¿Viene el Plan General de Ordenación con sorpresas?

J. C. Gea GIJÓN

GIJÓN

Fragmento del documento de prioridades de la revisión del PGO gijonés
Fragmento del documento de prioridades de la revisión del PGO gijonés

El informe de alegaciones presentado por Urbanismo a los partidos incluye sustanciales alteraciones sobre el Parque Científico y Tecnológico, la Zalia o El Natahoyo rechazadas en su día al PSOE, así como numerosas correcciones de errores

20 ene 2017 . Actualizado a las 12:16 h.

Gijón necesita con urgencia un nuevo Plan General de Ordenación (PGO), y esa es una de las mayores prioridades de la agenda municipal. Sobre ese extremo, el consenso es máximo entre grupos políticos, vecinos y agentes sociales de la ciudad. Sin embargo, el proceso de aprobación inicial concluyó sin consenso total en la corporación: el PSOE se descolgó del acuerdo compartido, no sin notables reticencias, por parte de los otros cinco grupos municipales. Entre otros asuntos de fondo, como el modelo urbanístico predominante en el documento, los socialistas discrepaban frontalmente sobre lo que se preveía para enclaves de la importancia del Parque Científico y Tecnológico (PICYT), el territorio logístico de la  ZALIA o los terrenos industriales de El Natahoyo. Sus alegaciones al respecto fueron rechazadas, como todas las demás modificaciones planteadas por el grupo socialista (excepto una). De ahí que el estupor de la concejala Begoña Fernández no fuese pequeño cuando ayer, durante el informe sobre alegaciones del servicio de Urbanismo que fue transmitido verbalmente a los grupos en la comisión del área, se encontró con que los técnicos habían incorporado al documento esas mismas -y sustanciales- modificaciones que en su momento «no se hizo el más mínimo esfuerzo por escuchar» desde el gobierno municipal de Foro.

No era lo que esperaban los socialistas, ni puede que ninguno de los asistentes, que -relata Fernández- acudieron a la comisión esperando un «debate político» a partir de una parte de las más de 1.500 alegaciones al PGO, y no la presentación «verbal y sin documentos de un informe técnico realizado por Urbanismo para que de oficio se modifiquen ciertas cuestiones»; entre ellas, afirma la edil, «numerosos errores» que «sorprende que aparezcan ahora, cuando el documento inicial fue aprobado con un informe donde se daba el "OK" de los técnicos». Pero también otras alteraciones de lo que se suponía aprobado para áreas nada anecdóticas de la ciudad. Por ejemplo, la calificación de la ampliación del PICYT no como suelo terciario -como defendía el documento- sino industrial, como pretendía el PSOE. También sus posiciones sobre la ZALIA. O sobre la necesidad de preservar como suelo industrial de la franja de terreno costero del Astillero Juliana, el Tallerón y el antiguo solar de Naval Gijón frente a cualquier prioridad de uso residencial o terciario, como contemplaba el documento inicial. Todo ello está en esas modificaciones de oficio realizadas por Urbanismo.

Cambios sustanciales

Pero, sorpresas aparte, la edil socialista interpreta que esas alteraciones realizadas «de oficio» por los técnicos valen como indicio de que los documentos que se debatirán y se presentarán a información pública en los próximos meses van a contener «cambios sustanciales» respecto a los precedentes. También revelan, para Fernández, que el gobierno de Carmen Moriyón «empieza a darse cuenta de que las cosas se han hecho mal», en un proceso que califica de «dudoso, como poco»; máxime cuando, según la concejala, el informe que se les transmitió ayer «reconoce también muchos de los errores» de los que advirtió el PSOE. Y finalmente es también síntoma de que se puede estar dando «un cambio de actitud» por parte de Foro, basado en la «conciencia de que será un proceso donde, como en cualquier otro plan, habrá muchos particulares o empresas dispuestos a litigar, y de que hay que buscar acuerdos para ir con documentos muy bien hechos que puedan pasar el filtro de los tribunales». Un trabajo que, recalca la socialista, «los socialistas hemos hecho a conciencia».

Lo confirmaría también la mano tendida por el portavoz municipal y responsable de urbanismo, Fernando Couto, en la rueda de prensa que siguió a la comisión, donde expresó su deseo de que el PSOE «se sume al acuerdo» en torno a la aprobación inicial del PGO, en pos de la unanimidad. Su argumento aludió, en efecto a la «seguridad jurídica» que debería blindar al máximo el documento, y a la «garantía y confianza» de las que debería revestirse el PGO final. Aunque admitió que se va a ir «sin ninguna prisa porque nadie nos apremia», Couto mira ya a los plenos de febrero y marzo para ir concretando un acuerdo que sería «fabuloso».

Por boca de Begoña Fernández, el PSOE responde de momento con su voluntad de «seguir aportando, como es nuestra obligación, sin perjuicio de las dudas y de la falta de modelo»; el argumento de fondo que los socialistas siguen esgrimiendo contra «un plan que solo apoya el crecimiento de suelo residencial disperso, algo que toda la literatura urbanística desaconseja». Parece no bastar con el PCYT, la ZALIA o El Natahoyo, o la rectificación de errores dispersos. En todo caso, para la concejala, de la «utilidad y de su capacidad para pasar el filtro de los tribunales» del PGO que resulte de todo este proceso, serán responsables «los grupos que lo apoyen».