A los cuarenta, principales

L. Balado

DEPORTES

Tom Brady vuelve a poner a los deportistas veteranos en lo más alto de la élite

09 feb 2021 . Actualizado a las 09:22 h.

Existen casos de gran longevidad en el deporte profesional. Stanley Matthews, futbolista internacional inglés, no solo ganó el Balón de Oro en 1956 a los 41 años, sino que jugó su último partido en la liga contra el Fulham cuatro días después de cumplir los 50. También existen medallistas olímpicos pasados los 40. Y los 50 y los 60. El sueco Oscar Swahn se colgó la plata en Amberes en 1920 con 72 primaveras encima (en tiro con arco). Pero Amberes nada tiene que ver con lo que será Tokio un siglo y un año después. Ni el fútbol de Matthews era la exigente Premier League actual. Ni la primera edición de la Super Bowl era la misma que ha vuelto a conquistar, con 43 años, Tom Brady.

LEYENDAS EN ACTIVO

Brady, Tiger, el Bala o Slater

Pasados los 40, uno podría conformarse con seguir teniendo un contrato. Lo de Brady es otra cosa. Abandonó los New England Patriots esta temporada. Con ellos había conseguido sus seis campeonatos anteriores. Su fichaje por los Tampa Bay Buccaneers fue visto por algunos como una aventura merecida para uno de los mejores. Llegó, vio y venció. Y el año que viene, buscará más. No es el único caso que sigue en activo. Tiger Woods se impuso en el Masters de Augusta del 2019 con 43 años tras 11 sin ganar un major. Y ahí sigue. Alejandro Valverde, tras un palmarés de leyenda en el pelotón internacional, conquistó el maillot arcoíris a los cuarenta en Innsbruck a los 40. Y después de eso, hizo podio en La Vuelta en el 2019. Y sigue dando pedales. Kelly Slater, para muchos el mejor surfista de todos los tiempos (acumula 11 títulos mundiales), sigue cogiendo olas —del surf, uno nunca se retira—. Suyos son los récords de precocidad (20) y veteranía (39) a la hora de conquistar el título de la World Surf League. Con 40 años, seguía en lo más alto del ránking.

VETERANOS AL VOLANTE

Sainz, rey del desierto

No es común que un padre y un hijo cohabiten en la élite del deporte mundial cuando les separan 32 años. Por eso, el caso de Carlos Sainz —otro de los que sigue en activo— es tan único. Ganó su tercer rali Dakar con 57 años obligando al nuevo piloto de Ferrari a tener que conservar, al menos unos años más, el adjetivo de junior junto a su apellido en el imaginario popular. No es el único que alcanzó la gloria pasados los cuarenta. De hecho, para Juan Manuel Fangio toda la gloria fue después de esa edad. Cinco campeonatos del mundo en total.

AÚN EN EL RECUERDO

Dara Torres brilló en Pekín

Cada vez es más común ver deportistas con carreras más dilatadas. Los profesionales son cada vez más conscientes de la importancia de cuidar su cuerpo y los avances en la medicina deportiva y le preparación física hacen el resto. Incluso en deportes tan físicos como la natación: Dara Torres se colgó tres platas en los Juegos de Pekín en el 2008 con 41 años. No es la única hazaña de este tipo relativamente reciente. Manny Pacquiao se proclamó campeón del mundo súper wélter en el 2019 a los 41 años y la gran cita ciclista española aún recuerda cómo Chris Horner se subió a lo más alto del podio en Madrid en la Vuelta del año 2013 a falta de un mes para cumplir 42 años.

LOS GRANDES CLÁSICOS

De Abdul-Jabbar a Nicklaus

En 20 temporadas en la NBA (1969-1989), Kareem Abdul-Jabbar construyó un legado histórico que a día de hoy sigue siendo imbatible. El es primero en un buen puñado de apartados estadísticos de la historia de la Liga incluyendo, claro, el que más puntos ha anotado jamás en el profesionalismo americano. Semejantes registros solo son posibles con un rendimiento máximo durante toda la trayectoria. Y así fue. El pívot fue titular indiscutible en los Lakers hasta que optó por la retirada. Un año antes de colgar las botas conquistó su último con la franquicia californiana derrotando a Detroit Pistons en la final con 41 años. Tras concluir el siguiente curso —disputó de titular 72 partidos—, dijo adiós a las canchas.

Otro clásico, esta vez del balompié, es Dino Zoff. El portero italiano se plantó en Vigo en la fase de grupos del Mundial de 1982 con 40 años para hacer historia con su selección. Fue titular en la final del Bernabéu dando 44 años después un Mundial a su país y aguantó un curso más bajo los palos del Juventus.

En este grupo de leyendas imperecederas se encuentran también Jack Nicklaus —que a los 46 años logró vencer en Augusta para convertirse en el ganador de más edad de un major en la historia— o George Foreman. El púgil reconquistó el título de los pesados a los 45 ante Moorer después de tener que acudir a la justicia ante la negativa de la federación de dejarle pelear por su edad.

El autocuidado, el entorno y la mentalidad como claves

No hay secretos ni recetas mágicas. Pero sí varios factores que explican el porqué de que cada vez sean más los deportistas que prorrogan su carrera hasta más allá de los cuarenta. Entre ellos: la experiencia, los cuidados, el rodearse de un buen equipo de profesionales y, por supuesto, el estar dispuestos a los sacrificios que conlleva el deporte.

«Simplemente cuidándote puedes alargar tu vida deportiva muchísimo», explica Fernando Huelin, experto en medicina deportiva. «Ya no me voy a LeBron James, Cristiano o Federer. Teresa Portela tiene 37 años y sigue peleándose con niñas de 18. Las cosas cambiaron, la gente se preocupa muchísimo más de su salud y sabe dosificar esfuerzos que en el futuro puedan limitarles», asegura recordando el mérito de la palista gallega, que en Tokio afrontará su sexta cita olímpica.

«Son muchos factores, está claro que no basta con el autocuidado. Hay que tener un buen equipo a tu alrededor que te cuide. Es cierto que la medicina deportiva tiene algo que ver en eso. Pero no solo es eso. Es muy importante el querer. Y el querer es la mente», afirma sin dudar Huelin.

Invertir para durar más

Si hay alguien que sabe de longevidad en el deporte es Jesús García Bragado. A sus 51 años, el marchador estará en sus octavos Juegos Olímpicos en Tokio. «Lo deportistas que tienen contratos millonarios suelen rodearse de un equipo muy caro, pero que se pueden permitir. Entrenadores personales, fisioterapeutas o nutricionistas que les ayudan a seguir estirando su carrera. Podríamos considerarlo un gasto pero para ellos es una inversión. Eso les permite que equipos profesionales les sigan haciendo contratos», relata García Bragada. Un gasto que compensa.