Yolanda Huergo, durante su discurso de investidura
Yolanda Huergo, durante su discurso de investidura

06 ago 2020 . Actualizado a las 17:01 h.

Hoy jueves 6 de agosto de 2020, quizás el peor año de nuestras vidas, hemos amanecido con la triste noticia del fallecimiento de nuestra compañera Yolanda Huergo, concejala y portavoz de Podemos-Equo en el Ayuntamiento de Xixón. Quienes tuvimos la suerte de conocerla, hemos encontrado en ella a una excelente persona tanto en el ámbito profesional, como en el político y en del activismo social, y ahora también como concejala de este Ayuntamiento en el que, durante el poco tiempo que se le ha permitido, dedicó todo su esfuerzo al bien común. Sin embargo, esa maldita enfermedad no le permitió continuar con su labor.

Yolanda fue siempre una persona honesta y entregada en la defensa de los Derechos Humanos. Ella estaba siempre ahí, dispuesta a ayudar y colaborar en lo que fuera para mejorar este mundo plagado de injusticias. Todas las personas que hemos conocido a Yolanda la recordaremos de forma muy especial, porque para ella nada de lo humano le era ajeno. Su gran sensibilidad y empatía, la exigencia que mostraba consigo misma, y el rigor con el que analizaba siempre los problemas que surgían en los difíciles momentos de la larga lucha, son características propias de una dirigente honrada, de las pocas que podemos encontrar, en este mundo repleto de corrupción política, sindical y monárquica. Yolanda, con su comportamiento y humildad, nos enseñó cómo debemos comportarnos y actuar cuando todo se pone en nuestra contra, como en los momentos que ahora nos toca vivir. Ella era ese tipo de persona que cada vez es más escaso en esta sociedad tan deshumanizada.

Nadie sabe por qué misteriosos parámetros de justicia se mide el tiempo que una persona debe permanecer en este mundo. Quizás solo sea por parámetros biológicos, pero si se tuvieran en cuenta, tan siquiera un poco, los valores humanos que se intentan transmitir a las generaciones futuras, Yolanda hubiera merecido un mayor crédito, y creedme cuando digo que eso habría sido tremendamente bueno para toda nuestra sociedad.

Quiero con este pequeño homenaje manifestar mi profundo sentimiento a toda su familia y a las compañeras y compañeros que han compartido con Yolanda tantos años de lucha, ilusión y trabajo colectivo. Por todo ello y mucho más que podría decir de ti, Yolanda, gracias compañera y hasta siempre.