Piden 192 años para una banda de traficantes de drogas radicada en Asturias

La Voz / Europa Press

GIJÓN

Cocaína
Cocaína

Las investigaciones que permitieron la detención de los 17 integrantes de la organización, que movía todo tipo de drogas procedentes de Galicia y del sur de la península, se iniciaron en Gijón

04 jun 2018 . Actualizado a las 16:55 h.

La Fiscalía del Principado de Asturias solicita un total de 192 años y medio para los 17 acusados por formar parte de una organización de dedicada a la adquisición y distribución de sustancias estupefacientes que operaba desde Asturias. El escrito de conclusiones forma parte del asunto que juzgará la sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias con sede en Gijón, la ciudad donde se iniciaron las investigaciones, a partir de este miércoles. La mayor pena solicitada es la de 18 años de cárcel que solicita para el líder de la organización como autor de un delito contra la salud pública y pertenencia a organización criminal, además de tenencia ilícita de armas.

El fiscal recoge las investigaciones practicadas por el Grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional, que concluyó que los acusados formaban parte de la organización desde 2013. Según el fiscal, adquirían y distribuían sustancias que iban desde el hachís hasta la cocaína y la denominadas drogas de diseño. El núcleo se hallaba en Asturias, desde donde ser organizaron las principales operaciones y adonde iban destinadas en primer término las partidas de estupefacientes.

La investigación se inició en Gijón cuando se detectó un aumento del consumo de speed y derivados anfetamínicos. Indagaciones posteriores confirmaron que una organización dedicada a la distribución de drogas de síntesis estaba operando en Asturias, donde residían las personas implicadas en su elaboración y distribución a otras comunidades limítrofes. Durante el desarrollo de las pesquisas se logró averiguar que los integrantes de este entramado formaban parte de una red bien organizada y estructurada de forma piramidal, donde los cabecillas ejercían el control y la supervisión absoluta. Además distribuían a sus integrantes según las tareas asignadas, creando de este modo diferentes equipos encargados del aspecto financiero y recaudatorio, logística y almacenaje, manipulación y corte de la droga y en un último escalón a su distribución y venta al por menor.

Además de drogas de síntesis se encargaban de la elaboración de cocaína y de la distribución de hachís que conseguían desde Galicia y sur de la península respectivamente, y que posteriormente repartían a regiones colindantes.