4-1 | Giroud desafía a la maldición del campeón con dos goles para la historia

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Abedin Taherkenareh | EFE

El delantero del Milan igualó la cifra de 51 goles de Henry, máximo goleador histórico del combinado francés

23 nov 2022 . Actualizado a las 08:56 h.

La selección francesa se negó en rotundo a seguir con la maldición que asola a los últimos tres campeones del mundo. Su seleccionador, Didier Deschamps, testigo directo de las dos copas del mundo logradas por Les Bleus, no estuvo presente en la debacle de los galos en el Mundial de Corea y Japón de 2002, en el que los vigentes campeones volvieron a casa eliminados en primera ronda y sin un mísero gol a favor en su casillero.

Más de veinte años después, Craig Goodwin hizo revivir los malos augurios. El australiano culminó una estupenda jugada por banda derecha del conjunto oceánico, que se fraguó con un envío certero de Mathew Leckie. El extremo del Melbourne dejó sentado con un recorte a Lucas Hernández, que sin chocar con su rival, cayó lesionado. Su hermano Theo sustituyó al defensor del Bayern.  

Deschamps presentó en sociedad a su primer centro del campo, una vez confirmadas las ausencias de Pogba y Kanté, pilares básicos en el último lustro. El madridista Tchouaméni y Rabiot fueron los elegidos. El centrocampista del Juventus vivió 15 minutos de protagonismo absoluto. Primero, con una imprecisión que permitió a Mitchell Duke, delantero de la segunda división japonesa, armar un disparo desde lejos que se marchó desviado, muy cerca de la cruceta del marco de Lloris.

Francia se puso manos a la obra. No querían repetir el estreno de Argentina, ante una Australia que solo suma dos victorias en sus sexta presencia en la Copa del Mundo. Theo Hernández, que asegura más presencia ofensiva que su hermano, dibujó una parábola a la cabeza de Rabiot que significó el tanto del empate. Todavía tenía más que ofrecer el ex del PSG, que pocos minutos después le sirvió en bandeja la remontada a Olivier Giroud, nuevamente titular tras la lesión de Benzema.

El combinado de Deschamps pudo doblar su ventaja, pero no tuvo acierto ante el marco de Ryan. Griezmann realizó un disparo sin éxito tras un taconazo de Mbappé, proclive a mostrar su repertorio. Poco después, se cambiaron las tornas. El delantero del Atlético le regaló un envío sutil que dejó a Mbappé, que llegaba en carrera, solo ante la portería oceánico. El balón se marchó por encima del travesaño. Irvine pudo condenar el desatino francés (el equipo firmó 10 disparos en la primera mitad y solo dos, sus goles, entre los tres palos) antes del descanso, con un cabezazo que mandó el esférico al poste.

La vuelta de vestuarios estabilizó el plan francés, que pasó a cocinar sus jugadas para alejar a los australianos de sus opciones de contragolpe. Giroud trató de superar al legendario Henry con un gol de chilena, pero no llegó a conectar el centro de Mbappé. Los jugadores de ataque de la selección francesa no pudieron dejar mejor carta de presentación, con un recital de combinaciones, carreras y recursos técnicos. También fueron solidarios en el reparto de ocasiones. 

Theo Hernández, inspirado en sus envíos, llegó hasta la línea de fondo y entregó un pase raso al punto de penalti que encontró la bota de Griezmann. Su disparo fue salvado, bajo palos, por el zaguero Aziz Behich.

La maquinaria francesa encontró la forma de liquidar el encuentro. Lo hizo mediante su estrella, Kylian Mbappé. El delantero del PSG remató de cabeza un centro de Dembelé y dobló la ventaja para los suyos. Y, también de cabeza, llegó un gol intrascendente para el duelo, pero histórico en lo estadístico. El testarazo de Olivier Giroud, el cuestionado delantero que suma 114 partidos con la selección a sus 36 años le valió para igualar los 51 goles anotados por Thierry Henry, uno de los nombres más grandes del fútbol francés. Los chicos de Deschamps, ya con un resultado considerable a su favor, echaron el freno. Mbappé intentó algún que otro caño y Konaté trató de sumarse a la fiesta con un remate de cabeza que obligó a estirarse a Ryan. 

Francia solventó los nervios del campeón debutante y finaliza la primera jornada ya como líder de su grupo, después del empate sin goles entre Dinamarca y Túnez.