«Me amenazaba con descuartizarme y guardar los trozos en el congelador»

La Voz REDACCIÓN

GIJÓN

Palacio de Justicia de Gijón
Palacio de Justicia de Gijón

Asegura la víctima de alzheimer supuestamente maltratada y robada por su pareja

13 feb 2019 . Actualizado a las 17:47 h.

La acusada de maltratar física y psíquicamente a su compañero sentimental, de 76 años y con alzheimer, y de apropiarse de más de 100.000 euros de sus cuentas bancarias ha negado los hechos y ha declarado que gran parte de ese patrimonio los gastó la pareja de común acuerdo «para vivir la vida». La mujer, que convivió con el septuagenario desde finales de 2014 hasta octubre de 2017, ha dicho que jamás insultó, amenazó o golpeó a su compañero y que los 85.000 euros que se retiraron de las cuentas bancarias en cinco meses se gastaron en «comidas, fiestas y viajes» de la pareja.

La acusada, que se enfrenta a una petición de pena de cinco años y medio de prisión por un delito de maltrato habitual y otro de apropiación indebida, se ha declarado inocente en la primera jornada del juicio que se celebra en la Sección Octava de la Audiencia Provincial, con sede en Gijón. Según la Fiscalía, la mujer aprovechaba que su compañero sentimental tenía mermadas sus facultades por padecer alzheimer para ejercer «frecuentemente» violencia psíquica y verbal contra él y gestionar su patrimonio haciendo suyo su dinero. La versión de la acusada ha sido desacreditada por la víctima, que aseguró que al menos en dos ocasiones la mujer le puso un cuchillo en la garganta y le amenazó con matarle si no retiraba el dinero del banco y se lo daba a ella. También ha asegurado que a menudo le insultaba, golpeaba y amenazaba con «descuartizarlo y guardar los trozos en el congelador» y le obligaba a tomar unas pastillas que anulaban su voluntad.

Testimonios en la primera vista del juicio

En la primera de las dos vistas del juicio, han declarado 10 de los 17 testigos citados, cuatro de ellos amigos de la pareja que aseguraron haber presenciado insultos y amenazas en el domicilio de la pareja. Según estos testimonios, «al principio todo iba bien, pero la relación empeoró cuando se acabó el dinero» y la mujer le obligó a dormir en el salón en un camastro ubicado entre dos armarios. También han afirmado que no le dejaba salir solo a la calle, que le quitaba las llaves y le dejaba encerrado en la casa. Además han testificado los dos hijos del hombre, que al ser advertidos de la situación por los amigos de la pareja decidieron «sacarlo de allí», ya que la vivienda que habitaban era de la mujer. Un empleado del banco en el que la víctima tenía en 2014 activos financieros y ahorros por valor de 86.000 euros ha declarado que en pocos meses ese patrimonio quedó en nada.

Otro empleado de otra entidad ha testificado que la pareja abrió una cuenta a nombre de los dos en la que sólo ingresaba la pensión del hombre y a la que se cargó un crédito de 10.000 euros. En el documento de solicitud de este préstamo ha quedado constancia de que el destino del capital era la apertura de una tienda a nombre de la hija de la mujer, según ha indicado el empleado bancario. Como consecuencia de las deudas contraídas durante los meses de convivencia, el hombre tiene embargada la pensión y el piso en el que había vivido hasta que se mudó a la casa de la acusada. Según el Ministerio Público y la declaración de algunos testigos, la mujer compró un coche por importe de 23.800 euros que fueron cargados a la cuenta de su compañero sentimental.

Según la Fiscalía y la acusación particular, la acusada llegó a tener siete operaciones de crédito impagadas, lo que llevó a incluir a la víctima en una lista de morosos al embargo de sus bienes e ingresos. Los informes forenses aprecian que la víctima no tiene capacidad para controlar sus actos por padecer la enfermedad de alzheimer y los informes psicológicos concluyen en que presenta características propias de personas sometidas a malos tratos. Además de la pena de prisión, se pide la restitución de las cantidades sustraídas y una multa de mil euros por daños morales, informa EFE.