Microalgas cultivadas en Gijón para conseguir hortalizas sin pesticidas

GIJÓN

Nave de Neoalgae en el polígono de Lloreda
Nave de Neoalgae en el polígono de Lloreda

La única empresa asturiana dedicada al cultivo de estos microorganismos, que entre sus múltiples usos capturan CO2, lidera un proyecto europeo para reducir el uso de fertilizantes químicos

05 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Apenas tres empresas se dedican en España al cultivo de microalgas, que tienen un valor fundamental por sus múltiples usos y beneficios. «Es una materia prima poco conocida y de la que ya se conocen muchos usos, pero tiene muchos otros más que están por explotar», asegura Fidel Delgado, uno de los dos biólogos que dirigen NeoAlgae, la única empresa asturiana que cultiva microalgas en un gran invernadero ubicado en el polígono de Lloreda, en Gijón. Esta start-up gijonesa con base tecnológica, que nació en 2012 como consultoría centrada en dar asesoramiento científico para el cultivo de microalgas, lidera un proyecto financiado por la Unión Europea (UE) para reducir el uso de pesticidas, inicialmente, en el cultivo de tomates y maíz.

«El objetivo del proyecto es hacer fertilizantes con actividad biocida a través de la combinación de microalgas y plantas aromáticas para reducir el uso de pesticidas en el cultivo del tomate, que es uno de los más intensivos que hay en España», explica Delgado, que indica que las propias microalgas ya tienen actividad que matan a los hongos y que, combinadas con las de las plantas aromáticas, permitirán destruir las posibles plagas que ataquen al tomate. «La idea es hacerlo extensivo a otros cultivos de manera que los fertilizantes naturales ayuden a proteger el medio ambiente y a que produzcamos más y mejores verduras y hortalizas».

Este proyecto, que acaba de ser concedido y firmado con el objetivo de reducir el uso de pesticidas en un 56% en los cultivos de tomate y maíz, tendrá una duración de cuatro años y un presupuesto global de 1,27 millones de euros, de los que algo más de 700.000 están financiados por el Programa LIFE de la UE. Es uno de los pocos proyectos asturianos, además, que han conseguido financiación europea para todas sus fases, con el apoyo del Ayuntamiento de Gijón a través de Impulsa Gijón, y también contará con la participación del Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario Extremadura (CTAEX) y Endesa, que viene colaborando con Neoalgae desde sus inicios. 

Desde 2012, la empresa gijonesa ha ido creciendo e incorporando desarrollos innovadores en el campo de la biotecnología de microalgas a los nuevos productos y marcas que han ido sumando a su cartera comercial, generando además empleo de alta calificación. «Durante los primeros años, nos estuvimos financiando a través de contratos de asesoramiento científico pero en estos dos últimos años hemos transformado la compañía y ha pasado a ser más una empresa de productos», explica Delgado.

Fertilizantes, cosméticos, suplementos o productos alimenticios forman parte de esa batería de productos que se realizan con los compuestos activos de las microalgas que cultivan en la planta del polígono de Lloreda, que tiene una superficie de unos 1.500 metros cuadrados. «El mercado de las microalgas últimamente está cogiendo más fuerza. Sus usos para actividades cosméticas y de alimentación están muy demostrados, pero ahora lo que falta es conseguir que otras empresas se animen a utilizarlas como recursos. Que empiecen a pensar en ellas como un recurso. Son productos muy sanos, la mayoría no tienen grasas, pero sí muchas vitaminas y minerales», indica Delgado.

Pone como ejemplo una de las más conocidas: la espirulina. «Es una microalga que tiene entre un 65% y un 70% de proteínas y minerales esenciales. Viene muy bien en dietas que necesiten una gran concentración de vitaminas. Nosotros la utilizamos para suplementos, para cosmética, para alimentación y para fertilizantes. La utilizamos para todo». NeoAlgae distribuye tanto a empresas como al cliente final, principalmente en Espala, pero también en países europeos y de otros continentes: «Somos una empresa de aquí pero que mira fuertemente para el exterior».

Una empresa, además, bien situada en un sector que solo puede crecer, más si se tiene en cuenta que las microalgas sirven también para reducir las emisiones de CO2. En plena crisis climática. «Podemos contribuir mucho en la captura de CO2, que es un desarrollo aún por explotar. Hay algunas empresas que ya lo han experimentado pero capturar CO2 con microalgas sigue siendo un campo abierto por aplicar a nivel industrial masivo que además es una gran oportunidad para todas las empresas. En otros países ya están haciendo cultivos intensivos enormes de microalgas, que pueden ser una fuente alternativa real a otro tipo de ideas», dice Delgado. El cultivo de microalgas, en este sentido, necesita mucha luz, nutrientes, agua y precisamente CO2. Lo utilizan para su metabolismo y, durante la fotosíntesis, generan oxígeno.