Así se están perdiendo las escaleras del rock de Gijón

E. G. B. GIJON

GIJÓN

Estado en el que se encuentran las escaleras que comunican el puerto deportivo con Cimavilla
Estado en el que se encuentran las escaleras que comunican el puerto deportivo con Cimavilla FGD

Fueron pintadas de colores, con los nombres de los 50 mejores álbumes de la historia del rock, en una intervención artística de 2012, pero han perdido esplendor y tirón fotográfico por la falta de mantenimiento

23 sep 2019 . Actualizado a las 10:49 h.

Era un lugar sombrío, realmente lúgubre y desde luego perfecto para una intervención como la que se llevó a cabo en 2012, año en el que las escaleras del rock pasaron a ser conocidas dentro y fuera de Gijón. Fue en la noche blanca que se celebraba aquel año, en octubre, cuando las viejas escaleras que comunican el puerto deportivo con Cimavilla, situadas entre los números 6 y 8 de la calle de Claudio Alvargonzález o, entre el 5 y el 7 de la de Óscar Olavarría, eran pintadas con llamativos colores y se convertían en singulares e incluso icónicas por lo atractivo de la propuesta artística.

El conjunto se llama Stairway to Heaven (Escaleras al Cielo), cada uno de sus 41 peldaños está pintado de un color diferente y, en ellos, aparecían los títulos de los 50 mejores álbumes de la historia del rock según la revista Rolling Stone. Aparecían, en pasado, porque algunos títulos apenas se aprecian, al igual que los colores.

Han transcurrido siete años desde aquella noche blanca, que es la cita anual en la que los museos municipales y las galerías de arte no cierran sus puertas y sacan sus propuestas culturales a la calle, y el esplendor que le imprimía un artista callejero llamado Mossel, que es a quien se le atribuye la obra, se ha ido apagando ante la falta de mantenimiento, que por otro lado es general en todo el barrio alto de Gijón.

Las escaleras del rock eran una parada imprescindible para los amantes de la música que visitaban Gijón y para quienes gustan de hacer fotos en esos rincones ocultos que sorprenden con propuestas originales como es el caso. De nuevo, en pasado, y solo hay que leer las opiniones que, sobre estas escaleras de Gijón que incluso aparecen situadas en Google Maps, se han publicado en internet. «Madre mía», se dice en una de esas críticas de hace ya un año, «sé que son escaleras porque lo pone aquí, porque ya están casi más cerca de ser una rampa. A ver si el Ayuntamiento de Gijón hace algo por arreglarlas, porque algo que podía ser bonito de ver se convierte en algo que da verdadera pena. Lo siento mucho por la gente que le hacía ilusión ir a verlas con otras expectativas, como yo, pero no vayáis».

«Están muy descuidadas, prácticamente en el olvido. Me hubiera gustado verlas en buenas condiciones», se puede leer en otro comentario. Pero no son solo los foráneos quienes se sorprenden para mal de la falta de mantenimiento en un rincón con tirón turístico y fotográfico. Esta misma semana el periodista gijonés Fernando García de Dios presentaba una queja en el Ayuntamiento de Gijón para pedir que se restauren los colores y los nombres que han desaparecido, como relataba con fotografía incluida en Twitter, «al considerarlo como un lugar simbólico, atractivo y turístico de una ciudad en la que tristemente imperan los grises».

Como ciudadano, dice, considera que es un lugar muy fotografiado por los turistas y por «quienes somos de Gijón» en el que merece la pena evitar que vuelva a ser un lugar lúgubre y gris como antaño.