El asturiano que lucha contra el fuego de Australia «por casualidad»

c.d.n. REDACCIÓN

EMIGRACIÓN

José Fernández Presa
José Fernández Presa

José Fernández Presa se mudó tras acabar sus estudios para mejorar su inglés. Ahora, trata de concienciar y conseguir donaciones contra los incendios que azotan el país

12 feb 2020 . Actualizado a las 11:37 h.

José Fernández Presa es un avilesino de 24 años al que siempre le ha gustado viajar. Nunca ha querido estancarse en un lugar, al menos ahora que es joven. Cursó en Madrid la ingeniería de Telecomunicaciones, y no desaprovechó su primera oportunidad para irse fuera. Escogió Italia como destino de su beca Erasmus. Pero su última aventura va más allá. Una vez terminada la carrera, decidió cumplir uno de sus objetivos: convertir el inglés en su segunda lengua, convirtiéndose en bilingüe. En ese momento, comenzó su viaje a Australia. Escogió el país oceánico porque siempre le había llamado la atención «su tranquilidad, su healthy lifestyle, sus maravillosas playas y su cultura del surfing».

En su nuevo país de residencia vive con una familia australiana en Noosa Heads, Queensland. La zona es vacacional, donde veranean muchas familias pudientes de todo el país. Allí se mudó con un visado de estudiante, aprovechando que está inscrito a un curso de inglés. Sus días son un no parar. Los dedica a surfear por las mañanas antes de ir a clase, y al salir, va directo al trabajo. Está trabajando de camarero en un restaurante, y no para de conocer gente. «Estoy en una zona donde la gente, la mayoría surferos, es muy chill, muy tranquila», cuenta, a rasgos generales, el joven avilesino. En el restaurante donde trabaja comienza su otra historia en Australia.

José Fernández Presa
José Fernández Presa

Este restaurante cuenta con actuaciones en directo todos los días de la semana. Uno de los dúos que tocan uno de los días de la semana, sin saberlo, cambiaron un poco la vida de José Fernández. «No fue para nada premeditado, surgió de chiripa», asegura el joven. «Esta pareja viene siempre con una hucha grande donde tratan de recaudar dinero para el servicio forestal de New South Wales, una de las zonas más afectadas por los incendios del país». Así empieza el interés de Fernández con la ayuda a las zonas, las personas y los animales afectados. «Les pregunté si podía hacerles una foto para mis redes sociales y vi que la gente se volcaba interesada por ayudar», explica José. Lo que intenta es fomentar que la gente ayude, compartiendo los enlaces de la Cruz Roja Australiana.

José Fernández Presa
José Fernández Presa

«Comencé una campaña exhaustiva a través de las redes sociales y WhatsApp en la que animaba a todos mis seguidores a donar 1€ con la finalidad de que si todos donasen un euro podríamos alcanzar al menos, los 832€ que coincide con el número de mis seguidores en Instagram, es por eso que llame a la iniciativa ‘1€, miles de $’».Las donaciones iban directamente a la Cruz Roja Australiana, y la única forma que tenía José de saber el dinero aportado era preguntando uno a uno personalmente la cuantía donada. Así, tras una semana de aportaciones, alcanzaron un total de 2.000 dólares justificados.  

Sigue moviéndolo y marca el objetivo en los 5.000 dólares, el cual «espero se alcance con creces». El propio asturiano ha subido un vídeo a su cuenta de Instagram donde anima a la gente a donar para ayudar y cuenta su experiencia personal con los incendios, aunque vive en una zona alejada del foco.

«A veces hay algún incendio, pero no duran más de un día, por lo general. Lo vivo como un verano en España», empieza la grabación. Aunque, asegura que «a veces me levanto y huele o se ve algo de humo, pero nada alarmante. Conoce testimonios de primera mano: «Una familia del sur, que había venido huyendo unos días de la zona afectada, me contaba que la primera semana del año ha sido la peor de toda, humo en las casas, por las ciudades, en las calles no se puede estar». Y termina el vídeo recordando que lo importante «es donar, no importa si un euro, diez o cien. Cada uno lo que crea oportuno o lo que pueda». Porque el joven sabe que no es un problema del país, sino «un problema global».