El Peque rompe los estereotipos

Fernando Rey Tapias

DEPORTES

BENOIT TESSIER | reuters

Nadal se mide hoy con un Schwartzman de prometedor futuro, pese a su cuerpo menudo de 1,70 metros y 64 kilos

06 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Si ante Marterer, Rafa Nadal ganaba a un semidesconocido para él, no podrá decir lo mismo del rival con el que se juega hoy su pase a las semifinales (Eurosport, 15.00), Diego Schwartzman. Y no solo porque ya le ha jugado en las 5 ocasiones en que se midieron, sino también porque suelen compartir entrenamientos, el último recientemente en la academia del mallorquín.

¿Quiere decir esto que Rafa tiene un partido fácil? En absoluto. Schwartzman es un jugador en progresión, que a sus 25 años está en la mejor forma y ránking de su carrera (12.º ATP). Ambicioso y combativo hasta la extenuación, viene de remontar un 6-2 y 6-1 ante Anderson, que tuvo el servicio en sus manos para ganar en el tercer set set y en el cuarto, para acabar claramente derrotado en el quinto.

Contra las adversidades

Paradojas de la vida. Un gigantón de más de dos metros, con un formidable saque, vencido por un jugador que apenas llega al 1,70 de estatura. Durante años la falta de crecimiento del argentino auguraba una pobre carrera. Ello, unido a una precaria situación económica familiar, parecían lastrar definitivamente las esperanzas de Diego para llegar a profesional. Sin embargo, el apoyo y la determinación de su madre, que llegó a vender pulseras en los torneos para financiar los gastos de su hijo, y el convencimiento de que a pesar de su estatura podría triunfar en el circuito profesional, lo sostuvieron.

En su etapa júnior prefirió jugar torneos Future antes que las pruebas de su edad, para irse curtiendo y acceder a los Challengers. Y no le fue mal. Llegó a ganar 5 Futures seguidos, y desde entonces elevó su nivel y su ránking. En el 2016 obtuvo su primer título ATP, y a finales de ese año trabajó intensamente con Orazi (que se había encargado durante años de la preparación de Del Potro) y Galván, con un intenso trabajo físico encaminado a mejorar la explosividad, los desplazamientos y los apoyos.

Clima distendido, esfuerzo total

La consecuencia fue un excelente 2017, que acabó en el puesto 25. La progresión continúa en el 2018, hasta el 12.º lugar actual. Formado fundamentalmente en tierra, ha mejorado en la pista dura, como demuestra con su presencia en octavos del Open de Australia y en cuartos del US Open, donde batió a Cilic. Thiem fue otro de los top 10 derrotado por el liviano jugador argentino de 64 kilos.

Entrenado por el ex Copa Davis Juan Antonio Chela, conocido por su juego y sus constantes bromas, Diego reconoce estar a gusto con él: «Entrenamos en un ambiente distendido, pero cuando se trata de trabajar en serio, ahí no entran las bromas».

Conocido con el sobrenombre del Peque, afronta un reto ilusionante: superar la barrera de cuartos en un grande y hacerlo ganando al jugador más dominante en tierra que haya existido en la historia del tenis. Cuenta para ello, con determinación, un tenis consistente, agudeza táctica, y desparpajo para no arredrarse.

Menos potente, más rápido

Rafa sabe que tendrá un difícil rival enfrente. Un adversario mucho más menudo que él, menos potente, posiblemente más rápido y que lo toma como referencia en cuanto a fortaleza mental. Pero el mallorquín está a 3 partidos de agrandar su excepcional palmarés, y en su actual momento de forma, parece difícil para El Peque batirle.

El otro partido de cuartos enfrenta hoy a Juan Martín del Potro y Marin Cilic (15.00).