Estas fueron las condenas de otras madres que asesinaron a sus recién nacidos

E. G. B. GIJON

GIJÓN

Contenedores de la calle Jenaro Suárez Prendes, en donde apareció el cadáver de un bebé
Contenedores de la calle Jenaro Suárez Prendes, en donde apareció el cadáver de un bebé Alberto Morante

Cuatro mujeres fueron condenadas en España en los últimos años por crímenes similares al de Gijón

29 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El crimen del bebé que apareció en un contenedor del barrio de Nuevo Roces de Gijón tiene varios precedentes en los últimos años. En todos ellos, los asesinatos fueron cometidos por las madres cuando los bebés acababan de nacer, salvo en uno de los casos que ya tenía tres meses. En las condenas, tras un juicio de jurado popular, se tuvieron en cuenta atenuantes y eximentes ante las características particulares de cada caso. Estas son las cuatro condenas más recientes:

15 años de cárcel 

Fue en Alcoy (Alicante) en agosto de 2014, cuando una joven que entonces tenía 18 años asesinó a puñaladas al bebé al que acababa de dar a luz en su domicilio. Había ocultado el embarazo a su familia y dio a luz en la bañera. Le cortó el cordón umbilical con un cuchillo de sierra que empleó para clavárselo al recién nacido en el tórax. Sabía que al hacerlo le causaría una muerte rápida. Metió al bebé en una bolsa de plástico que tiró en un contenedor de basura. Su crimen fue descubierto porque una hermana la encontró acostada en la cama sangrando por una pierna. La convenció para que fuera al hospital y, una vez allí, acabaría confesando lo ocurrido. Un jurado popular la declaró culpable en diciembre de 2017 y la jueza que presidió la vista la condenó a 15 años de cárcel. Se le aplicó la atenuante de confesión y aprovechó su derecho a la última palabra para mostrar su arrepentimiento en el juicio.

9 años de cárcel 

En abril de 2010 una joven de 21 años, tras ocultar también su embarazo a su familia y al padre del bebé, daba a luz en el baño del domicilio familiar de la localidad zaragozana de San Juan de Mozarrifar. Pese a que la madre declaró que el bebé había nacido muerto, tenía una gasa en la garganta que le había provocado la muerte por asfixia. Los padres de la joven la encontraron poco después de estos hechos en medio de un gran charco de sangre, encontrándose al bebé en la repisa de una ventana. La joven fue atendida en un hospital, en el que en principio negó el parto. Tras ser juzgada por un tribunal popular, se la consideró autora de un delito de asesinato con el agravante de parentesco y la atenuante de arrebato u obcecación, así como la eximente incompleta de trastorno mental transitorio, como se probó en los informes psiquiátricos. Se la condenó a nueve años de prisión y al pago de una indemnización de 60.000 euros al padre del niño.

6 años de cárcel

Otro caso es el de una mujer que degolló a su bebé de tres meses, en agosto de 2015, en el altar de la capilla del cementerio de la localidad toledana de La Villa de Don Fadrique, Cuando cometió el asesinato gritó «Satán, ven a mí». Un empleado municipal fue testigo de los hechos y avisó a la Guardia Civil, que consiguió detener a la mujer en su huida. Se la condenó a seis años de prisión por un delito de asesinato en el que se le aplicó la eximente incompleta de alteración psíquica, puesto que se probó que en el momento de los hechos padecía una grave psicosis postparto y, con anterioridad, había estado ingresada en una unidad psiquiátrica.

35 años de cárcel

Este último caso, que tuvo lugar en la localidad sevillana de Pilas, es el de la condena más alta: 35 años años de cárcel por dos delitos de asesinato. La mujer condenada había matado a sus dos bebés recién nacidos, uno entre 2002 y 2008 y otro en 2010, al meterlos en bolsas que luego introdujo en dos congeladores de la casa familiar. La muerte de ambos se produjo por asfixia mecánica. La mujer había ocultado sus dos embarazos a su familia. Su marido, ya en 2012, fue quien encontró uno de los cuerpos primero y, días más tarde, el segundo. A la mujer, que tenía dos hijos menores, también se la condenó al pago de  una indemnización de 300.000 euros a su ya exmarido y a sus hijos.