Una cura de basura para el Puerto Deportivo

J. C. G. GIJÓN

GIJÓN

Unos 80 voluntarios, submarinistas y en tierra, dedicaron la mañana de este sábado a limpiar los fondos del muelle gijonés, de donde han extraído unos 600 kilos de restos

06 oct 2018 . Actualizado a las 19:27 h.

Valeria y Atenea quieren ver limpio el fondo del Puerto Deportivo de Gijón. Es más: quieren que los mares estén limpios e incluso la mayor de ellas, de 10 años, tiene una campaña pensada junto a una amiga para hacer algo que alivie un poco la mala salud del medio ambiente. De momento, este sábado, junto a su hermana menor -6 años- se han acercado hasta el grupo de voluntarios que, junto a la Antigua Rula y desde primera hora de la mañana, recogen, clasifican, pesan y finalmente depositan en contenedores todo lo que va saliendo del fondo del muelle. Son las más jóvenes del grupo de gente también muy joven; tanto como la que, solo unas horas antes, contribuía a que el fondo se convierta cada poco en un vertedero submarino de vasos de plástico y cristal… y de otras muchas porquerías. Hasta 600 kilos entre los que se han encontrado restos altamente contaminantes como baterías de coches y pilas alcalinas, varios teléfonos móviles, cinco neumáticos e incluso un bolardo metálico.

Voluntarios clasificando basuras encontradas al fondo del Puerto Deportivo de Gijón
Voluntarios clasificando basuras encontradas al fondo del Puerto Deportivo de Gijón

Son 32 fuera del agua, acarreando por los pantalanes cubos y bolsas repletos de inmundicia. Pero la parte esencial de la operación recae en los 25 submarinistas del la Escuela de Buceo O2 inmersión, como parte de la IV Gran Limpieza de Fondos Marinos que se desarrolla en 30 localidades del litoral español convocada por la Red de Vigilantes Marinos. Entran y salen constantemente, entregando sus 'tesoros' a los voluntarios de tierra bajo la mirada de curiosos que, en algún caso, se suman a la tarea. Sale de todo. Incluso una cartera con toda la documentación de una vecina de Gijón… pero sin un céntimo. «Debieron de robársela, quitarle el dinero y luego tirarla aquí», especula una de las voluntarias.

Porque lo cierto es que el mar lo traga todo, aunque luego la digestión acabe con su salud. Javier Cristobo, director del Centro Oceanográfico de Gijón lo recuerda una vez más: «La mayor parte de los residuos tardan muchísimo tiempo en degradarse, afectan a las comunidades biológicas y, por otra parte, son sustancias ajenas al medio, con lo cual estamos deteriorando a pasos agigantados el océano, afectando a todas las cadenas tróficas», explica. Eso sucede con especial gravedad «en los puertos, donde la actividad humana es mayor, y no tienen por qué estar con esta cantidad de residuos»

La cuestión es quién le pone el cascabel al gato. La directora del Área de Sostenibilidad y Cambio Climático del Ayuntamiento, que ha acudido junto a la alcaldesa -y también concejala de Medio Ambiente- Carmen Moriyón, comenta que «es complicado por una cuestión de seguridad pública» intentar la concienciación sobre el terreno de los jóvenes que acuden de botellón al Puerto Deportivo o salen a consumir sus copas al borde de la dársena. Reitera, eso sí, el compromiso municipal con iniciativas de este tipo y su continuidad en términos de concienciación, con exposiciones como 'Basura a mares', que recorre el pretil del puerto, justo en los puntos desde donde se arroja casi de todo al Cantábrico. Esta noche empezará, sin duda, la reposición de materiales. Y así hasta el año que viene.