La Semana Negra llegó puntual (aun viniendo en tren)

J. C. Gea / Pablo Batalla Cueto GIJÓN

GIJÓN

Recepción del Tren Negro. A la izquierda, William Gordon, junto a Mario Suárez del Fueyo (centro) y José Luis Paraja
Recepción del Tren Negro. A la izquierda, William Gordon, junto a Mario Suárez del Fueyo (centro) y José Luis Paraja

La XXIX edición del festival se ha iniciado con la llegada del Tren Negro a Gijón y la recepción a los invitados, la primera en muchos años en la que no ha habido protestas

09 jul 2016 . Actualizado a las 00:54 h.

Hasta hace un par de días, lo más negro en la estación de Renfe -en la de Gijón y en cualquiera de las asturianas- era el humor de los pasajeros. Viajeros de cercanías (des)esperando por los retrasos o quedándose en tierra por las cancelaciones. Al menos, el negro del tren de hoy a las 16.35 procedente de Madrid era un negro festivo. Así lo hacía saber el gesto de los pasajeros que han desembarcado en Gijón Término pasadas las cuatro y media de esta tarde, los abrazos y reencuentros, la bullanga de la banda de música recibiéndolos con el tradiciona Bella Ciao a pie de escalinata de la Estación Provisional que va para Definitiva. Incluso el sol ha salido, negando que las nubes fueran igualmente definitivas. 

Ese sol ha sido seguramente lo más brillante de la recepción del 29 Tren Negro. Como todos los julios por estas fechas desde esos mismos años, la arribada del convoy a la ciudad ha señalado el inicio de uno de los festivales literarios más peculiares del mundo. Aunque, a decir verdad, algo ha faltado hoy en la ceremonia por primera vez en muchos años. Nada de protestas. Ni una pancarta. Ninguna reivindicación, Ni una triste increpación a la autoridad competente aprovechando la intimidad de los andenes. Solo invitados (no demasiados todavía), miembros de la organización, la prensa, la imprescindible Charanga Ventolín y representantes municipales, con los portavoces socialista, José María Pérez, y de Xixón Sí Puede, Mario Suárez del Fueyo, a la cabeza. Nadie del equipo de Gobierno de Foro en la estación. Otra tradición cumplida.

Entre los viajeros, destababa por el porte William Gordon, el ex de Isabel Allende y dice la bestseller chilena que el hombre que le inspiró El plan infinito. Gafas de sol, sombrero negro, generosa sonrisa. También han viajado en el tren y han dado sus primeras ruedas de prensa Claudia Piñeiro, Carlos Salem, Escandar Algeet o Mirko Zilahy. Bajo sus brazos desde Chamartín, y en seguida bajo los de todos los integrantes del comité de bienvenida, el primer A Quemarropa, periódico oficial del certamen, con el titular de portada «Para leer en libertad»

Para leer, hablar de literatura, de política, de comida y bebida, de todo un poco, tiempo sobrado habrá en los próximos ocho días. De momento, los primeros protagonistas de la XXIX SN han tenido el tiempo justo para ocupar sus plazas hoteleras, acicalarse un poco y correr a la recepción municipal, prevista para las 20 horas. Mientras tanto, a las 17,00, el recinto de los antiguos astilleros de Naval Gijón volvía a abrir sus puertas -este año también con tregua vecinal y recién estrenado pacto horario-, y en él las primeras exposiciones: Enric Sió. La guerra del poeta, Los años silenciosos, Retratos indignados (15 M Asturies) y la de fotógrafos del 20 Encuentro de Fotoperiodismo. 

En la Casa Consistorial, el Gobierno local sí estuvo representado por la concejala de Cultura, Montserrat López, quien, muy poéticamente, presentó Gijón como «una ciudad cuyo único límite es el mar». José Luis Paraja, director de la parte organizativa de la Semana, amplió las descripciones locales hablando de la villa de Jovellanos como «una ciudad de contrastes, participativa, abierta pero también reivindicativa» y capaz de «acoger a todo el mundo», cualidad que seguramente dijo pensando en el protagonismo de los refugiados y su tragedia no solo en la actualidad, sino también de modo muy marcado en esta SN. Un festival que Paraja definió coo «del siglo XX, no del XXI» porque aún rinde «culto al papel» y se basa en libros «que se pueden firmar y no requieren toma de corriente».

Tras el corte de la Cinta Negra, programado a las 21, primera noche y primer concierto: La Destilería. Singularmente oportuno para poner destilados como combustible a los largos días y noches de la vigésimo novena que arranca -dentro de lo que cabe- en paz.