El primer adoquín de la memoria recuerda a la gijonesa Olvido Fanjul

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El artista alemán Gunter Demnig muestra el primero de los 34 adoquines de la memoria que se colocarán en Gijón
El artista alemán Gunter Demnig muestra el primero de los 34 adoquines de la memoria que se colocarán en Gijón

El artista alemán Günter Demnig coloca los primeros Stolpersteine en la ciudad para recordar a los gijoneses que fueron víctimas del nazismo

01 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Aquí vivió Olvido Fanjul Camín. Nacida en 1910. Exiliada en la Unión Soviética. Deportada en 1943 a Ravensbruck. Liberada». El primero de los 34 adoquines dorados del proyecto Stolpersteine con los que Gijón recordará la memoria de otros tantos gijoneses que fueron víctimas del nazismo era colocado este jueves en la acera del número 1 de la calle Rufino García Sotura, en La Calzada, por el artista alemán Günter Demnig, que puso en marcha esta iniciativa en los años 90 para que los nombres de quienes sufrieron el horror nazi no sean nunca olvidados.

Gijón se suma así a las casi 2.000 ciudades europeas en las que ya se han colocado casi 80.000 adoquines de cemento, de 10x10 y con una de sus caras cubierta por una fina lámina de latón en la que se graban los datos de la víctima. Olvido Fanjul, que falleció a los 91 años en 2001, es la única mujer de ese listado de 34 gijoneses que acabaron en campos de concentración nazis. Su historia era recientemente recuperada en Gijón. Nació en Tremañes y, cuando era una adolescente, empezó a trabajar en la fábrica textil de La Algodonera. Cuando estalló la guerra civil, pasó a servir como auxiliar sanitaria en el hospitalillo de El Natahoyo y, antes de la caída del frente republicano, puso rumbo a la antigua Unión Soviética como una de las cuidadoras de los 1.100 niños de la guerra que partieron en barco de El Musel el 23 de septiembre de 1937.

Familiares de Olvido Fanjul Camín, en los retratos, durante el acto de colocación del adoquín en su memoria
Familiares de Olvido Fanjul Camín, en los retratos, durante el acto de colocación del adoquín en su memoria

En 1941 fue apresada por los alemanes y, tras pasar un año en la cárcel de Tallin (Estonia), fue enviada a Ravensbrück, en donde fue la prisionera 18.217 hasta que fue rescatada por la Cruz Roja de Suecia en abril de 1945. Tuvo una vida dura; estaba embarazada cuando fue detenida por los alemanes y, tras dar a luz en la cárcel de Estonia, nunca volvió a ver a su hijo. Tras ser rescatada, vivió en Francia, donde se casó con Gerardo Blanco, otro excombatiente republicano que además era vecino de ella en La Calzada. Tuvieron tres hijos y regresaron a Asturias en 1963. Su memoria es la primera que permanecerá imborrable en las calles de Gijón. También la de otros cinco gijoneses que fueron víctimas de los campos nazis.