Contaminación: los vecinos quieren respuestas al misterio del «patrón nocturno»

J. C. G. GIJÓN

GIJÓN

Imagen de un nube de contaminación en Gijón
Imagen de un nube de contaminación en Gijón

Las mediciones de PM10 en la atmósfera durante septiembre y lo que va de octubre en la zona Oeste registran, según el movimiento vecinal, una pauta regular de emisiones en las madrugadas que hasta quintuplican el máximo permitido

08 oct 2018 . Actualizado a las 13:22 h.

El movimiento vecinal de Gijón ha monitorizado lo que ha sucedido con las emisiones contaminantes a la atmósfera a lo largo del mes de septiembre, y lo que ha visto no le ha gustado. Hasta ahora hablaban de «emisiones extrañas»; ahora, a la vista de la regularidad de los picos de emisión y de las horas en las que se producen, prefieren hablar de «patrón nocturno». Una pauta cuyo análisis ha revelado, a partir del volcado de datos de la estación móvil de El Lauredal, que los máximos fijados por la UE para partículas de menos de 10 microgramos por metro cúbico (PM10)  -las más perjudiciales para la salud- tienden a concentrarse en las horas nocturnas, a partir de la 1 de la madrugada y hasta primera hora de la mañana, incluso hasta las 11 en algunos días.

Según los datos recogidos en El Lauredal, los máximos se han superado en 13 días de septiembre. Los peores días fueron el jueves, 20 y el viernes 21 en lo que Adrián Arias ha descrito como «un inicio de fin de semana absolutamente negro, terrible y traumático del que nadie ha dado una explicación»: desde las 2 de la madrugada hasta las 9 de la mañana del jueves -con un pico máximo de 202 miligramos- y de nuevo de 11 a 20 horas con todas las mediciones sobre el límite para empezar de nuevo con el 'patrón nocturno' en la noche del viernes También el día 4, por ejemplo, se superaron los límites durante 11 horas. El lunes 17 de septiembre a las 6 de la mañana, expusieron los vecinos, se alcanzó un «espectacular» pico de 245 microgramos, que casi quintuplica el tope de los 50 microgramos fijado como peligroso para la salud por la normativa comunitaria, y en proceso de revisión para su posible reducción a los 40 microgramos recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Al día siguiente, entre la 1 y las 9 de la mañana -hora «crítica por la entrada de los niños y niñas al colegio»- todas las mediciones superaron los límites permitidos. Octubre ha entrado con las mismas pautas. Se da el caso de que ha habido momentos en este mes de interrupción de datos en continuo en momentos de elevadas mediciones.

Por ello, las dos federaciones vecinales de Gijón exigen respuestas a lo que consideran un «enigma del que, aparte de los datos, solo saben que tienen «a la fuerza origen industrial», descartadas las emisiones de vehículos, casi nulas en la zona de medición de madrugada, y las de calefacciones, inactivas todavía en el septiembre más cálido de los últimos diez años. «Estamos muy huérfanos de respuestas durante estos meses en temas de contaminación», ha lamentado Adrián Arias; un silencio que podría obtener respuestas terminantes, ya que los vecinos se plantean ante el Consejo Sectorial de Medio Ambiente -que se reúne este jueves- la misma opción que ofrecieron hace unos días al Foro de la Movilidad: el portazo.

De todo ello ha dado cuenta el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV), Adrián Arias, acompañados por representantes de las asociaciones vecinales de la zona Oeste y del representante de vecinos de la Zona Rural en el Consejo de Medio Ambiente. La FAV no solo tiene previsto pedir explicaciones directas a la alcaldesa de Gijón y presidenta de dicho Consejo como concejala de Medio Ambiente, sino que también espera respuestas del Principado y del Ministerio de Transición Ecológica; en este último caso para que incorpore a los informes que está realizando sobre contaminación industrial los datos recogidos en la estación de El Lauredal. Del mismo modo, remitirán a la Comisión Europea y al Defensor del Pueblo el informe.

 «Nosotros hemos hecho nuestro trabajo, que es el de la denuncia. Ahora el enigma lo tienen que resolver los técnicos de la administración», ha concluido Arias, que no ha atribuido a ninguna industria en concreto las emisiones.