Directores del género participantes en el FICX reivindican la proyección de este formato fuera de los festivales especializados y junto al cine comercial
21 nov 2018 . Actualizado a las 19:13 h.Los directores Tariq Porter, Natalia Marín, Maider Fernández y Gemma Blasco, que participan en el Festival Internacional de Cine de Gijón en la sesión de cortometrajes, han demandado hoy una mayor difusión de este tipo de obras y han abogado por la recuperación de los programas dobles en la salas. Los jóvenes cineastas han coincidido en destacar que la programación de cortometrajes conjuntamente con largometrajes en los cines contribuiría a impulsar la producción y difusión del género, que ha quedado reducido a poco más que a festivales. También han criticado algunos aspectos del sistema de ayudas a la producción de cortos, que muchas veces deja fuera a proyectos «buenos» pero de escasa envergadura, informa EFE.
Los cuatro realizadores han participado hoy una rueda de prensa en el festival, en la que han destacado la necesidad de que el cortometraje alcance el «lugar que se merece» en el séptimo arte. Porter, que presenta en el Festival de Gijón Cendra, su opera prima, ha asegurado que hay un corte generacional entre los cortometristas jóvenes y los veteranos. Según ha explicado, la mayor parte de los jóvenes tiene la pulsión de hacer cine y lo hacen incluso sin financiación externa mientras que los veteranos esperan a tener cerrada la producción antes de rodar. Cendra es un filme minimalista sobre el dolor, la angustia y la conciencia del fin, interpretado por el tío del director y producido por Paco Poch e Irene Mur.
Natalia Marín, que compite en la sección oficial de cortos con La casa de Julio Iglesias, ha dicho que esta obra ha sido «un proyecto barato» que tiene como tema central la identidad española, aunque la historia transcurre en China. Maider Fernández presenta en el certamen de Gijón Amar siempre, un corto experimental para el que ha utilizado el formato de videoinstalación con dos pantallas que reproducen imágenes de vidas paralelas. La película narra la brecha generacional entre una abuela y su nieta en la concepción que ambas tienen sobre el amor y las relaciones sexuales. Gemma Blasco, que participa con Jauría, ha destacado la necesidad de un mayor apoyo institucional y financiero a las obras más experimentales.