Alaba fue Alaba y Benzema en el clásico

DEPORTES

Enric Fontcuberta

El Real Madrid aplicó orden y contragolpe en un partido en el que el central austríaco dejó su sello en los dos lados del campo

24 oct 2021 . Actualizado a las 20:29 h.

Hay una máxima en el fútbol, y en la vida, que dice que cuando algo funciona es mejor no tocarlo. Algo así debió pensar Ancelotti, porque repitió el once inicial que consiguió golear al Shakhtar Donetsk el martes en la Champions League.

Pero en el Nou Camp se encontró con un equipo distinto. El Barça se desplegó con mucha más valentía en la presión. Los primeros diez minutos fueron un monólogo azulgrana en la mitad blanca de la cancha.

Esa propuesta tenía un riesgo. El conjunto de Koeman dejaba mucho espacio a la espalda y el Real Madrid lleva años sintiéndose muy cómodo cuando puede jugar al contragolpe y armar transiciones rápidas. No le importaba esperar, con paciencia, por algún latigazo.

Así abrió el marcador, a la contra, tras un córner local. Courtois conectó con Vinicius, el brasileño con su compatriota Rodrygo y este con Alaba, que se transmutó en Benzema. Cabalgó, recibió con espacio y resolvió con un chut cruzado muy preciso.

En la primera parte el Real Madrid cerró bien las vías de aproximación hacia su portería, salvo en una acción en la que Dest perdonó un gol casi hecho, la primera vez que los blancos arriesgaron en la presión.

Segunda parte

No cambiaron las cosas en la segunda mitad, salvo en un par de detalles. El Barça fue algo más incisivo con la entrada de Coutinho por Mingueza, con Dest como lateral derecho. Y Vinicius desapareció de la contienda, dejó de ser el puñal de los primeros 45 minutos.

El Real Madrid mantuvo intacto su planteamiento: orden y tranquilidad, con mucho protagonismo para los centrales, Militao y, sobre todo, Alaba. El austríaco debutó en un clásico con muy buena nota. Atrás cumplió con su cometido, siempre bien colocado, salvo por el resbalón en el gol del Kun Agüeiro. Se desempeñó con elegancia y jerarquía, con una buena participación a la hora de darle salida al balón. Y suyo fue el tanto que abrió el marcador.

El partido dejó claro que ni el Real Madrid ni el Barça están para muchos trotes. Y, en ese contexto, el conjunto blanco hizo valer su oficio ante un Barça más voluntarioso que venenoso. Courtois apenas tuvo que intervenir y, sin asumir riesgos, el colectivo de Ancelotti acabó creando más oportunidades en un partido más emocionante que vistoso. Lucas Vázquez sentenció en el añadido y Agüero recortó.