La prórroga en el cese de actividad contiene la sangría de autónomos en Gijón

Marcos Gutiérrez GIJÓN

GIJÓN

Un comercio minorista de Gijón
Un comercio minorista de Gijón EFE | Juan González

ATA advierte de que si esta prestación «hubiera terminado en enero habría sido el caos», ya que en Asturias hay 13.000 profesionales por cuenta propia en «actividad durmiente»

30 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Gijón cerró 2020 con 19.332 autónomos, frente a los 19.389 que había a finales del año anterior. Supone una diferencia negativa de 57 que, si bien puede parecer hasta cierto punto asumible en el contexto de pandemia en el que nos encontramos, en la práctica se traduce en casi sesenta negocios que difícilmente volverán. En Asturias el descenso fue de 823 afiliados al régimen de trabajadores por cuenta propia, un 1,1% menos. 

Existe un factor adicional que explica que los datos se hayan contenido, de momento. Los autónomos que tengan que parar todas sus actividades por la COVID 19 tendrán derecho a una prestación económica extraordinaria hasta el 31 de mayo. Patricia Oreña, presidenta de la Asociación de Trabajadores Autónomos en Asturias (ATA Asturias) destaca que «no hay una caída muy significativa en las tres ciudades grandes de Asturias», fundamentalmente porque ha habido «un descenso muy importante en agricultura, ganadería y pesca a causa del relevo generacional», segmentos preponderantes en otras zonas de la región, ya que «no hay nadie joven que decida irse al campo».

En el resto de segmentos «hay muchas bajas en hostelería y comercio». Oreña explica que, actualmente, es la prórroga en el cese de actividad de los trabajadores por cuenta propia el que está sosteniendo las cifras. Y es que en la región, «de 72.000 autónomos hay 13.000 en cese de actividad en este momento».

«No puedes darte de baja porque pierdes el derecho al cese de actividad», resalta la presidenta de ATA Asturias, lo que en parte explica que haya un buen número de negocios y empresas en una suerte de «actividad durmiente».

Son emprendedores que, desde hace meses, «no ganan nada», pero cuentan con locales en propiedad y asumen hacer frente a los gastos que generan mantener en ‘coma inducido’ sus negocios. «Aún estamos en una gran indefinición, por eso no hay un número muy importante de bajas», recalca, si bien añade que las registradas «aunque lo parezca no son pocas, ya que un autónomo que se da de baja no vuelve».

Cree que «ahora mismo hay una gran presión normativa que igual esos autónomos antes no tenían». Patricia Oreña advierte de que «si el cese de actividad hubiera terminado en enero habría sido el caos». Reconoce que desde la entidad que preside se mueven «a un 50% entre el miedo y la esperanza porque, efectivamente, después del verano o a lo largo del verano puede aclararse el panorama y, además, Asturias está siendo ejemplar con el ritmo de vacunación».

La clave está en que cuando comience el segundo semestre se pueda «retomar una vida medianamente normal». A su juicio, otro factor que explica la relativa contención del desplome de autónomos en Gijón y el Principado es que «comercio y hostelería son muy numerosos en la ciudad y en Asturias, con más del 70%. Además, son actividades muy versátiles, que se adaptan a las circunstancias, por lo que es probable que esto se retome con cierta facilidad, aunque lamentaremos que muchos negocios se queden por el camino».

Tiene la esperanza de que, una vez que se aclare el panorama sanitario, «habrá una recuperación normal y escalonada con el aumento de la demanda». «Para un autónomo es muy difícil desvincular su vida laboral de su vida profesional», concluye.