Caruana con piel de cordero en el Mundial de ajedrez

DEPORTES

FACUNDO ARRIZABALAGA

El estadounidense responde a las expectativas y suma las undécimas tablas en el duelo por el Mundial, poniendo en serias dificultades a Carlsen

25 nov 2018 . Actualizado a las 14:53 h.

Solo los alejados de los sesenta y cuatro escaques pensaban que Fabiano Caurana (Miami, Estados Unidos, 1992) era un corderito. No veían su alma de lobo. Con once partidas gastadas del match por el Mundial, no solo Magnus Carlsen (Tønsberg, Noruega, 1990) parece más vulnerable, sino que parece decidido a apelar a las partidas rápidas para deshacer un empate histórico. La partida del sábado le granjeó críticas en este sentido. La duodécima, última de esta serie antes del desempate, se disputará el lunes a las 16.00 horas.

Cierto es que ya antes se habían registrado más empates en duelos por el Mundial (memorables fueron los cuarenta, no seguidos, de Kasparov y Karpov entre 1984 y 1985 en una final que duró meses y que provocó que se limitase a partir de entonces el número de partidas del match final mundial) pero nunca antes se habían producido once consecutivas sin que previamente alguno de los dos contendientes hubiese podido doblegar a su rival. En el caso de Carlsen y Caruana, la igualdad entre ellos es tal que nada la refleja mejor que esos once empates seguidos.

Para el maestro y entrenador FIDE y presidente del Club Xadrez Arteixo, Óscar de Prado, el análisis es claro: «Habitualmente, en los últimos tiempos, la diferencia de nivel y de ránking entre el defensor del título y número 1 y el aspirante era amplia. Por ejemplo, entre el propio Carlsen y Sergey Karjakin en el 2016. Aún con esas, el ruso se lo puso difícil e incluso le llegó a ganar una partida, pero el noruego siempre fue el claro favorito y remontó. En este caso, Caruana llegó apenas con tres puntos menos, incluso fue virtual número uno a lo largo del año, por lo que ambos sabían que tendrían que arriesgar para ganar».

«Caruana ha jugado muy bien durante este año y mucha gente apostó por él. A pesar de la confianza con la que llegó, no actuó bien en la primera partida y Carlsen dispuso de una clara oportunidad de victoria que, incomprensiblemente, desperdició. Después, en la octava fue el estadounidense el que perdonó, pareciendo temeroso tras obtener cierta ventaja», añade De Prado resaltando que «hasta el momento, Carlsen ha sufrido más».

Es ahora cuando se recuerda que Caruana ha sido el que más veces ha tumbado a Carlsen (aunque el noruego mantiene mucha diferencia en el cómputo de enfrentamientos entre ambos) y que no era raro verle terminar por delante del campeón del mundo en los torneos en los que coincidían.

«Curiosamente, antes del match, en las partidas disputadas en verano y a principios de año, Carlsen superaba a Caruana por momentos durante sus enfrentamientos directos, pero no lograba imponerse como para llevarse la victoria», resalta Óscar de Prado, que apunta hacia otra de las claves que pueden decantar el Mundial: «Se trata del hecho que Caruana disponga de las piezas blancas en la última partida. Carlsen llega con las negras y en cierta desventaja».

Un jugador analítico

La familia de Fabiano Caruana tomó la decisión de que, todavía siendo un niño, el estadounidense abandonase los estudios para dedicarse plenamente a la preparación de su carrera como ajedrecista profesional. También hicieron algo parecido los padres de Magnus Carlsen, cuando dejaron sus puestos de trabajo para dedicarse durante un año y medio a acompañar a su hijo a los torneos. Probaron fortuna y acertaron.

En ese contexto, Caruana se fue modelando como un jugador analítico y estable, aunque en un momento dado estuvo defendiendo la bandera de la federación italiana, para regresar posteriormente a la disciplina de Estados Unidos bajo el abrigo del mecenas Rex Sinquefield.

«Actualmente, el aspirante al título mundial basa su juego en el cálculo concreto, no ejecuta una jugada a menos que esté completamente seguro de sus consecuencias. Se trata de un jugador muy completo que además está muy preparado en el aspecto teórico del ajedrez. Es muy bueno en táctica», analiza Óscar de Prado.

«Digamos que, en contraposición, Carlsen es más intuitivo, de manera que si percibe que una jugada le puede acarrear consecuencias positivas, la ejecuta aunque no haya realizado un cálculo pormenorizado», concluye el maestro y entrenador FIDE.