El parque de Isabel la Católica recupera su colección de aves con 54 especies diferentes

Elena G. Bandera
E. G. BANDERA GIJÓN

GIJÓN

El censo actual es de casi 200 ejemplares, con medio centenar de nuevas altas desde 2014, el año en el que aparecieron las nutrias causando alrededor de 300 bajas

31 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Casi 200 aves de 54 especies diferentes integran la colección de aves del parque de Isabel la Católica, según censo realizado esta misma semana. Poco a poco, la población zoológica estable de esta gran zona verde de la ciudad se va recuperando de la escabechina de hace dos años, cuando la aparición de cinco nutrias se saldaba con casi 300 bajas y la desaparición de una veintena de especies. «Casi quedó a cero, fue desolador. Fue una razia tremenda y ahora estamos recuperando la colección», recuerda el jefe de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Gijón, Juan Carlos Martínez.

El medio centenar de aves supervivientes de los ataques de las nutrias, una especie protegida, se pusieron a salvo en el vivero municipal mientras se decidió colocar un cercado eléctrico que protegiera los estanques del parque. En el lago pequeño, desde junio de 2014 y, en el grande, que tiene casi 11.000 metros cuadrados, desde marzo de 2015. Las nutrias nunca se fueron del parque, y de hecho esta misma semana era avistada una de ellas a plena luz del día, pero ya no son el problema que fueron para las aves del parque.

Cierre eléctrico provisional

«Las nutrias nunca marcharon, simplemente se optó por poner el cercado y tenemos que seguir viendo cómo evoluciona la situación. Son animales muy móviles y, al no tener un foco de alimentación tan claro, vienen de vez en cuando», explica Martínez, que recuerda que el vallado eléctrico es provisional y que se continúa en fase de observación. «Lo que está claro es que si no lo hubiéramos colocado, no habría colección de aves. Ahora tenemos que ver cuál es el cierre definitivo más adecuado», añade. La estética del actual cercado provoca cierta división de opiniones, pero lo cierto es que cumple perfectamente la función de proteger a las aves acuáticas del parque.

Dos trabajadores, uno a media jornada, se encargan del mantenimiento del gran pulmón verde de la ciudad. Incluida la alimentación y los programas sanitarios y de reproducción de las aves. Ellos ya han visto excrementos de nutrias en varias ocasiones que por lo menos demuestran que los cercados están funcionando. Una de las especies que desaparecieron por completo fueron los cisnes negros. «Los cisnes blancos aguantaron. Algunos animales, como estos cisnes y los pavos reales, se defienden de las nutrias», explica Martínez. Hoy el censo del parque tiene siete cisnes negros, de los que cinco se han incorporado este mismo año y que se suman también a los cinco cisnes blancos que sobrevivieron al ataque de las nutrias.

24 pavos reales

Las especies con más miembros siguen siendo los pavos reales, con 24 ejemplares (los cuatro últimos se incorporaron en 2015) que, en su mayoría, campan a sus anchas por las instalaciones abiertas del parque. «Todavía no hemos recuperado todos los animales que se perdieron y también hubo bajas por muerte natural, pero estamos siempre en permanente proceso de renovación. Los criamos, a veces se compra algo, se permutan o los donan. Normalmente suele haber más movimiento en primavera», explica el jefe de Parques y Jardines de Gijón.

El valor del censo actual de aves (que no incluye a las de paso) sería de unos 20.000 euros, casi tanto como la valoración que se realizó de los daños causados por las nutrias en la colección zoológica del parque. Los ejemplares exóticos con un mayor valor económico son la pareja de emús que se pueden observar en la zona de aves no acuáticas. Su valor en el mercado sería de unos 700 euros cada uno. También en esta misma zona se encuentra otro ejemplar valioso, el loro amazona guaro, originario de América del Sur y que tiene un valor de inventario de unos 500 euros.

Incorporación de medio centenar de ejemplares

Con 17 ejemplares, las ocas (ansar común) son la segunda especie con más miembros en la actualidad, seguidas por los patos suirirí bicolor, con 12 ejemplares. La mayoría de las especies con presencia en el parque, según este censo, tienen de media dos ejemplares. La manutención anual de los animales del parque es más que asequible: 5.290 euros.

En estos dos últimos años, han sido más de medio centenar las nuevas incorporaciones, en su mayoría pertenecientes a la familia de las anátidas, que fueron las que más sufrieron el ataque de las nutrias. Entre las últimas altas, se encuentran barnaclas cariblancas, de cuello rojo y de Hawaii, cauquenes comunes, cabecigris y guayata, cercetas de Baikal, patos colorados, esmeralda, mandarines y joyuyo o tarros australianos, blancos y canelos.