¿Cuánto más debería cobrar un joven para emanciparse en Gijón?

Marcos Gutiérrez GIJÓN

GIJÓN

Vivienda en alquiler en Gijón
Vivienda en alquiler en Gijón

Solamente dos de cada diez personas de entre 16 y 29 años viven por su cuenta

22 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los jóvenes de Gijón cada vez lo tienen más complicado para volar de nido familiar. Y, cuando lo hacen, la mayoría se pasan gran parte de los siguientes años con la soga al cuello para poder hacer frente al alquiler o el pago de la hipoteca, sumado a los muchos otros gastos fijos e inesperados que se presentan. De hecho, seis de cada diez gijoneses jóvenes tendrían que cobrar un sueldo y medio o dos más para comprar un piso sin endeudarse y siete de cada diez uno o dos salarios más para acceder a una vivienda en alquiler sin que les llegue el agua al cuello.

El Consejo de la Juventud de España acaba de presentar los datos de su último observatorio de emancipación, correspondiente al primer semestre de 2019. La tasa de emancipación residencial en el Principado de Asturias para los jóvenes de entre 16 y 29 años desciende ligeramente en el último trimestre de 2019, equiparándose a la media estatal. En efecto, solo el 18,3% de los asturianos de esa franja de edad vive por su cuenta. El observatorio plantea que una persona debería destinar como máximo el 30% de su renta neta al pago de vivienda para no caer en el sobreendeudamiento.

Álvaro Granda, presidente del Conseyu de Mocedá del Principado, destaca que, en función de los datos facilitados por Joffre López Oller, sociólogo e investigador del Observatorio de Emancipación Juvenil del Consejo de la Juventud de España, «el 60% de jóvenes de Gijón necesitarían cobrar un salario y medio o dos salarios más para llegar a ese ideal de 30% de endeudamiento».

«En el caso del alquiler hablamos de en torno al 70% de jóvenes que necesitarían un salario o dos más para llegar a esa barrera», abunda. Granda resalta que, en la ciudad y a nivel regional, «si te emancipas, tanto en alquiler como en compra, al final estás destinando la mayor parte de tu sueldo a pagar esa vivienda». «El alquiler sube en Asturias. Pese a que no está tan caro como en otras partes de España, en la región se cobra menos, por lo que es mayor el esfuerzo económico que los jóvenes tienen que hacer», indica, por lo que se juntan dos graves problemas como son la «precariedad y la baja emancipación».

En este sentido comenta que «una de las ventajas de Gijón es que cuenta con una empresa municipal de vivienda. El problema es que no tiene aportaciones para promoción de vivienda pública, que sería algo importante para los planes de fomento de la emancipación juvenil». Considera necesario «revisar los programas como el Comparte-Joven, que hace años desarrollaba el Conseyu de la Mocedá de Gijón. No han facilitado datos de usuarios, pero creemos que ha quedado estancado».

También muestra su «preocupación» por volver a un modelo «de burbuja inmobilaria residencial, con el ejemplo del proyecto inicial del Solarón, mientras no se incentiva el alquiler, la rehabilitación… en una ciudad que cuenta con un gran número de viviendas vacías o bloques de titularidad privada en estado de abandono». 

El presidente del Conseyu de Mocedá del Principado destaca que, de cara a los últimos comicios electorales regionales, presentaron para su consideración a los partidos políticos un proyecto de «becas sociales de emancipación» para jóvenes de entre 18 y 30 años empadronados en la región, que tal vez podría implementarse. Se trata de «una propuesta de un programa piloto de acceso a la vivienda gratuito para jóvenes a través de la realización de proyectos de voluntariado e distintos barrios».

A través de la Beca Social, se cedería una vivienda pública (previo mapeo de disponibilidad), en modalidad individual o compartida por un máximo de 2-3 jóvenes (en función del proyecto), para el desarrollo de un programa de voluntariado en el ámbito comunitario. Los beneficiarios y las beneficiarias costearían los gastos comunes. Con el objetivo de facilitar la conciliación e inserción laboral de los becados y las becadas, se propone que el programa de intervención social tenga una duración de 14 horas semanales (10 horas de actividad presencial y 4 horas de gestión, planificación y coordinación).

A modo de primera experiencia piloto el Conseyu valora el desarrollo de 4-6 proyectos de voluntariado, que puedan llegar a un total de 12 jóvenes aproximadamente. Cada proyecto debería contar con ayuda económica para su desarrollo, por ejemplo en el gasto de materiales de actividad, estimado en unos 2.000-3.000 euros por proyecto.