«Excesiva preocupación» entre los habitantes del barrio ante la supresión de plazas de aparcamiento en esta zona de la ciudad sin que se propongan «alternativas para los vecinos»
15 jun 2021 . Actualizado a las 09:13 h.La progresiva supresión de plazas de aparcamiento en la zona de El Coto, sin que a juicio de los vecinos se estén aportando alternativas, es una de las grandes preocupaciones de los habitantes de esta zona de Gijón. La asociación de vecinos de El Coto no duda en afirmar que su paciencia comienza «a agotarse» a este respecto.
Fuentes de la asociación destacan que el nuevo modelo de ciudad propuesto por el equipo de gobierno «se basa en la pacificación del tráfico, la renaturalización de espacios y devolver el protagonismo al peatón».
Destacan que la asociación de vecinos de El Coto «puso en conocimiento del concejal de Obras Públicas y de la concejalía de Distritos en una reunión mantenida el pasado jueves 7 de junio, que los cambios en el barrio deben ir acompañados de alternativas para nuestros vecinos y vecinas, alternativas que sirvan para que esos cambios generen el mínimo impacto en sus vidas».
Avisan de que «la pérdida de 16 plazas de aparcamiento en Calderón de la Barca, cuestión a la que nos oponemos, las que se van a perder en General Suárez Valdés o el anuncio del concejal de movilidad, Aurelio Martín, respecto a la pérdida de 80 plazas de aparcamiento en la avenida de Pablo Iglesias para 2022 nos genera excesiva preocupación».
«Si el barrio va a perder aparcamientos en superficie, lo que exigimos es que se acompañen de alternativas para facilitar la vida al conjunto vecinal», añaden. En este sentido piden «garantizar antes alternativas para los vecinos».
Creen necesario «un Gijón mejor» y un modelo de ciudad «más saludable, pero que no deje a nadie atrás». Para este problema, unido a los «apagones nocturnos, mal estado del lateral del centro de salud y municipal, el estado del carril bici», o el retraso en el boceto del proyecto de la plaza de la República piden un «compromiso por parte del Ayuntamiento».
«La paciencia tiene un límite y en El Coto se nos empieza a agotar», concluyen.