Margaret Court, la tenista con más grandes que Rafael Nadal

DEPORTES

DENNIS M. SABANGAN

Aunque Nadal ganase Roland Garros no podría superar los 24 «grand slams» que firmó la controvertida australiana, el mejor palmarés de la historia del tenis

05 jun 2022 . Actualizado a las 09:53 h.

Rafael Nadal, al borde de una gesta de otro tiempo, de todos los tiempos. Literalmente. Si el español se impone a Casper Ruud en la final de Roland Garros batirá su propio récord y se adentrará un poco más en el Olimpo del tenis, con veintiún grand slams en su pasaporte a la inmortalidad. Algo casi inusitado.

Casi. Porque, ni aun con esas, logrará superar al mejor palmarés de la historia del tenis: Margaret Jean Court (Albury, Australia, 1942), que presume de haber firmado veinticuatro grandes en individuales (once Abiertos de Australia, cinco Roland Garros, tres Wimbledon y cinco US Open), a los que añade, como guinda, diecinueve en dobles femenino y veintiuno en dobles mixto.

Más allá de que Rafael Nadal pueda estirar su carrera deportiva hasta el punto de poder adelantar a Margaret Court en el ránking de la gloria, hay algo fundamental que los diferencia y que está muy alejado de la bola y la raqueta: su actitud con la vida.

Mientras el español es un ejemplo de valores, la australiana se ha mostrado como una persona de dos caras, como si se tratase del literario doctor Jekyll y el señor Hyde. Capaz de lo mejor en su etapa como deportista, Court (que logró tres de sus grand slams tras haber sido madre), aprovechó su tirón social para contribuir con campañas contra la pobreza, la adicción a las drogas y la defensa de la familia.

Sabía bien de lo que hablaba la mejor tenista del momento, porque lo había experimentado en carne propia. Su entorno de niñez era la calle. Acabó expulsada de la escuela oficial por pelearse con la profesora y solo el tenis como camino de inserción social le salvó la vida.

Paradójicamente, Margaret que fue un prematuro bebé debilucho que a punto estuvo de fallecer en el propio parto de su madre, creció como una adolescente con unas capacidades físicas extraordinarias, demostradas en la natación y en las pruebas atléticas más explosivas. Pero lo que le gustaba era el tenis, o eso a lo que jugaba de pequeña reaprovechando con trozos de madera las bolas que salían fuera del Albury Tennis Center, colindante a su casa, por casualidades del destino.

Así que, entre el profesor del club, Wally Rutter, que le permitía colarse para que hicisese sus pinitos en las pistas del club, y el campeón australiano Frank Sedgman, impulsaron a la talentosa Margaret Court, apadrinada con el paso de los años por eminencias de este deporte como Keith Rodgers o Harry Hopman.

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Dominó manu militari el tenis desde 1960 hasta 1975 y su figura se engrandeció más para la población australiana cuando se casó con el hijo del jefe ejecutivo del Gobierno de Australia Occidental. Margaret Court lo tenía todo. Con el paso de los años, el Open de Australia bautizó con su nombre la pista número 1 del Melbourne Park y el Gobierno le otorgó la Orden de Australia.

Pero en el 2017 todo cambió. Court hizo públicos sus radicales pensamientos en contra de las relaciones no heterosexuales e incluso calificó a los niños transgénero como «productos del trabajo del diablo». Además, acusó al colectivo LGTB de confundir a la juventud. «Es como el sistema de propaganda de Hitler y los comunistas», espetó.

Esto le valió la reprobación de todos los estamentos vinculados al tenis (desde jugadores como Murray hasta organizadores de grand slams) y de autoridades, como el Gobierno de Australia. Colectivos diversos solicitaron la retirada de los honores a Margaret Court (como el nombre de la pista de Melbourne o la Orden australiana), pero continuará siendo, si Nadal no lo impide, el mejor palmarés de la historia del tenis.