La primavera del asturiano llega al umbral de la oficialidad

Raúl Álvarez REDACCIÓN

GIJÓN

Manifestación n'Uviéu pola oficialidá
Manifestación n'Uviéu pola oficialidá Alberto Morante

El momento político favorece a los defensores de la llingua para lograr un avance perseguido desde hace casi 40 años, pero también estimula una oposición basada en la identificación de las lenguas con los nacionalismos

02 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La primavera del asturiano desveló la madurez del movimiento de los defensores de la llingua, capaces de movilizar dos veces en quince días a miles de personas por las calles de Oviedo. Esa efervescencia del Proyeutu 2018, alimentada por la constatación de que, después del giro anunciado por la nueva dirección de los socialistas asturianos, por primera vez existía en el Parlamento autonómico una mayoría favorable a equiparar asturiano y castellano dio alas a las reivindicaciones. El 21 de abril, una multitud se reunió delante de la estación de ferrocarril de la calle Uría para marchar desde ahí por el centro de Oviedo y escuchar la lectura final de un manifiesto. El 4 de mayo volvieron a verse escenas parecidas en las mismas calles en la tradicional manifestación que pone fin a la Selmana de les Lletres Asturianes.

El momento de la política no ha llegado todavía. El PSOE, sumido en su larga transición entre lo viejo y lo nuevo, aplaza cualquier debate hasta la próxima legislatura. Adrián Barbón y su equipo defienden la oficialidad y la secretaria de Organización de los socialistas asturianos, Gimena Llamedo, representó al partido en la primera manifestación, en la que se dejaron ver también dirigente de Podemos, Izquierda Unida y Foro Asturias. A finales de año Podemos e IU intentaron forzar el debate en el Parlamento, pero su iniciativa no prosperó.

El impulso para sus posiciones que han conseguido la Academia de la Llingua o la Xunta pola Defensa de la Llingua, respaldados por el rector de la Universidad de Oviedo, partidos, sindicatos y otras organizaciones sociales, la consigna «Ya, ya, ya, oficialidá» y el manifiesto leído en mayo por la actriz María Cotiello, sin embargo, han suscitado también reacciones viscerales en contra. El Partido Popular y Ciudadanos, en el frente político, rechazan la oficialidad, cuestionan la imposición del asturiano y señalan sus costes económicos. Fuera del Parlamento, la plataforma contra la cooficialidad (formalmente, Movimiento Social contra la Cooficialidad del Bable y en Defensa de la Libertad Lingüística ) ha lanzado discusiones en las redes sociales, pero ha fallado en el mundo real. Su intento de conseguir una protesta fuerte a las puertas del Ayuntamiento de Gijón se saldó en abril con la asistencia de siete personas y una avalancha de burlas.

Apoyo en las encuestas

La oposición a la cooficialidad, sin embargo, encuentra eco más allá de Asturias. En el ambiente político viciado por el conflicto catalán, Vox encuentra fuerza en argumentos basados en la unidad de España y en identifica llingua con nacionalismo y separatismo sin reparar en la diversidad de los apoyos que concita el asturiano. Pablo Casado, desde el PP, también ha tomado postura en contra de la llingua. Pero son los asturparlantes quienes presentan denuncias por intentar dirigirse a las administraciones en asturiano sin éxito. Y las encuestas, como las realizadas para la Academia por el sociólogo Francisco Llera, muestran un apoyo social sin precedentes para la cooficialidad, más fuerte aún entre los jóvenes.

El PSOE, para disipar los temores de lo recelosos, asegura que promoverá una «cooficialidad amable», sin obligaciones para ningún ciudadano pero sí para las administraciones. El concepto ha generado controversia por las reacciones de la derecha. Pero las cartas están sobre la mesa, los defensores y los opositores de la cooficialidad se han identificado y, si las urnas confirmas en mayo la mayoría de la izquierda que se da en el actual Parlamento, todo está listo para un avance que ensanchará el Estatuto de Autonomía.