«Tenemos la intención de clonar el Metrópoli gijonés en otra zona de España»

J. C. Gea GIJÓN

GIJÓN

Marino González, director de Metrópoli
Marino González, director de Metrópoli

El «festival de festivales», impactado por la repentina muerte del director de Comunicación de la Cámara de Comercio, le dedicará en un certamen que crece y ya prevé su proyección fuera de Gijón

28 jun 2017 . Actualizado a las 06:57 h.

El semblante de Marino González no era ayer el del responsable de un festival multitudinario abrumado por las prisas de última hora y la inminencia de una inauguración. Tampoco el rostro del empresario que ha perdido a un patrocinador o acaba de verse privado de un colaborador esencial en el peor momento. Podría haber sido solo eso, pero es el rostro apesadumbrado y dolorido de alguien que acaba de perder de sopetón a un amigo. Como medio Gijón, el director de Metrópoli Gijón, se hallaba ayer bajo el impacto del repentino fallecimiento del responsable de Coordinación y Relaciones Externas de la Cámara de Comercio, Elías García, compañero en el colegio de la Inmaculada, amigo de infancia y un colaborador esencial de Metrópoli desde su nacimiento.

No están siendo días fáciles. El enorme disgusto se ha venido, además, a sumar a la ruptura entre la organización y la productora que también dirige González, Two Monkeys, con la empresa Tesla, patrocinadora hasta hace unos días de Metrópoli y del malogrado concierto Tesla Sinfónico. Las denuncias saldrán hacia los tribunales prácticamente a la vez que el festival eche a andar. Y, sin embargo, Marino González dice que habrá que pintarse por segunda vez «una sonrisa en los labios» y hacer el paseíllo de apertura el próximo día 30 con ella puesta. Su convicción en que todo saldrá bien, -«incluso sin los buenos consejos de Elías García»- es máxima. Si el tiempo se porta, da por hecho que la raya de los 300.000 visitantes será rebasada en esta edición de un festival que empieza a dejar la infancia para entrar en la adolescencia, según su director.

-Esta desgracia va a ser la que marque un poco esta edición. Hemos recibido un palo muy grande, tan cerca de la apertura, por la pérdida de una persona tan querida por nosotros, tanto a nivel laboral como personal. Elías un grandísimo profesional y una persona fundamental en el desarrollo de Metrópoli desde el principio. Fue uno de los impulsores, junto con Álvaro Muñiz, de que Metrópoli esté donde está. Nos ha ayudado permanentemente. Además, éramos grandes amigos desde pequeños. Así que no queremos dejar que esto quede como una desgracia, sino convertir Metrópoli de alguna manera en un homenaje.

-¿De qué modo?

-Nuestra intención es dedicarle todo lo que es esta cuarta edición a él y a su figura haciendo las cosas como a él le gustaría que hubieran salido. Tenemos que hablarlo con la Feria de Muestras, pero no queremos generar un drama ni que sea nada solemne; al fin y al cabo esto es un festival. Simplemente haciendo las cosas como a él le hubieran gustado, con naturalidad. Y queremos rendirle un homenaje con esa misma naturalidad con la que él afrontaba el día a día, sin rituales ni ceremonias. Él nos reñiría si lo hiciésemos de otra manera.

 -Hablaba de los orígenes. ¿De dónde salió la de fundar esta metrópoli festivalera?

-Todo esto nace de una idea que tenía yo desde hace muchos años, la «Ciudad de la Música». Era una ciudad, una metrópoli, pero orientada solo hacia el mundo de la música. Nunca habíamos dado un paso adelante para desarrollarlo porque no creíamos que pudiera tener el modelo de viabilidad económica, al menos en Asturias, que podía darnos beneficios para salir adelante. Así que quedó archivado hasta que un día Suca [García, su mujer y socia junto a Íker González en la promotora Two Monkeys] le dio la vuelta a ese dossier que yo tenía en casa y me preguntó por qué no habíamos ido adelante con ello. Le dije que quería que fuese para todos los públicos, pero la música no siempre lo es. Ella me preguntó qué podía gustarle a todo el mundo, y lo fuimos desarrollando  hacia el entretenimiento en todas sus vertientes.

-Y fundaron una ciudad con muchos barrios que no para crecer.

-Ahí estuvo la novedad. Uno de esos sectores seguía siendo la música, pero luego también añadimos lo que nos gusta a todos: videojuegos, cine, cómic, series de televisión, comida, las compras, el ocio infantil… Fuimos abriendo poco a poco ese abanico para todos los públicos que hoy es Metrópoli. Y seguimos metiéndole más disciplinas, más cuerpo: turismo activo, karting, paintball, la zona de Extreme Sport…

-¿Y además de barrios, es una de esas ciudades con personalidad propia? ¿Quiénes y cómo son sus vecinos? 

-Gente a la que le gusta divertirse, pasar un buen rato, disfrutar de diferentes tipos de contenidos. El público no viene solo por la música: pasa por las exposiciones, compra en el market, se come algo en los food trucks o en los locales, a veces la gente viene con los críos, como sucederá este año en la zona infantil que será mucho más grande, se lleva a los críos a los talleres y luego se va con ellos a los conciertos… Esto último, que no es frecuente, es muy gratificante para nosotros como organizadores. Vamos teniendo esas pequeñas generaciones que espero que vean Metrópoli como nosotros veíamos a la Semana Negra y vayan creciendo con ella y tengan ese recuerdo, que forme parte de sus vidas.

-¿Qué han añadido o mimado especialmente este año? 

-Hemos mimado muchísimo la música. Creo que el cartel está a la altura de los grandes festivales. Seguimos manteniendo nuestros precios, que son muy asequibles para cualquiera de los conciertos, pero con un cartel a la altura de cualquier festival de tamaño medio-alto en España. Este año además hemos cuidado mucho y dado más punch al área de las series de televisión trayendo actores. Tener a actores de Juego de tronos dos semanas antes del estreno de la temporada es un paso adelante para nosotros, un paso a la adolescencia dentro de nuestra Comic-Con, que es uno de los pilares fundamentales. Además, será interesante ver cómo crece otro de esos pilares, el área infantil. Este año tenemos un pequeño parque de atracciones dentro de Metrópoli. Han crecido todos por sí solos. Es un festival aún muy, muy joven, solo tiene cuatro ediciones.

-¿Y esta Metrópoli cómo se mantiene financieramente? ¿Pesa lo público tanto como en una ciudad real?  

-La aportación pública es minoritaria. Manejamos un presupuesto en torno al millón de euros, y la aportación pública es de 30.000 euros. Nos ayudan algo con publicidad o dando su apoyo como Ayuntamiento al desarrollo del festival, y les estamos muy agradecidos en lo que aportan de un apoyo que considero normal. Se hace una pequeña aportación porque nosotros también aportamos a la ciudad y yo creo que ahí tiene que haber un quid pro quo. No tenemos que vivir de la subvención pública, lo cual tampoco nos parece bien ni para nosotros ni para nadie, y nosotros vivimos de la aportación privada y la venta de entradas. Esa es una de las claves: haber generado unos contenidos que permiten tener ya un remanente de público que sabemos que va a venir. Sería raro que baje exponencialmente.

-¿Hasta qué censo este año?

-Más de 300.000 personas si el tiempo no lo impide. Tenemos una línea de crecimiento. El primer año fueron 107.000 personas, el segundo 218.000, el tercero 274.000. Sería muy raro que en esta cuarta edición bajáramos de las 300.000. Contamos ya con 225.000 seguras, incluso si pasara algo con el tiempo.

-Gijón no da para crecer mucho más seguramente... 

-Cada vez viene más gente de fuera. Cada vez el impulso de venir, las preguntas y las peticiones desde fuera son más. De hecho, este año estamos teniendo ya algunas a título internacional, de países como Portugal, Francia o Inglaterra. Se interesan por entradas, el desfile, los actores, Harry Potter… más que por la música, porque nuestro cartel no es internacional. La parte de Comic-Con es la que más interés genera fuera de España. En todo caso, no es un porcentaje excesivamente elevado; aún estamos sembrando en este camino. La parte nacional sí es cada vez mayor. No sabremos hasta el final qué porcentaje, pero sí que se está notando un feedback, una respuesta y una solicitud de información mucho mayor que otros años.

-Porque festivales de las características de Metrópoli no hay dos, además...

-Sí, en ese aspecto somos pioneros. De hecho, tenemos varias ofertas para hacer fuera el festival.

-¿Y las han aceptado?

-Tenemos intención de hacer otro en España, clonarlo, de Madrid para abajo, en la zona mediterránea o Madrid. También hacer otro en Europa, hay una propuesta para hacerlo en Lisboa. Y, con el tiempo, nuestro sueño sería saltar el charco e ir a Sudamérica.

-Sobre su ruptura e inminente pleito con Tesla, que presentaban como su patrocinador principal, ya anticiparon que no afectará a los contenidos. ¿Cómo han tenido que digerir esa situación?

-Con el mal sabor de boca de quien va con una ilusión y recibe un golpe. Cuando eso pasa necesitas tirar de arrestos para retomar la posición inicial, la ilusión inicial, y seguir hacia delante. Fue una decisión difícil. Tienes un patrocinador principal y cuentas con unas partidas que son las que, en base, vas a poder gastar e invertir. Le echamos valentía y dijimos: «No vamos a tocar los contenidos». Nos separamos de esta marca porque no creemos que al festival le convenga en absoluto. Es una marca que ya estaba estigmatizada para nosotros por los impagos del Tesla Sinfónico. Teníamos gente que nos preguntaba por qué sería esa marca la patrocinadora de Metrópoli, cuando había cometido unos impagos que eran una falta grave dentro del contrato que tenía con nosotros, y tomamos la decisión de resolver el contrato y expulsarlos del festival para no tener nada que ver con ello. Igual que nosotros pagamos a nuestros proveedores, nos gusta que nuestros proveedores nos paguen, como es lógico, y en este caso se toma esta decisión, intentamos arrancar Metrópoli con la mejor de las sonrisas. Esta vez, por un segundo golpe, nos va a costar más mantener la sonrisa. Pero que nadie dude que vamos a dar el 200 por ciento y hasta el 300 si puede ser.

-¿Y después?

-De momento, pasar la cuarta edición. Luego, seguir creciendo. Seguir en el recinto ferial, ocupar la mayor parte posible y, si acaso, saltar al parque Hermanos Castro para hacer un festival de gran formato.