Un documental recupera la memoria de los miles de gijoneses enterrados en fosas comunes

Marcos Gutiérrez GIJÓN

GIJÓN

Detalle del cartel de la presentación del documental «Valeru na Memoria»
Detalle del cartel de la presentación del documental «Valeru na Memoria»

«Valeru na Memoria» cuenta como, tras la derrota sufrida por la República durante la Guerra Civil, la represión franquista se cebó con una ciudad que era mayoritariamente de izquierdas

06 jun 2022 . Actualizado a las 21:54 h.

En el salón de actos de la Escuela de Comercio, el Ateneo Obrero de Gijón y la Federación Asturiana de Memoria y República (Famyr) organizan hoy a las 19 horas el estreno del documental «Valeru Na Memoria. Fosas Comunes del Concejo de Gijón», realizado por Covenant Audiovisuales en colaboración con Famyr. 

Se trata de una película que habla del desarrollo de la villa de Gijón como una ciudad industrial y obrera a lo largo de las primeras décadas del siglo XX y sobre cómo, tras la derrota sufrida por la República durante la Guerra Civil, la represión franquista se cebó con una población que era mayoritariamente de izquierdas.

A través de sus testimonios, historiadores, investigadores y personajes conocidos de la vida cultural y social de la ciudad nos narran las experiencias vividas en su juventud en tiempos de la dictadura y reflexionan sobre el vacío que ha dejado en nuestra memoria colectiva la desidia y rechazo generalizados por varias administraciones, cuando estas se ven ante la perspectiva de honrar la memoria de los muertos y poner de relieve las injusticias cometidas por quienes detentaron el poder.

Cobra especial relevancia la figura de Rafaela Lozana, madre de uno de los fusilados y enterrados en El Sucu, que de manera clandestina junto a varias mujeres visitaba este lugar para honrar  a sus seres queridos, y que logró que el gobierno franquista parara la exhumación y el levantamiento de las fosas, mediante una carta enviada al Arzobispo de Palermo en 1960, logrando detener el proceso y que se construyera un monumento.

Finalmente, en el 2010, el Ayuntamiento de Gijón amplió el monumento, incluyendo los nombres de todos los fusilados. El documental, realizado por Covenant Audiovisuales y dirigido por Omar Tuero, cuenta con guión de Eduardo Abad; la producción se llevó a cabo a lo largo del año 2020, con el apoyo de la convocatoria «Proyectos de Recuperación y Difusión de la Memoria Democrática de Gijón 2020».

Omar Tuero, director del documental, destaca que  el germen del proyecto pasaba por documentar la «historia de la fosa común de El Sucu». A partir de un «guión básico que elabora Eduardo Abad se contacta con una serie de personajes de diferentes ambientes en el movimiento democrático, resistencia contra el franquismo e investigadores».

A partir de «sus testimonios y documentos gráficos» se cuenta cómo «Gijón en la Guerra Civil se convierte de facto en la capital de la República en el Norte» y la manera en la que, precisamente por esto, se desató después una durísima represión.

Asimismo se cuenta «cómo se rompe un manto de silencio gracias a Rafaela Lozana, una mujer muy convencional y de convicciones cristianas, pero que tiene un hijo enterrado en la fosa común de Ceares».

Una mujer que en repetidas ocasiones suplica «que por favor se le permita poner una placa y marcar esa tumba», hasta que, un buen día, «escribe al Vaticano y el Arzobispo de Palermo descubre una realidad, la de las fosas comunes, que fuera era inédita».

Tal es la «cantidad de muertos enterrados en las cunetas» que «ni tan siquiera las autoridades franquistas se dignan a reconocerlas». Es por ellos que, con Franco aún vivo, «se inicia un movimiento de presión». El dedicado al hijo de Rafaela Lozana «debió de ser el primer monumento de este tipo que hubo en España».

Esta mujer logró algo impensable, más en esa época, probablemente «por no haberse metido nunca en nada y ser muy religiosa. Ella no albergaba el miedo que tendría el típico militante del PCE». A Omar Tuero la dirección del documental le ha servido para «constatar, cuando tratas con alguna gente más de mi edad e incluso más joven, que una afirmación que le escuché a Gregorio morán es cierta». «En Alemania cuando se habla del recuerdo del nazismo se refieren al ‘pasado que no quiere pasar’. Y es que allí se desnazificó todo», comenta.

Mientras que en Alemania hay aún un fuerte sentimiento de «arrepentimiento y miedo», en España «es como si no hubiera ocurrido». A su juicio se da una enervante «negación de esos acontecimientos», más incomprensible aún si se piensa que «después de Camboya somos el país con más enterrados en fosas comunes».

El documental «está planteado como una posible unidad pedagógica, destinada a gente que no tenga mucha información». En definitiva, se trata de «enseñar siendo un poco pedágogico».

Rafael Velasco, presidente de Famyr, comenta que «el proyecto surge porque veíamos una laguna en cuanto a la memoria en Gijón». «Hubo documentales, proyectos de libros, exposiciones y demás, pero sobre Gijón había un vacío», añade.

Coincide con Omar Tuero en resaltar la figura de Rafaela Lozana, que «tiene mucha importancia para nosotros como entidad». Ella «es la madre de una víctima cuyo coraje, aprovechando su implicación religiosa, tuvo un papel fundamental para conseguir esa primera dignificación y una continuación durante años sucesivos».

Rafaela «siguió yendo a la fosa, la limpiaba, ponía flores, la gente le ayudaba…», hasta que un día «sonó la flauta y alguien en el Vaticano acogió su reivindicación». El presidente de Famyr explica que «en las fosas de Gijón hay alrededor de un millar» de represaliados enterrados.

Este proyecto audiovisual cubre «desde la represión y ajusticiamiento puro y duro a, después, un clima de sociedad represiva», con un importante número de «gente detenida ilegalmente», juicios «que son una pantomima» y una máquina imparable de «censura». «En palabras de Boni Ortiz, el franquismo era un modelo que abarcaba y reprimía todos los aspectos de la vida», concluye.