Las campeonas del mundo piden «cambios estructurales» en la RFEF

La Voz REDACCIÓN

DEPORTES

Pablo GarciaRFEF | EFE

En el comunicado en el que mantienen su negativa a acudir a la llamada de la selección, firmado por 39 jugadoras, destacan las ausencias de Athenea del Castillo y Claudia Zornoza, campeonas del mundo en Australia y Nueva Zelanda

15 sep 2023 . Actualizado a las 17:37 h.

Un total de 39 jugadoras, entre las que se encuentran 21 campeonas del mundo, han publicado esta tarde un comunicado manteniendo su postura como jugadoras no convocables y exigiendo «cambios estructurales» en el ente federativo como premisa para volver a entrar en el equipo nacional. Entre estas futbolistas no figuran las madridistas Athenea del Castillo y Claudia Zornoza, que han decidido no apoyar el comunicado y vuelven a ser elegibles.

Las jugadoras han vuelto a plantar a la Federación Española de Fútbol a pocos minutos de que comenzase la rueda de prensa de Montse Tomé, nueva seleccionadora femenina de España. La respuesta de la RFEF ha sido aplazar esta convocatoria a un nuevo horario, todavía por confirmar.

Entre las exigencias de las jugadoras están la reestructuración del organigrama de fútbol femenino, la reestructuración del gabinete de presidencia y secretaría general, la dimisión del presidente de la RFEF, la reestructuración del área de comunicación y márketing y la reestructuración de la dirección de integridad. Señalan, asimismo, que los cambios acaecidos hasta el momento «no son suficientes para que las futbolistas se sientan en un lugar seguro donde se respete a las mujeres».

Las futbolistas, tanto las campeonas del mundo como las que ya optaron en su momento no acudir a la selección, han sido asesoradas en todo momento por el sindicato FUTPRO. «Las jugadoras de la selección española en todo momento hemos tenido una actitud abierta al diálogo, buscando transmitir unos motivos claros y argumentados y entendemos necesarios para poder realizar nuestro trabajo al máximo nivel con el respeto que merecemos», apunta el escrito.

El comunicado fue hecho público a través de las redes sociales por parte de 21 de las 23 campeonas (Misa Rodríguez, Cata Coll, Enith Salón, Ona Batlle, Oihane Hernández, Ivana Andrés, Laia Codina, Irene Paredes, Rocío Gálvez, Olga Carmona, Tere Abelleira, Alexia Putellas, Alba Redondo, Eva Navarro, Aitana Bonmatí, Irene Guerrero, María Pérez, Mariona Caldentey, Salma Paralluelo, Jenni Hermoso, Esther González), las 12 que quedaban por regresar de la rebelión de las 15 (Andrea Pereira, Lucía García, Laia Aleixandri, Leila Ouahabi, Amaiur Sarriegi, Claudia Pina, Sandra Paños, Mapi León, Ainhoa V. Moraza, Nerea Eizagirre, Lola Gallardo, Patri Guijarro) y las que se quedaron fuera de la prelista para el Mundial (Elene Lete, Fiamma Benítez, Inma Gabarro, Marta Cardona, Maite Oroz, Jana Fernández). Solo se han mantenido al margen Athenea del Castillo, Claudia Zornoza y Sheila García.

Aplazada la comparecencia de Montse Tomé

Los presidentes de las federaciones territoriales tuvieron este viernes una reunión en la que acordaron que Pedro Rocha presida la junta gestora que lleve a la RFEF a las elecciones del 2024. Según Radio Marca, estarían dispuesto a conceder algunos cambios que piden las jugadoras de la selección femenina.

Precisamente esta circunstancia ha motivado que se aplace la rueda de prensa prevista para las cuatro de la tarde de este viernes de Montse Tomé. No hay nuevo horario, ni día. Según el mismo medio, la RFEF no descarta que quede incluso para el lunes, aunque su primera intención es poder solucionarlo a lo largo de este viernes.

Primera rebelión

La lucha de la selección femenina viene de lejos. Al acabar el Mundial de Canadá 2015, las capitanas, lideradas por la gallega Vero Boquete, formaron la primera rebelión de la selección española, por las pésimas condiciones de trabajo y el mal trato recibido por el entonces seleccionador Ignacio Quereda.

Las 23 internacionales hicieron una carta pidiendo un cambio. «La preparación del Mundial no ha sido la correcta, los amistosos inexistentes, la aclimatación escasa, el análisis de los rivales y la forma de preparar los partidos, insuficientes», explicaron. Las futbolistas no quisieron ir más allá, pero años más tarde fueron saliendo detalles más turbios, como los que desveló Danae Boronat, en su libro No las llames chicas, llámalas futbolistas y que luego fueron recogidas por un documental en Movistar. Salieron a la luz comentarios de Quereda como «a ver si te cuidas, que estás gorda» o «lo que necesitas es un macho».

La federación española, todavía con Villar, apagó entonces el incendio con menos ruido mediático del que se generó ahora. Relevó a Quereda y apostó por Vilda. Sin embargo, también fueron dejando de ir a la selección varias jugadoras, seguramente señaladas de forma interna como las cabecillas de la revuelta. Se dio la paradoja que Vero Boquete, estando en sus mejores años y disfrutando de finales de Champions, no volvió a jugar un gran torneo con España desde aquel Mundial 2015. «Es evidente que me hubiese gustado tener otro final, pero no por agradecimiento a la historia o a mi pasado, sino por mi rendimiento presente y mi mérito deportivo», expresó la gallega en una carta tras quedarse fuera de la Eurocopa 2017. En el 2020, estuvo en el once del año de los premios The Best de la FIFA.

Segunda rebelión

Tras la Eurocopa 2022, fueron quince jugadoras de la selección española las que enviaron una carta renunciando a ser llamadas. Otras tres las apoyaron, aunque sin llegar a la renuncia.

De forma pública, solo existió la rueda de prensa de la entonces capitana, Irene Paredes: «Somos un grupo ambicioso y queremos mejorar. Creemos que hay aspectos internos que se pueden cambiar». «Es un malestar general del equipo, es lo que sentíamos al final de la Eurocopa», añadió Jenni Hermoso, en una rueda de prensa en la que desmintieron que pidieran la dimisión de Vilda. Sin embargo, ya entonces desde el entorno de las jugadoras se apuntó a la desconfianza con el trabajo del seleccionador. Aspectos como realizar una preparación deficiente para la Eurocopa, con sobrecarga de minutos y separación clara entre titulares y suplentes (se achaca la lesión de Alexia Putellas a esa sobrecarga); dudas con las convocatorias (creían que había jugadoras que hicieron méritos para estar y no fueron); y una forma de entrenar, en general, desfasada. Además, reclamaban que desde la federación se aspirase a más resultados y no se contentaran con lo obtenido. Creían que había para más que lo mostrado en las Eurocopas 2017 y 2022 (cuartos de final) y en el Mundial 2019 (octavos). Pedían ambición.

Además, también salieron a la luz otras desagradas situaciones. «En mi época, en las concentraciones que estuve con Jorge Vilda, sí que lo viví [el excesivo control] y se habló con él para que eso lo cambiara. No dejábamos de ser futbolistas en una concentración que sabíamos lo que teníamos que hacer para no perjudicar el escudo que llevábamos en el pecho», relató Natalia Pablos, mítica exfutbolista internacional, en una entrevista en la cadena Cope.

«Evidentemente, en una concentración tiene que haber cierto control. Pero, por ejemplo, yo no podía salir del hotel sin el resto de mis compañeras. Yo entiendo que es normal que tenga que avisar si salgo de unas instalaciones, pero no podía salir a comprar una postal, por poner un ejemplo, si no íbamos todas o un grupo bastante grande. No sé cuál era el temor. Evidentemente yo sé qué se puede hacer en una concentración y lo que no», agregó.

Según el Mundo Deportivo, citando fuentes de las jugadoras, Jorge Vilda obligaba a las jugadoras a tener abiertas las puertas de sus habitaciones hasta las doce de la noche para, a esa hora, comprobar él mismo que estaban allí antes de ir a dormir. «De hecho, era el propio Vilda quien se encargaba de cerrar la puerta tras comprobar que las internacionales estaban allí», explicaba en el texto, el subdirector Fernando Polo, hace ya un año.

Tercera rebelión

Rubiales mantuvo a Vilda en el cargo, pero accedió a mejorar las condiciones laborales de las jugadores. Igualó el porcentaje de las primas a recibir con respecto a los hombres, amplió el cuerpo técnico (la expedición pasó a ser de 60 personas) y hasta se viajó en chárter. Pese a ello, de las 15 que renunciaron solo volvieron 12, que se mantuvieron firmes.

Tras la conquista del Mundial y todo lo sucedido alrededor del beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, todas las internaciones se hicieron fuertes y renunciaron a la selección española, mientras no se produjeran cambios significativos. Luis Rubiales ya ha dimitido y Jorge Vilda ha sido despedido. Pero quieren más. Todavía no se han depurado responsabilidades por las supuestas coacciones a Jenni Hermoso y su entorno, con la publicación de un comunicado falso en el que se le atribuían unas declaraciones a la jugadora que no hizo, así como el filtrado de fotos y vídeos dirigidos a ensuciar la imagen de la internacional. Además, el actual presidente es el nombrado por Luis Rubiales y la nueva seleccionadora es la segunda de Vilda.

La Ley del Deporte podría quitarles la licencia deportiva por hasta 15 años

La Ley del Deporte recoge sanciones a las jugadoras que sean llamadas por sus selecciones y no acudan a la misma. Algo a lo que ahora se arriesgan las campeonas del mundo. Así, determina en su artículo 104 que es una infracción muy grave «la falta de asistencia no justificada a las convocatorias de las selecciones deportivas nacionales, así como la no puesta a disposición de las selecciones nacionales de las personas deportistas que hayan sido designadas para formar parte de las mismas». En el 108, agrega que la sanción económica irían desde los 3.000 a 30.000 euros, además de la suspensión de sus licencias entre dos y 15 años.