Rafa Nadal: más agresivo, más irregular en tierra

FERNANDO REY TAPIAS

DEPORTES

JuanJo Martín | EFE

La evolución de Nadal le ha hecho alternar partidos brillantes con otros que alimentan dudas

13 may 2019 . Actualizado a las 08:03 h.

En el año 2005, con solo 19 años recién cumplidos, una superioridad desconocida desde los tiempos de Bjorn Borg. Desde entonces, 11 victorias y 1 final en el Principado, 11 títulos en Barcelona, 5 triunfos y 3 finales en Madrid, 8 victorias y 3 finales en el Foro Itálico, y 11 títulos en Roland Garros, configuran unos registros estratosféricos sobre tierra y que muy posiblemente nunca puedan ser igualados.

Durante estas fantásticas 15 temporadas, solo en el 2015, al igual que ahora, Nadal, no conseguía ganar en Montecarlo, Barcelona y Madrid. Pero aquel año fue fatídico en su brillante trayectoria. Incapaz de superar los cuartos de final de los grand slams y siendo derrotado además de por un gran Djokovic, por jugadores inferiores como Berdych, Raonic, Verdasco, Wawrinka, Brown, etc., Todo eso le llevó a caer hasta el décimo puesto del ránking ATP.

Ajustes en la propuesta

Más errores, mejor servicio, revés más agresivo e iniciativa. ¿Es comparable la situación actual a la de 2015? En mi opinión, no. Tanto en Montecarlo, como en Barcelona como en Madrid, Nadal ha alternado excelentes partidos con otros menos brillantes. Ha estado más irregular que de costumbre, pero también es verdad que sus cambios a un juego más agresivo conllevan el riesgo del aumento de los errores no forzados, una estadística siempre destacada en Nadal.

Está sacando mejor, su revés es mucho más agresivo y busca más la iniciativa. Cuando está fino, como ante Wawrinka, parece imbatible, pero le cuesta mantener ese nivel y, sobre todo, la regularidad necesaria para realizar un tenis de ataque que no ha sido su esquema habitual en su carrera.

Dos primeras derrotas

Del pique con Fognini al solvente papel ante Thiem. Ha sufrido 3 derrotas que cuentan lo mismo a efectos de eliminación, pero de distintas consecuencias en su moral. Fognini ya le había ganado anteriormente, pero la derrota tiene otras connotaciones. El italiano es el único jugador que cuestionó públicamente la deportividad de Nadal, acusándolo de excederse en el tiempo para sacar y de recibir instrucciones de su tío Toni durante los partidos, ante la permisividad de la ATP y la ITF. Desde entonces las relaciones se tensaron, y eso se nota en la pista. Además de este aspecto psicológico, en Montecarlo Rafa jugó uno de los peores partidos que recuerdo, con un segundo set plagado de errores, sin ninguna confianza.

En Barcelona, salvo el primer set ante Mayer, Rafa recuperó sensaciones, jugando a buen nivel frente a Ferrer y Struff. En la semifinal un gran Thiem le superó en un excelente partido.

Desliz en Madrid 

Errores en momentos claves y un Tsitsipas impcable. Madrid, con su altura, no prima las características de Rafa, pero el apoyo del público, y lo que implica su presencia en el torneo, le obligan a incluirlo fijo en su calendario. Los jóvenes Auger y Tiafoe experimentaron las dificultades de jugar ante un rival que mejoraba día a día, y Wawrinka, con deportividad, le agradecía «la lección de cómo hay que jugar en tierra» tras ser apabullado por 6-1 y 6- 2 en apenas 1 hora. La semifinal ante Tsitsipas se sabía complicada, ante un rival que en los últimos meses había vencido a Federer y a Djokovic, y que venía de ganar en Estoril. Verdugo de Zverev, el griego jugó un partido espléndido, evidenciando que puede aspirar a la cima del tenis próximamente. El partido fue extraordinario y Rafa tuvo sus opciones, pero su irregularidad y sus fallos puntuales en momentos decisivos decidieron el partido. Tsitsipas exhibió además una concentración impropia a su edad en un ambiente tan favorable a su rival.

Ahora Roma, donde sorprendentemente estará Federer, satisfecho de su papel en Madrid, con dos pelotas de partido frente a Thiem. Es el último test para Roland Garros. Para unos, además del título, el objetivo es afinar su puesta a punto. Para todos, tratar de no quemarse de cara a París.

Rumbo a Roland Garros

Favorito para Roma y París, pero con Djokovic, Thiem y Tsitsipas como alternativas. Analizando esta parte de la gira en tierra, obviamente Rafa es uno de los máximos favoritos. Pero teniendo muy en cuenta al siempre peligroso Djokovic; a Thiem, considerado siempre como el sucesor de Rafa en arcilla; a Tsitsipas, el más en forma de los jóvenes, con cualidades, pero con poca experiencia en Paris. La presencia de Federer es un regalo para los aficionados. Puede hacer grandes partidos también sobre tierra, pero veremos cómo le afecta el desgaste, si progresa en estos torneos, de cara a Wimbledon. Es un atractivo más a la incertidumbre de si Rafa será capaz de que, pase lo que pase en Roma, seguir dominando en Paris.