El «Gordo» y un tercero rozaron la administración que vendió dos quintos

J. C. G. GIJÓN

GIJÓN

Borja Álvarez-León, lotero de la calle Manso, en Gijón, que vendió parte del quinto premio del sorteo de la Lotería de Navidad.Borja Álvarez-León, lotero de la calle Manso, en Gijón, que vendió parte del quinto premio del sorteo de la Lotería de Navidad
Borja Álvarez-León, lotero de la calle Manso, en Gijón, que vendió parte del quinto premio del sorteo de la Lotería de Navidad

Borja Álvarez-León dio por primera vez dos premios de Navidad y estuvo a punto de dar otros dos de campanillas... solo por un número en cada caso

22 dic 2017 . Actualizado a las 15:48 h.

Borja Álvarez-León lleva su buena docena de años como encargado de la administración de Lotería nº 15 de Gijón. Pero el vínculo familiar con el local, muy cerca de la playa de San Lorenzo en pleno barrio de La Arena, viene de mucho más atrás. Su madre y su abuela -explica- ya estuvieron tras el mismo mostrador a lo largo de toda una vida en la que, sin embargo, los grandes premios navideños no hicieron justicia a la dedicación de la familia; un agravio de la suerte que Borja liquidó ayer viendo cómo dos de los números que ha vendido en lo últimos meses daban en la diana de sendos quintos premios - 03278 y 22253- y cómo otros dos pasaban silbando junto a otros dos premios aún mayores. Solo por un numero en ambos casos, la número 15 de Gijón se quedó en un tris de ser, en verdad, la «niña bonita» más bonita de la Lotería de Navidad de este año.

«Estaba tomando el café antes de que saliera el primer quinto cuando oí que cantaban el tercero: 06914. Me dio un vuelco el corazón porque el número me resultaba muy famiilar y corrí a comprobarlo. Tenía el 06904», cuenta el vendedor de lotería que habrá dado hoy más de una alegría a compradores que, según sus conjeturas, posiblemente fueran veraneantes que probaron suerte de ida o de vuelta a un baño en el Cantábrico. Pero es que la misma sensación de familiaridad se le disparó un buen rato después, cuando finalmente el remiso «Gordo» de este año se dejó ver: un 71198 que se diferenciaba de nuevo en muy poco de 71798 que sí aparecía en sus listados. Del primero había vendido prácticamente 15 series; del «Gordo», 45. «La que se hubiera liado», suspira.

A esa hora aún quedaba, con todo, la segunda alegría del día para la administración gijonesa. Un quinto del que «solo se vendió un décimo, por máquina», pero que vino bien como postre, respecto a la Lotería de Navidad, y seguramente también como aperitivo de cara a la del Niño. Porque a los jugadores con solera estos guiños del azar no les pasan desapercibidos.