y siguieron con la primera luz. Pasaron multitud de penurias para bajar. Llegaron al campamento base tres días después. Un enlace pakistaní llegó de parte de los polacos para pedirles el material que les habían dejado para el rescate.