Las cartas de los emigrantes asturianos: «No hay recompensa para lo que uno sufre en América»

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Tres de las cartas de emigrantes que se recuperan en la publicación «Voces de la ausencia»
Tres de las cartas de emigrantes que se recuperan en la publicación «Voces de la ausencia»

Una publicación, a través de 300 misivas de las 14.000 custodiadas por el Muséu del Pueblu d'Asturies, rescata la memoria escrita de quienes dejaron atrás Asturias en busca de oportunidades

13 dic 2019 . Actualizado a las 13:56 h.

«Querido hermano Avelino: Por mucho que uno llegue a hacer en la América no hay recompensa para lo que uno sufre. No hay recompensa posible para lo que uno sufre». Esta es solo una de las más de 14.000 cartas de los emigrantes asturianos que custodia el Muséu del Pueblu d'Asturies. Cerca de 300 han sido seleccionadas para la publicación Voces de la ausencia. Las cartas privadas de los emigrantes asturianos a América (1856-1936), de Laura Martínez Martín (Trea, 2019), que propone un análisis desde la mirada integral y multidisciplinar de la Historia social de la cultura escrita.

El libro es el resultado de una tesis doctoral, dirigida por Antonio Castillo Gómez, catedrático de Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Alcalá, que con el mismo titulo se leyó en la Universidad de Alcalá en 2014, y con la que su autora obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude y Premio Extraordinario de Doctorado en Humanidades.

La investigación fue propiciada y apoyada a través de un convenio de colaboración por parte de la Red de Museos Etnográficos de Asturias y el Muséu del Pueblu d'Asturies con el objeto de fomentar el conocimiento de la emigración asturiana y el estudio de las correspondencias de emigrantes, una fuente de información cada vez más buscada por los investigadores de Historia social.

«Mi querido hijo Jesús: si tú al marchar para esas lejanas tierras sentiste una gran tristeza según me dices en tu primera carta desde Santander, puedes figurarte cual sería la de todos nosotros por esta desdichada separación y, muy especialmente la mía, que por mi edad y achaques no abrigo la esperanza de volver a verte y, aunque este dolor estaba previsto, yo quise hacer este sacrificio más no oponerme a tu empeño de salir de aquí y no desconociendo que no te faltaba razón». Esta es la carta queFernando Valdés Bango, de Pravia, le enviaba en noviembre de 1907, a su hijo Jesús Valdés Bango, que había recalado en La Habana, Cuba

Cuando Fernando Valdés escribió estas líneas, lo hizo desde el dolor de un padre que no estaba seguro de si volvería a ver a su hijo, que acababa de marcharse de su casa en Pravia para salir desde el puerto de Santander en dirección a Cuba. Unas palabras destinadas al anonimato de un circuito epistolar íntimo, que no fueron pensadas para sobrevivir mucho más allá de su remitente y su destinatario.

Pero una política de búsqueda, conservación y estudio, promovida por el Muséu del Pueblu d'Asturies desde los años noventa, ha propiciado la supervivencia de miles de cartas que los emigrantes asturianos y sus seres queridos intercambiaron mientras sus vidas permanecieron separadas.

Correspondencias que nacieron precisamente de esa circunstancia que marcó sus vidas: la distancia,  pues muchos de estos hombres y mujeres no tuvieron necesidad de emplear la escritura hasta que ellos mismos o alguien cercano emigró.

El deseo de mantener el contacto con familiares y amigos, de contar cómo transcurrían los días, de alimentar los afectos y los vínculos fraguados, de narrar hechos relevantes, de gestionar el patrimonio, en definitiva de comunicar, animó a muchos emigrados o a los suyos a tomar pluma y papel. Para algunos fue una tarea realmente laboriosa, pues su alfabetización había sido escasa o incompleta; otros aprovecharon la oportunidad para mejorar su capacidad gráfica y la emigración les abrió una ventana al universo letrado.

Estas misivas, hijas de las migraciones contemporáneas, constituyen el hilo que teje esta obra. Sus autores fueron generalmente hombres y mujeres cuya experiencia vital trasformó tanto el mundo que dejaron atrás como los nuevos destinos a los que llegaron.

De ahí que se preste atención a todos los aspectos que dan sentido a estas correspondencias, desde las condiciones socioeconómicas, culturales y educativas que marcaron su producción, hasta las características propias que las definen, por lo que se estudian las funciones, los aspectos materiales, gráficos y lingüísticos y los usos de las correspondencias, así como sus modos de circulación y apropiación.

Esta visión global posibilita un estudio amplio, desde la concepción de la escritura como un elemento intrínseco de la sociedad que la produce y emplea. En paralelo, emergen otras cuestiones que merecen también atención, como la circulación de la información, los papeles de dominio dentro del marco familiar, las complejas relaciones fraguadas entre núcleos transnacionales, los patrones ideológicos que subyacen a todo texto…

En definitiva, se trata de cartas que ayudan a sintonizar el dial de nuestro pasado, escuchar las voces de hombres y mujeres según han perdurado en frágiles papeles y rescatar unas vivencias que son parte de nuestra propia realidad actual, según informan desde el Muséu del Pueblu d'Asturies.