Un abogado carga contra la presunta víctima de una violación por acudir al juicio con minifalda

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Grupo de mujeres con minifalta
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La defensa del acusado de agredir sexualmente a una mujer en Gijón ve «sorprendente» su atuendo y cree que su relato es inverosímil porque no la vio nerviosa

23 dic 2017 . Actualizado a las 12:29 h.

Fernando Valentín Ángel de la Fuente, abogado defensor del acusado de agredir sexualmente a una mujer en Gijón, ha generado polémica por unas declaraciones machistas. El letrado ha aludido a la ropa que llevaba la víctima al juicio, una minifalda, considerando «inverosímil» que la afectada se haya puesto este atuendo «teniendo en cuenta que dice estar a tratamiento». De la Fuente ha ratificado sus palabras cuando se le ha preguntado, remarcando que se trató de un comentario privado a nivel particular a un amigo y comentado que para este tipo de juicios le sorprendió que fuera en minifalda. Y aunque ha reconocido que cada cual puede ir como quiera, ha señalado que a este juicio no le pareció la mejor forma de hacerlo, «más que nada porque hay unos perfiles», ha apostillado. También ha apuntado que, pese a decir que estaba muy afectada por la supuesta agresión, no la vio nerviosa e incluso la vio riéndose antes de entrar.

En el juicio, el joven acusado de agredir sexualmente a una mujer tras supuestamente meterse en su coche y amenazarla con un arma blanca ha asegurado este miércoles que las relaciones fueron consentidas y que no fueron completas, al ir «a medio gas» por estar bajo los efectos del alcohol y las drogas. Así lo ha declarado en la primera sesión del juicio celebrado a puerta cerrada en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón. Su abogado ha señalado que pide la libre absolución para su cliente, al tiempo que se ha mostrado optimista después de esta primera vista oral.

Según su cliente, al ir drogado y bebido -siete copas de whisky con Red Bull--, y debido a la luz roja del semáforo que se reflejaba en el vehículo, confundió el coche de la supuesta víctima con un taxi. Una vez dentro, le pidió que le llevara a Nuevo Roces, haciéndole ver la mujer su error pero aceptando a llevarle hasta allí. Una vez en Nuevo Roces y en un descampado, el hombre aseguró que la mujer le ofreció sexo, a lo que él accedió. Este grabó una conversación posterior con la mujer, que se presentará como prueba este jueves. Versión distinta es la de la acusación particular, al reiterarse la víctima en que el hombre se subió a su coche y bajo amenazas la hizo conducir hasta un descampado donde la agredió sexualmente en dos ocasiones. Ella, para evitar males mayores, se habría ganado la confianza de su supuesto agresor y le habría trasladado hasta donde él le pidió.

La Fiscalía solicita una pena de 12 años de prisión el hombres y una indemnización de 3.000 euros, mientras que la acusación particular, representada por José Terente, eleva la petición a 14 años de cárcel, al sumar dos más por amenazas, y la indemnización a 18.000 euros por los daños y secuelas. La víctima, según declaraciones de Terente, sigue a tratamiento. El letrado ha destacado que la declaración de su cliente fue completamente idéntica tanto en la denuncia policial, como en fase de Instrucción y en el juicio de este día.

Sin rastros de ADN

Por parte del abogado de la defensa, ha apuntado que no está demostrado que hubiera eyaculación, ya que no se encontraron restos del ADN de su cliente, ni tampoco queda acreditado, a su juicio, que hubiera siquiera penetración. Además, no se han encontrado las supuestas fotos que la mujer dijo que le habían tomado durante el acto sexual.

En cuanto a si se conocían, su cliente recordó estando en Villabona que le sonaba la cara de la denunciante del barrio de Nuevo Roces, donde él había trabajado. El abogado, además, ha incidido en que la grabación de audio de móvil que hizo su cliente, de 10.38 segundos y que este jueves se escuchará en el juicio, da a entender que las relaciones fueron consentidas y se les nota hablar «animadamente» sobre diferentes temas, según él. Al letrado, asimismo, le parece raro que la víctima, que dice estar afectada y en tratamiento, vaya a una farmacia alejada de su casa en la que sabe, según él, que trabaja la novia de su agresor, que en este día testificó también en el juicio junto a la madre de su cliente y el amigo al que le había enviado la grabación de audio.

A esto ha sumado que no apareció el cuchillo patatero con el que dijo que el hombre la habría amenazado y que la mujer no presentaba heridas en sus genitales ni moratones en ninguna parte del cuerpo. Por todo ello, ha considerado inverosímil la versión dada por la mujer y ha opinado que, a su juicio, la mujer denunció por miedo a que trascendieran las fotos que ella pensaba que se habían tomado, para que no supiera que había tenido una relación extramatrimonial.

El juicio continuará este jueves con la declaración de peritos, uno de ellos por videoconferencia, y también se escuchará la citada grabación de audio que hizo el acusado. Al término de las pruebas, se dará lectura a las conclusiones finales y modificaciones, o no, de las penas.

Bajo Amenaza

Según el informe fiscal, los hechos tuvieron lugar el pasado 14 de marzo, en una hora aproximada entre las 5.30 a 6.30 horas, cuando la víctima, de 51 años, se dirigía a su trabajo por la carretera del Obispo de Gijón en su coche. La mujer, que viajaba sola, se detuvo en un semáforo en rojo, momento que aprovechó supuestamente el acusado para acercarse al vehículo e introducirse dentro tras abrir la puerta del copiloto.

De acuerdo al relato de la Fiscalía, el hombre exhibió un arma blanca, que colocó a la altura del cuello de la mujer, conminándola a que condujera hacia un descampado de la avenida de Roces. Una vez allí, la víctima abrió la puerta y se bajó del coche, sin poder llegar a huir al ser cogida por el pelo por el procesado. Dentro del coche, el procesado la agredió sexualmente.

Una vez consumada la agresión, la víctima, atemorizada y temiendo una nueva agresión e incluso por su vida, simuló tener afinidad con el procesado, ofreciéndose a trasladarlo en el coche, lo que así hizo hasta las inmediaciones del parque de Los Pericones de Gijón. La mujer fue asistida en servicio del Sespa, que reclama 123,40 euros por la asistencia dispensada.

La Acusación Pública considera los hechos como un delito continuado de agresión sexual de los artículos 178-179 y 74 del Código Penal. Es por ello que pide, además de los 12 años de prisión, accesoria legal de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante la condena, prohibición de acercarse a la víctima, su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro frecuentado por ella, a una distancia no inferior a 500 metros, por un plazo de 12 años.

También solicita para él prohibición de mantener comunicación con la víctima a través de cualquier medio o procedimiento por el mismo tiempo, así como el pago de las costas del juicio. En concepto de responsabilidad civil, solicita que el acusado indemnice a la mujer con 3.000 euros por daño moral y al Sespa con 123,40 euros, en ambos casos con aplicación de los intereses legales.