Solidaridad en alza cuando el termómetro baja

J. C. GEA GIJÓN

GIJÓN

Un voluntario atiende a una persona sin techo
Un voluntario atiende a una persona sin techo Cruz Roja

Diversas organizaciones y asociaciones intentan paliar en Gijón la situación de las personas sin techo, especialmente vulnerables cuando descienden las temperaturas

04 dic 2017 . Actualizado a las 07:28 h.

Caen la primeras noches de diciembre, y las temperaturas con ellas. En Gijón no es la tónica que esa bajada se sitúe por debajo de los cinco grados; pero sucede, aun así, con cierta frecuencia. Sin ir más lejos, bajo olas polares como la que se abate sobre Asturias estos días. Es en ese momento cuando se disparan operativos como el que la Agrupación Local de Cruz Roja denomina «Dispositivo Ola de Frío». La vista está puesta en la parte de la población más expuesta en esos momentos: aquella que no tiene techo bajo el cual hacer noche y necesita una «primera respuesta» que provea un extra de abrigo y alimento, algo caliente para beber, quizá el recordatorio sobre dónde podría encontrar algún centro de acogida y, en su caso, una mínima atención sanitaria que, en su caso, podría requerir también el traslado a algún centro sanitario. Voluntarios, en coordinación con la información y el apoyo que proporciona la Fundación Municipal de Servicios Sociales (FMSS), en colaboración con Policía Local y en su caso personal sanitario, saben dónde dirigirse para encontrar a quienes pueden necesitarlos en estas noches de frío especialmente feroz para aquellos que no tienen cobijo.

No es el único recurso que la sociedad civil, organizada en oenegés o asociaciones asistenciales cuya base de actividad es en buena parte el voluntariado, tiene pendiente de esas personas en la larga temporada de invierno. Al margen de los recursos coordinados o financiados por la FMSS o bien en colaboración con ella, hay más entidades listas para responder de distintas maneras. La que lo está, por así decir, en primera línea a la hora de prestar un techo es el Albergue Covadonga. Según directora, Cristina Avella, el centro afronta este primer embate del frío «con tranquilidad» y «espacio de sobra» ante fechas «en las que normalmente sube bastante la ocupación». «Estamos bajos de ocupación. De 87 plazas disponibles, solo 51 están ocupadas, así que tenemos bastante margen. En el Centro Nocturno hay, además, otras 20 plazas, 18 más otras dos precisamente para casos de ola de frío, y en este momento solo acoge a 11 personas», detalla.

Es la tónica en el albergue desde que se incrementaron las plazas. El invierno pasado, aunque la ocupación fue alta, en ningún momento se llegó al lleno. Del mismo modo, el personal con el que cuenta ahora está preparado para lo que pueda traer el aire polar: 22 personas trabajando en la Fundacion, más 90 voluntarios con turnos y cinco hermanas terciarias capuchinas, según enumera la responsable del Albergue Covadonga. Aunque hay un protocolo para posibles desvíos a otros centros de acogida, «no ha sido de momento el caso».

En la Cocina Económica también se nota un repunte de las demandas de comida caliente y de un rato de cobijo y compañía en estos días del preinvierno. «La gente que recurre a nosotros suele ser muy estable y permanente, pero es verdad que cuando el frío vienen a comer algunos más, y hay quien nos ha pedido una manta más estas noches. Pero no hay problema, las tenemos», comenta sor Marisela Cueto. Se están sirviendo unas 220 o 230 comidas y unas 130 o 140 cenas. La Cocina no ofrece servicios de acogida del tipo del los que brinda el Albergue Covadonga; tiene alojadas en régimen más estable a 12 personas en la residencia y dispone de otras 19 plazas en su piso de acogida -no todas cubiertas a día de hoy- más cuatro apartamentos para familias.

Para quienes por propia elección o por cualquier otro motivo siguen durmiendo en cajeros, portales o pasajes, esta semana ya se ha activado el dispositivo de emergencia de Cruz Roja para bajas temperaturas. El pasado año repartió bebidas autocalentabes, mantas de forro polar y bollería, o prestó algún tipo de asistencia adicional, en 143 intervenciones a lo largo de todo el invierno: 127 hombres y 16 mujeres atendidos en sus propios lugares de pernoctación. La emergencia por estas inclemencias se activó en 2016 en tres periodos: del 15 al 19 de noviembre, del 25 al 27 del mismo mes y del 27 al 30 de diciembre.

La calle y las personas más expuestas que se encuentran en ella son también el objeto de atención permanente del proyecto de Incorporación Social «Eslabón», de la muy activa asociacion Mar de Niebla. Lo son todo el año y -aunque no hay ningún programa ni refuerzo específicos para estas fechas-, muy especialmente cuando el mal tiempo empieza a enseñar los dientes. «Estos días estamos más pendientes aún si cabe y hacemos un poco más de seguimiento de las personas que duermen en la calle y no hacen uso de recursos», comenta una de sus mediadoras. De manera indirecta, la asociación contribuye además a paliar los rigores de sus beneficiarios con campañas como una que llega todos los años con la Navidad, en colaboración con la oenegé nacional miaportación.org. «Se llama Reyes Majos, y ofrece la posibilidad a estas pernsonas de pedir un regalo por Navidad que casi siempre suele ser ropa de abrigo y calzado adecuado para el invierno», añade la activista de «Eslabón».

Pero también recuerda que el problema, aunque se agrave en invierno, no es estacional sino estable. Lo han recordado estos días pasados con una campaña de talleres, charlas y actividades que recuerda la clave de todo este penoso cuadro: «El incumplimiento del Artículo 47, de la Constitución, que dice que toda persona derecho a una vivienda». En invierno y el resto del año.