Un torbellino frustró a Djokovic

Fernando Rey Tapias

DEPORTES

JUSTIN LANE

Medvedev plasmó un plan impecable y el Grand Slam vuelve a parecer una quimera

14 sep 2021 . Actualizado a las 09:13 h.

Sabíamos de antemano que Medvedev era el rival más incómodo para Djokovic en estos momentos para jugarse un récord histórico (el Grand Slam) que se mantiene desde hace más de 50 años. Pero lo que pocos sospechaban era que el ruso, al revés que en la final de Australia, y en el propio US Open del 2019 que perdió con Rafa Nadal un partido que tenía ganado, iba a jugar un tenis que rayó la perfección en casi todos los aspectos.

Estrategia clara del ruso

Tácticamente lo tuvo muy claro desde el principio: dominar con su gran servicio y endurecer al máximo los peloteos de fondo. Djokovic nunca se sintió cómodo y la prueba fueron las variaciones que intentó a lo largo del partido con muchas más subidas de las que suele hacer, dejadas… Pero Medvedev no cedía. Con un saque excepcional y una seguridad y agresividad en el fondo extraordinarias, logró que su rival cometiese muchos más errores de los que suele hacer.

Cuando en el primer set el serbio perdió el servicio en el primer juego, y estuvo a punto de volverlo a perder con 0-2, muchos pensaron en que el partido podía ser un calco de los anteriores de Nole: que cedía el primer set y después desplegaba su mejor juego, pero el domingo todo fue distinto, porque enfrente tenía un rival que no le concedía oportunidades al resto y además le superaba en los peloteos, en los que el ruso siempre jugó agresivo para no ceder la iniciativa. Solo en el tercer set alternó alguna bola blanda cortada, para acabar con la confianza de un rival que no sabía qué táctica emplear.

Nole subió varias veces a la red, lo que al principio le dio resultado, pero después, salvo cuando subía con un saque abierto sobre la derecha de su rival y voleaba hacia el otro lado, fue fallando voleas en tantos importantes. Y en cuanto a las dejadas, no las prodigó demasiado, y eso que fue el único lunar que tuvo el ruso a lo largo del partido, con dos bolas al lado de la red jugadas con ingenuidad y falta de toque.

Malas señales para el serbio

Que fuese el balcánico quien intentase acortar los puntos era una muy mala señal para él, cediendo en los peloteos de fondo en los que a priori debía sacar beneficio. Ante un sacador en vena, con un bajo porcentaje propio de primeros saques y sin ser capaz de dominar los intercambios, a Djokovic se le fueron apagando las luces tácticas y aumentando sus preocupaciones de que el partido se le iba.

Los dos primeros sets fueron similares con break del ruso en ambos, que fueron suficientes para ponerse dos mangas por delante. En la tercera, la ventaja fue más amplia a favor de Medvedev, que se adelantó por 5-2 y saque. No había perdido ninguno en la final, pero ahí intervino un público que chillaba cuando iba a servir y entre saques. Se desconcertó, cometió dos dobles faltas y un par de fallos que desencadenaron en el 5-4. El momento era dramático, con Nole sollozando por la tensión de saber que se le escapaba su sueño, y un público que le animaba de forma histérica. Pero Medvedev recobró su extraordinaria firmeza de la final y, aislándose del griterío, cerró un partido histórico, al ganar su primer grande y dejar a Djokovic sin el sueño del Grand Slam.

Demasiado premio

Aparte de la decepción del serbio, son mayoría los aficionados que creen que, en la época de Federer y Nadal, que Djokovic consiguiese el título de mayor prestigio del tenis no parecía justo. Sin quitarle sus enormes méritos a Novak, lo que han supuesto para el tenis la elegancia y el repertorio de Federer, y la mentalidad y deportividad de Nadal, están por encima de Djokovic, un jugador con mucho menos carisma y una reiterada falta de deportividad.

Brutal competencia ahora

Ahora, aunque el serbio sea el más joven y quien mejor estado físico luce en comparación con Rafa y Roger, dudo que pueda repetir el próximo año una situación como la del 2021. Medvedev, Zverev, Tsitsipas, Rublev, Auger-Aliassime, el regreso de Nadal, Thiem y quizás Federer, además de la aparición de jóvenes entre los que figura Carlos Alcaraz, van a poner muy caro que un jugador gane los cuatro grandes en el mismo año.

Aparte del tremendo varapalo, Djokovic se llevó al menos la satisfacción de contar con un público entregado, que quería entrar en la historia del tenis e intentó llevarlo en volandas. El serbio no podrá suceder la hazaña de Rod Laver (en 1962 y 1969, el único en la era open), pero tampoco podrá aducir ya que todos los públicos están en su contra.

Se vio un US Open muy positivo. Para el tenis femenino, con la aparición de dos jovencísimas finalistas que provocan un gran cambio. Para los jóvenes, un notable avance, y para satisfacción de los españoles, espectacular la actuación de Carlos Alcaraz y prometedor el triunfo en la prueba júnior de Dani Rincón. Además, claro, de la consolidación de Medvedev entre los aspirantes al número 1. Para la historia quedará el fracaso de Novak Djokovic al quedarse a un triunfo del Grand Slam, lo máximo en el tenis.