Ni el covid-19 puede con Legrá

Jesús Flores Lojo
jesús flores REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

El exboxeador, que en 1968 se negó a vacunarse de la gripe de Hong Kong antes de su defensa del título mundial, acaba de derrotar al coronavirus

15 may 2020 . Actualizado a las 10:18 h.

Ganó dos veces el título mundial de los pesos pluma y fue siete veces campeón de Europa. Todo un personaje de aquella España en blanco y negro tan necesitada de héroes a los que Franco recibía en El Pardo y les regalaba un piso en la barriada de San Blas. Pero lo que no figura en ningún currículo de José Legra (Baracoa-Cuba, 1943), al que se acaba de incorporar su triunfo sobre el coronavirus tras pasar ingresado varios días en un hospital madrileño, es el desafío que el boxeador nacionalizado español le planteó a la gripe de Hong Kong (un millón de muertos en todo el planeta) en 1969, ante de su defensa del título ante el australiano Famechon.

En el archivo hemerográfico de La Voz, de enero de ese año, encontramos este curioso episodio de la vida del Puma de Baracoa: «Por temor a que le inyectaran algún producto maligno, José Legra se opuso a ser vacunado en Londres contra la gripe de Hong Kong. El promotor Mike Barret dijo al respecto que Famechon recibió una inyección antes de salir de Sídney hacia Londres, pero Legrá parece que piensa que tratan de que le inyecten veneno o algo parecido. Le he dicho que estoy dispuesto a vacunarme al mismo tiempo que él, pero es duro de convencer».

En el trasfondo de la noticia se encuentran los humildísimos orígenes de José Legrá, boxeador para huir del hambre, primero (comenzó ganándose la vida echándose al agua para recoger las monedas que le echaban los turistas yanquis); y para escapar del régimen castrista, después, cuando Fidel prohibió el pugilismo profesional en la isla caribeña. En realidad, toda la vida de este menudo pero fibroso deportista que quería imitar a Cassius Clay ha sido un combate a catroce asaltos entre la fortuna y las calamidades. Él mismo confesaba hace algún tiempo que llegó a ganar cuatrocientos millones de pesetas de la época, pero que los malos negocios lo habían llevado a la ruina. Algunas biografías también hablan de su excesiva afición a las juergas nocturnas y a las mujeres (él nunca lo negó: «el boxeo me ha proporcionado enormes grandes satisfacciones sexuales», declaró con el tono jocoso que siempre le ha caracterizado), pero Legrá siempre ha ido levantándose de los traspiés, si es necesario bailando al lado de las televisivas Mamachicho: estos días en los que su figura ha vuelto a la actualidad por su positivo en coronavirus nos hemos encontrado con un Legrá que en los últimos años ha estado viviendo en una residencia madrileña después de haber abandonado su casa.

Polémica tras el combate

La polémica de aquella negativa a vacunarse contra la gripe de Hong Kong quedó ahí, quizás oculta tras la inesperada derrota que Legrá sufrió ante el aspirante Famechon en un combate cuyo resultado hizo correr ríos de tinta en la época: la prensa más patriota incluso llegó a solicitar la ruptura de relaciones diplomáticas con Gran Bretaña al entender que el árbitro había regalado el triunfo al australiano. En La Voz, el periodista Luis Caparrós casi tuvo que pedir disculpas a los lectores que consideraban que su crítica del combate no había sido lo bastante contundente en afirmar la injusticia del resultado: «Y menos mal que Legrá nació en Cuba, que si llega a hacerlo de Piedrafita para acá...», escribía un par de días más tarde en relación a las duras misivas recibidas. Dos años más tarde, Legrá conquistaba de nuevo el título mundial.

El Puma de Baracoa, de vuelta a su residencia, sonríe ahora con su último triunfo en la vida, en la segunda vez que se encaraba a una pandemia.