La pandemia duplica el número de investigaciones éticas del CSIC

Marcos Gutiérrez GIJÓN

GIJÓN

Rosa Menéndez, presidenta del CSIC
Rosa Menéndez, presidenta del CSIC Tomás Mugueta

Hoy se ha inaugurado en Gijón el XI Congreso Mundial de Bioética, que en esta edición homenajea a la científica asturiana Margarita Salas

24 may 2021 . Actualizado a las 13:42 h.

Hoy ha tenido lugar el acto de inauguración del XI Congreso Mundial de Bioética, en el Palacio de Congresos del Recinto Ferial de Asturias Luis Adaro. Un evento, organizado por la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI), que se celebra de forma telemática y en el que Rosa Menéndez, presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas CSIC, ha sido la encargada de ofrecer la conferencia inaugural «Ética y Bioética en el CSIC. La experiencia de 15 años». Durante el acto, la figura y recuerdo de la científica asturiana Margarita Salas, homenajeada en la presente edición,  han estado muy presentes.

Marcelo Palacios, presidente del Comité Científico de la SIBI, ha recordado cómo la «pandemia ha obligado a posponer en dos ocasiones este congreso», que va a tratar de la «deriva de algunas cuestiones y avances científicos y sus implicaciones en la salud humana en colisión con los derechos humanos». Un escenario que requiere de una «nueva pedagogía de la responsabilidad» en las biotecnologías, a partir de un «control científico, social y político para que sean eficaces, fiables y científicamente aceptables» los avances tecnológicos y en investigación que tengan lugar en este campo.

Borja Sánchez, consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, cree que el congreso sitúa a «Gijón y Asturias en un polo de debate científico internacional», en un periodo en el que la sociedad se encuentra «muy cerca de recuperar esa normalidad que todos anhelamos». Aprovechó para expresar su «admiración personal por Margarita Salas». Resaltó que uno de los objetivos del Congreso Mundial de Bioética pasa por «lograr un compromiso mundial por el buen uso de las biotecnologías en medicina y medio ambiente». Cree que la pandemia ha ayudado a que florezca la «colaboración público-privada» en el desarrollo de vacunas, que «ha llegado para quedarse».

Ignacio Villaverde, Rector Magnífico de la Universidad de Oviedo, insistió en que «no hay ciencia sin responsabilidad» y sin un «compromiso con el entorno y las nuevas generaciones». Resaltó que «Margarita Salas es un ejemplo de ciencia, ética y responsabilidad» y valoró la celebración del congreso, aún «en circunstancias difíciles»

Ana González, alcaldesa de Gijón, ha valorado que el congreso tiene sus pilares en el diálogo en torno a «los derechos humanos teniendo como base la vida de todas las personas». González ha resaltado que «la SIBI se ha mantenido extraordinariamente activa en ese ámbito en el que urge plantear las preguntas», acerca de las «implicaciones del desarrollo tecnológico». A su juicio, el congreso pone el foco «en el uso racional y responsable de las biotecnologías en el ámbito de la salud y el medio ambiente».

La alcaldesa no dudó en reconocer el «liderazgo, empeño y tesón de Marcelo Palacios», así como en expresar su «admiración por nuestra querida y recordada Margarita Salas».

Rosa Menéndez ha comentado en su exposición que el «CSIC uno de los pilares del sistema español de ciencia, tecnología e innovación». Un pilar que ocupa a más de 10.000 personas y que, muy pronto, serán «unas 13.000» en sus más de 120 centros. Recordó que el CSIC «en Asturias cuenta con cuatro centros de investigación, cinco incluyendo el Instituto Español de Oceanografía» recientemente integrado en su red, que dispone de «un buen número de centros mixtos».

Apuntó que a cierre de 2019 se habían organizado 3.800 proyectos de investigación en el centro y habló de la labor del subcomité de bioética, cuya finalidad es «velar por las buenas prácticas y procedimientos en investigación». También se refirió al subcomité de conflictos y al departamento de Ética en Investigación creado en 2015.

Insistió en que la ciencia tiene otros ámbitos, además de la biotecnología, «en los que se necesita de control ético», tales como la robótica, medio ambiente y la nanotecnología. Apuntó que durante este último año, que «ha tenido unas connotaciones muy especiales por la pandemia», el CSIC ha realizado más de 600 investigaciones éticas (frente a las 200-300 de años anteriores), lo que muestra que la «actividad del comité de Ética del CSIC es viva, evolucionando con la sociedad en el día a día».

También «143 conflictos por la integridad científica han sido tratados por el comité de Ética del CSIC».