Roberto Álvarez invita a «dejarse llevar por el corazón» para vivir la «Semanona»

J. C. G. GIJÓN

GIJÓN

Público en la plaza Mayor durante el pregón de la Semana Grande del año pasado
Público en la plaza Mayor durante el pregón de la Semana Grande del año pasado Turismo Gijón

El actor gijonés hizo una evocación de su infancia y juventud en la ciudad y un canto al carácter local y, por extensión, al asturiano en un sentido pregón de Semana Grande

04 ago 2017 . Actualizado a las 21:17 h.

«Dejáos llevar por vuestro corazón, propios y extraños, dejáos llevar por lo mas bonito que tenemos en esta tierra…que no es otra cosa que su gente. Gente grande. Muy muy muy grande». Miles de personas, propios y extraños, han escuchado, pasadas las 21,30 de esta noche la exhortación que Roberto Álvarez -mucho antes que actor, gijonés de El Coto, de la calle Magnus Blikstad y del Codema, de la playa de San Lorenzo, los cines y las sidrerías de la villa- les ha lanzado desde el balcón del Ayuntamiento de Gijón; uno de los escenarios más complicados pero sin duda más satisfactorios para quien este año ha oficiado de pregonero de la Semana Grande, la «Semanona» gijonesa de 2017.

El patio de butacas, aunque nadie estuviese en él sentado, se lo ha agradecido con cálidos aplausos: una Plaza Mayor abarrotada de un público deseoso de lanzarse a los días de actividad que arrancaron con las palabras de Álvarez, el ya tradicional cántico coral del Gijón del alma interpretado por Víctor, el de Cimadevilla, y que no cesarán hasta la resaca de la Noche de los Fuegos, la Danza Prima y el Restallón de Xixón el día 15 de agosto, festividad de la Virgen de Begoña.

A vivir esos días «sin haceros daño a vosotros ni a los que os rodean» ha dedicado el pregonero las penúltimas palabras de una intervención que ha sido tanto una evocación llena de nostalgia de una infancia y una juventud felices que transcurrieron en la ciudad hasta sus 26 años y un canto al carácter local. Y, por extensión, al carácter asturiano. El actor de Ana y los Siete, Cuéntame, Hospital Central, Servir y proteger, Los Borgia, Manolito Gafotas o La ciudad sin límites ha confirmado, uno por uno, los tópicos sobre el temple local: acogedores, grandones, sentimentales, ruidosos, buenos comedores, algo fanfarrones, pero también «creativos, honrados y serios».

El pregón se ha metido en el bolsillo a los locales y ha puesto sobre aviso a los foriatos, en caso de que una gijonesa o un gijonés les «mire a los ojos» o los «lleve de romería»