Muere el jurista, exministro y abogado gijonés Aurelio Menéndez

La Voz / Europa Press

GIJÓN

Aurelio Menéndez
Aurelio Menéndez

Fue un reputado especialista en Derecho Mercantil, profesor y tutor de Felipe de Borbón, magistrado del Constitucional, miembro del Consejo de Estado y fundador del reputado bufete Uría Menéndez

03 ene 2018 . Actualizado a las 22:06 h.

El jurista, abogado y exministro gjjonés Aurelio Menéndez, presidente de honor del prestigioso bufete Uría Menéndez, ha fallecido hoy en Madrid a los 90 años de edad. Además de ser uno de los máximos expertos españoles en Derecho Mercantil y de su carrera al frente del equipo que fundó junto a Rodrigo Uría, Menéndez fue ministro de Educación y Ciencia entre 1976 y 1977 en el gobierno de Adolfo Suárez, profesor y tutor de Felipe de Borbón y magistrado del Tribunal Constitucional y miembro del Consejo de Estado desde 1992 hasta 2006. Recibió el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 1994 y la Medalla de Oro de la Universidad Autónoma de Madrid, cuya cátedra de Derecho Mercantil ocupó.

Entre otros cargos y honores, Aurelio Menéndez era académico de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y de la Academia Asturiana de Jurisprudencia; presidente de Honor y Vocal permanente de la Sección de Derecho Mercantil de la Comisión General de Codificación y presidente de la Sección de Derecho Mercantil de la Comisión General de Codificación de 1978 a 2006. Recibió, asimismo, el título de marqués de Ibias.

Su formación se inició en la Universidad de Oviedo, donde culminó los estudios de Derecho con el Premio Extraordinario de 1949. Se doctoró en Derecho, también con Premio Extraordinario, por la Universidad Central de Madrid, 1953 y obtuvo la cátedra de Derecho Mercantil en 1957. Con la fundación del bufete Uría Menéndez inició ya en los años 40 una influyente carrera en el ámbito privado que consolidó una firma que en la actualidad emplea a más de 500 abogados en Europa, América y Asia, respaldados por una importante cartera de empresas internacionales. Además de diversas Medallas de Oro y reconocimientos honoríficos, en su ciudad natal -con la que siempre mantuvo un fuerte vínculo- recibió la Medalla de Oro del Ateneo Jovellanos. Deja una abundante bibliografía con obras de referencia en materia de derecho y economía como El registro mercantil (1975) o un Código de comercio y reforma de la legislación mercantil de 1979, además de numerosas publicaciones sobre materias en las que ejerció su magisterio e influencia.

Entre las primeras condolencia destaca la del ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo. «Se nos ha ido un magnífico jurista, un gran catedrático de Derecho Mercantil que llegó a ser uno de los máximos expertos españoles en esta materia, querido por sus alumnos, y estimado por todos los que le conocíamos», ha dicho el portavoz gubernamental, que ha destacado además el «gran prestigio» de Menéndez durante su etapa como ministro, «donde el diálogo y el consenso fueron su seña de identidad, como lo fue toda la etapa de la Transición española».

El Gobierno del Principado de Asturias ha emitido un comunicado en el que manifiesta su pesar por una «sensible pérdida» y destaca la «notable trayectoria» de quien «ha sido considerado uno de los máximos expertos españoles en Derecho Mercantil», y traslada su pésame a familia y amigos.

Desde la Fundación Princesa de Asturias también se ha hecho público un comunicado en el que su directora, Teresa Sanjurjo, expresa «un profundo y doloroso sentimiento de orfandad». «Era uno de nuestros premiados, fue jurado de los Premios en 23 ocasiones, pero era también otras muchas cosas para nosotros: un maestro, un compañero, un amigo, un apoyo insustituible», afirma Sanjurjo, que destaca, junto a su «dilatada y excelsa trayectoria profesional» un «conjunto de cualidades y valores de los que daba continuamente ejemplo con su actitud y sus actos».

«Estaban su sabiduría y su inteligencia, pero también su amplia visión de los temas, su espíritu conciliador y dialogante, su templanza, su trato afectuoso y sincero. Hoy, al recordar con cariño a sus hijos, lo hacemos con la tranquilidad que nos proporciona el recuerdo de su trayectoria, de todas esas virtudes que lo han convertido en un sabio y en un hombre de bien, en un inolvidable amigo al que echaremos mucho de menos, como también lo harán, estamos seguros, en su pueblo natal, Ibias, cuya comunidad educativa honraba a Aurelio y sentía por él gratitud, respeto y profundo afecto», añade Sanjurjo.