«Desde 2012 no había surgido ninguna oportunidad y ahora casi tuve que decidir entre varios trabajos»

GIJÓN

Javier Crespo, Sara Simón y Naya Pascual
Javier Crespo, Sara Simón y Naya Pascual

Tres jóvenes relatan su experiencia en las lanzaderas de Oviedo, Avilés y Langreo que empezaron en noviembre. Dos de ellos ya están trabajando. «Nos autodenominamos los lanzados», dicen

24 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Javier Crespo, tras acabar Derecho, estuvo opositando cinco años. «Cuando decidí dejar la oposición me fui a hacer el Camino de Santiago y, a la vuelta, me llegó un mensaje al móvil planteándome lo de la lanzadera y ni lo dudé», asegura este joven de 31 años, que en noviembre del año pasado se sumó al equipo de 20 desempleados de la lanzadera de empleo de Oviedo y que ayer mismo empezaba a trabajar en un despacho de abogados. «Buscar empleo es otro trabajo importante y estos dos meses y medio en la lanzadera me han servido para conocer la búsqueda activa de empleo. Pasas de cero a 100 en nada y me ha servido muchísimo», asegura.

En el equipo del que formaba parte hasta ahora («nos autodenominamos los lanzados») hay todo tipo de perfiles. «Algunas personas tienen unos currículos increíbles, pero todos somos un equipo que trabajamos la búsqueda activa de empleo, preparando entrevistas, haciendo networking, autocandidaturas… La experiencia es muy buena y se la recomendaría a todo el mundo porque es una oportunidad para saber dónde y cómo se busca empleo. No te lo garantiza, pero uno se siente muy bien», explica Crespo, que insiste en recordar que, en este método, los individualismos se dejan a un lado para potenciar el trabajo en equipo y el conocimiento de las potencialidades de uno mismo. 

Marca personal

A Sara Simón, que se graduó en Comunicación Audiovisual y está realizando un máster de Empresa Audiovisual, la lanzadera de empleo de Langreo le ha permitido descubrir que tiene habilidades comunicativas y creativas. «La lanzadera te ayuda a focalizar mejor objetivos. A través  de las actividades y el trabajo con la coach, me he dado cuenta de que puedo volcar esas habilidades y mi marca personal en las redes sociales y en un blog que acabo de empezar sobre contenidos audiovisuales y el sector cinematográfico», explica esta joven de 23 años, a quien le interesó desde un primer momento participar en el programa para trabajar en equipo y precisamente desarrollar esas habilidades. Ahora está interesada en realizar unas prácticas en Londres y sigue aprovechando su participación en la lanzadera para ampliar su red de contactos en su sector.

También Naya Pascual, una joven avilesina de 29 años, pertenece al sector de la comunicación audiovisual. Tras terminar sus estudios, realizó un máster de Comunicación Corporativa y, desde 2012, solo había conseguido trabajar de lo suyo dos meses, sin contar los periodos de prácticas no remuneradas. En la lanzadera de empleo de Avilés entró en enero, porque estaba de reserva. «Fui la última en llegar y la primera en irse», dice, puesto que ha encontrado trabajo en un tiempo récord. «Para mi fue como una reactivación vital en el ámbito laboral. Desde 2012 no había surgido ninguna oportunidad y ahora casi tuve que decidir entre varios trabajos», explica. «En la lanzadera te ayudan a valorarte a ti mismo, a conocer tus puntos fuertes, a saber dónde buscar y el trabajo en grupo se nota muchísimo. Eres un equipo y no hay competencia», añade.

Pascual, que encontró trabajo vía LinkedIn, sigue formando parte del equipo de la lanzadera de Avilés. «Me siento aún parte del grupo, seguimos empujando todos y es la parte bonita. Los pilares son, de hecho, la solidaridad, la cooperación y el trabajo en equipo». 

«Que se acuerden de ti»

Aporta como consejo para quienes están en la ardua tarea de encontrar empleo algo que le dijeron en una de las entrevistas de trabajo que tuvo este año: «La actitud es muy importante y, de hecho, en una entrevista me dijeron que se notaba mi optimismo. Hay que tener motivación y, para ello, es fundamental conocerte a ti mismo para saber venderte porque al final eres un producto en venta. Todos tenemos los mismos conocimientos y, en la lanzadera, nos insisten mucho en que debemos ser memorables. Que se acuerden de ti, que tengas un discurso que te diferencie del resto». 

Por supuesto, también ayuda presentar un curriculum bien trabajado. «Una de las chicas de la lanzadera había participado en tres procesos de selección distintos en una misma empresa y nunca la habían tenido en cuenta. Ahora, con el nuevo curriculum, ya está en la segunda fase. Al final, todo es trabajo y actitud. No hay que desanimarse, porque insistiendo se sale», considera Pascual.