La Fiscalía eleva a 14 años la pena para el acusado de acuchillar a su mujer en Gijón

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Palacio de Justicia de Gijón
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«La seguía apuñalando sin soltar el cuchillo», relatan en el juicio testigos de la agresión que auxiliaron a la víctima

05 jul 2022 . Actualizado a las 16:21 h.

La Fiscalía ha elevado de homicidio a asesinato en grado de tentativa el ataque del hombre de 70 años que asestó varias cuchilladas a su pareja, de 63, después de que los testigos hayan relatado durante el juicio la brutal agresión, en la que el acusado continuó atacando a la mujer incluso cuando un vecino y el hermano de la víctima intentaban reducirle.

El Ministerio Fiscal ha modificado este martes sus conclusiones ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia y ha elevado de 8 a 14 años de prisión su petición de pena para el acusado y ha solicitado que se le impongan otros 14 años de alejamiento con prohibición de residir en Asturias y 5 años de libertad vigilada. La Fiscalía ha asegurado que el acusado tuvo intención de causar la muerte a su pareja, con la que había convivido durante 39 años, al utilizar un arma adecuada -un cuchillo- y haber dirigido las puñaladas a órganos vitales como cuello, pecho y abdomen. Asimismo, ha interesado otra pena de un año de cárcel por un delito de lesiones por las heridas sufridas por el hermano de la víctima con el mismo arma blanca al intentar auxiliar a la mujer.

La acusación pública ha aplicado las circunstancias agravantes de parentesco al haber mantenido acusado y víctima una relación sentimental de 39 años, y de desprecio de género al no asumir la decisión de su pareja de llevar adelante la ruptura. En su informe, la Fiscalía ha pedido que se prorrogue la situación de prisión provisional del acusado en base a la gravedad de los hechos y las penas solicitadas.

Para la Fiscalía no hay duda alguna de que el acusado intentó matar a su pareja con un cuchillo que dirigió al cuello, pecho y abdomen de la víctima, unos órganos vitales especialmente sensibles que podían haber ocasionado su muerte al asestar las puñaladas con golpes «contundentes, continuos y reiterados, uno tras otro», ha añadido, en un ataque «súbito y sorpresivo».

A lo largo de su declaración el acusado ha manifestado que no recordaba nada de lo que ocurrió el 16 de septiembre de 2020, apenas un mes después de que su pareja le anunciara que quería romper la relación, y después de haber reconocido la agresión durante la fase de instrucción. Ha utilizado el turno de última palabra para pedir perdón «haya hecho, lo que haya hecho», porque «fue sin intención de matar» y ha justificado el brutal ataque en que ese día «tenía mal la cabeza».

El relato de la víctima

La víctima ha relatado que en agosto de 2020 comunicó al acusado que quería romper la relación y que abandonara la vivienda, y él fijó la fecha del 16 de septiembre para realizar la mudanza. El día de la mudanza, por la mañana, ella estaba tumbada en la cama viendo el móvil y oyó que él se acercaba a la habitación por lo que guardó el teléfono y fingió que estaba dormida, y luego vio cómo él se dirigía a la cocina y a continuación sintió pasos de nuevo hacia su cuarto y notó que él se sentaba en la cama.

A continuación, según su relato, ella abrió los ojos y cuando vio el cuchillo -de 15 centímetros de hoja- le preguntó: «¿Pero qué estás haciendo?, que me matas» y, él la agarró del pelo, tirando de su cabeza hacia atrás y empezó a apuñalarla, aunque gracias a unas pulseras grandes que llevaba pudo repeler algunas embestidas.

Al acusado se le rompió el cuchillo, que cayó al suelo, y la víctima aprovechó que él se dirigía de nuevo a la cocina para salir «tambaleándose» de la vivienda gritando auxilio, pero él la siguió y la alcanzó y lo último que recuerda es que ella volvió a la casa, y cayó al suelo. La mujer ha repetido que en todo momento «temió por su vida» y del episodio del rellano solo se acuerda que ya casi sin fuerzas le pidió a un vecino que le ayudara mientras le decía que el acusado la estaba matando. La mujer ha relatado al tribunal que, durante su convivencia, el acusado le había dado «muchas patadas» y también le había insultado, algo que sólo contó a su hermano cuando rompió la relación.

En el descansillo, sus gritos de auxilio fueron escuchados por un vecino y su propio hermano que reside en el mismo edificio de la Avenida de la Constitución de Gijón, quienes le redujeron, mientras él seguía apuñalando a la víctima «mientras se desangraba» por lo que creyeron que no iba a sobrevivir.

Los testigos de la agresión

Esta mañana los dos testigos han declarado que el 16 de septiembre de 2020 oyeron los gritos de la víctima pidiendo ayuda, diciendo que «el acusado la mataba». El primero en llegar fue el cuñado del acusado, que residía en el mismo edificio de la pareja, ubicado en la avenida de la Constitución de Gijón, tras oír «ruidos, carreras y golpes» seguidos de gritos y la frase: «Me mata, me mata».

Al llegar al descansillo, el cuñado vio a un vecino sujetando a un hombre y a una mujer ensangrentada a la que inicialmente no reconoció como su hermana y que estaba tirada en el suelo, por lo que se «lanzó» para reducir al agresor, le inmovilizó colocando sus rodillas sobre el cuello y sólo las levantó «para que respirara» hasta que llegaron tres policías.

«Pensé que mi hermana estaba muerta» porque tenía los ojos en blanco y estaba ensangrentada, mientras el acusado «la seguía apuñalando sin soltar el cuchillo», ha relatado el hermano de la víctima, que también sufrió algunos cortes al tratar de quitarle el arma.

Por su parte, el vecino ha manifestado que la víctima le pedía a gritos que la ayudara y cuando llegó al descansillo vio cómo el acusado «tiraba una y otra puñalada al estómago de la mujer», mientras ella le decía: «ayúdame, ayúdame», unos minutos que ha dicho que le parecieron «eternos». Este testigo, que ha tenido que parar unos minutos su declaración al emocionarse al rememorar la escena, ha añadido que una vez que llegó el cuñado entre los dos lograron arrojar al suelo al acusado.

Los tres policías que participaron en su detención han declarado que el acusado opuso una fuerte resistencia hasta el extremo de que llegaron a caer por las escaleras. La defensa ha pedido un año y medio de cárcel por las lesiones consumadas a la víctima y seis meses de prisión por las lesiones ocasionadas al cuñado, que resultó herido al intentar arrebatarle el cuchillo.

La Fiscalía imputa al acusado sendos delitos de homicidio en grado de tentativa, con las agravantes de parentesco y desprecio de género, y lesiones. El Ministerio Fiscal pide 8 años de cárcel por tentativa de homicidio, una medida de libertad vigilada una vez cumplida la pena de prisión, una orden de alejamiento a menos de 500 metros durante diez años de su expareja y diez años de prohibición de residir en Asturias, así como una indemnización de 14.400 euros por lesiones, secuelas y daños morales.

Asimismo, interesa que cumpla otra condena de un año por las lesiones causadas a su cuñado, al que no podrá acercarse, en caso de condena, a menos de 500 metros ni comunicarse con él durante tres años y reclama una indemnización para él de 2.000 euros, informa Efe.