Carmen Moreno, abogada y gerente de la Unión de Comerciantes del Principado de Asturias, está segura de que «el comercio gijonés seguirá dando color a la ciudad y calidad de vida pese a los agoreros»
21 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Nombre: Carmen Moreno Llaneza
Edad: 58
Lugar de nacimiento: León
Ocupación: Abogada, Gerente de la Unión de Comerciantes del Principado de Asturias
-Buenos días. ¿Algún motivo en particular para que hoy lo sean?
-Procuro que lo sean todos, que dependa de mi. Hoy ha comenzado con una reunión muy gratificante para seguir creciendo como asociación empresarial.
-¿A qué hora se ha levantado?
-Cuando es de día, es la consecuencia de ser nocturna más que madrugadora.
-¿Con qué pie?
-Ni lo sé, pero si con la certeza de que se puede mejorar algo con esfuerzo y pasión.
-¿Qué ha desayunado?
-Fruta, pan con aceite café , una buena dosis de vitaminas y una conversación con mi hija que lo ilumina todo.
-¿Y con qué noticia, buena o mala, se ha desayunado?
-Con el informe sobre la pobreza infantil en Asturias. Me avergüenza como persona y como sociedad que esté pasando, tenemos que actuar con urgencia.
-¿Su primera alegría del día?
-La presentación esta semana ante asociaciones de comerciantes de todo el país del programa de renta social de Gijón y el trabajo de la Unión de Comerciantes.
-¿Su primer cabreo?
-Proponer una colaboración en igualdad y que me contesten que prefieren ser «cabeza de ratón».
-Imagínese que se levanta alcaldesa, ¿qué deberes se pondría para hoy?
-Hablar con las personas que trabajan en el comercio, en todos los barrios, conocer sus necesidades para tener un plan de acción sobre la realidad.
-Si yo fuese foriatu y tuviese que llevarme a casa la esencia de Gijón, ¿qué tendría que comprar?
-Lo que se vive y experimenta al ir de compras: la amabilidad, el trato personalizado, la profesionalidad, la calidad, la seguridad de que has acertado y nunca serás solo un consumidor.
-¿Y qué tendría que evitar para no llevarme alguna mala impresión del comercio local?
-Las malas impresiones, si es que existen, son necesarias para saber todo lo que nos queda por hacer y con quién hacerlo.
-¿Qué es lo mejor que se puede comer y beber en esta ciudad?
-Para comer sin duda un pescado, de los que vende la pescadera de mi calle. Para beber la sidra siempre manda, pero una cerveza artesana es muy apetecible.
-¿De qué color ve el comercio en Gijón al día de la fecha?
-Del color de la luz, porque el comercio gijonés seguirá aquí dando color a la ciudad y calidad de vida a la ciudadanía, pese a los agoreros que siempre han existido.
-¿Y el futuro del comercio?
-Unido al futuro de la ciudad, cambiando constantemente según lo hacen las personas y su estilo de vida, llenando las calles y haciendo de las tiendas un lugar de experiencias memorables.
-¿Y la clientela? ¿Me la diagnostica?
-Seguiremos queriendo ser atendidas y no despachadas. Tenemos muchas formas de comprar, cada vez más globales, pero será preferente la que implica vivir las ciudades, unir ocio y compra, hablar de lo que queremos y comprarlo con muchas facilidades.
-Imagínese que hay que sustituir al Pelayo de la plaza del Marqués. ¿A qué gijonés o gijonesa, contemporáneo o no, subimos a la peana?
-A una mujer que represente a todas las que, sin descanso, trabajan por la igualdad y luchan contra los machismos de obra, palabra y pensamiento.
-¿Qué sector o qué tipo de comercio echa de menos en la calles de esta ciudad?
-Ninguno, esta es una ciudad muy rica en comercios. Tenemos que seguir creando programas que unan al comercio con el bienestar de vecinos y vecinas. Economía para el bien común.
-Si las luces de Navidad son para alegrar al personal, ¿por qué siempre hay quien se cabrea a causa de ellas?
-Porque esta ciudad es muy participativa y exige, con toda la razón, que las decisiones tengan un fundamento objetivo, con independencia de quien pague su coste.
-¿Dónde le gusta perderse en Gijón?
-Para respirar en Deva, para caminar por el Rinconín, para sentirme acompañada en La Calzada.
-Compóngame, por favor, un escaparate apetecible del Gijón del futuro.
-Peatonal, bien comunicado, el cielo y el mar limpio, personas conviviendo en todos los barrios y , claro, tiendas únicas como las que tenemos.
-¿A qué le gustaría que la Lloca del Rinconín le dijese adiós para siempre?
-Al desempleo y el empleo precario, origen de pobreza y desigualdades.
-¿Qué le falta a esta ciudad para ser perfecta?
-Ninguna ciudad es perfecta, tienen que ser humanas, sanas, sostenibles, fáciles para moverse, con espacios para encontrarnos y hablar, con niños jugando en lugares seguros y calles llenas de comercios y hostelería que les den ambiente. Gijón puede y debe mejorarlo.
-¿Y qué le sobra?
-Esa parte pesimista que nos lleva a creer que estamos mucho peor de lo que la realidad nos dice y no valorar la fuerza que tenemos como sociedad.
-¿A quién mandaría a ver la ballena?
-A las personas que siempre dicen «no» a cualquier proyecto, a los que se quejan sin hacer nada y creen que cualquier tiempo pasado es un paraíso perdido.
-¿Y a quién invitamos a unos culines con dos docenas de oricios para acabar el día?
-A mi familia que me da la fuerza que necesito. También a quienes me reten a tener espíritu crítico y no callarme lo que pienso.
-¿Qué les va a desear hoy a sus paisanos y paisanas antes de echarse a dormir?
-Una noche cálida y una mañana luminosa.