En las entrañas del Gijón Open ATP 250

Marcos Gutiérrez GIJÓN

GIJÓN

Los trofeos del Torneo Gijón Open ATP 250 de 2022, diseñados por Juan Jareño
Los trofeos del Torneo Gijón Open ATP 250 de 2022, diseñados por Juan Jareño

Más de 250 personas se han afanado para organizar en la ciudad, en apenas tres meses, un torneo tenístico de primer nivel que, habitualmente, requiere de un año de trabajo

08 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El Gijón Open ATP 250 se desarrollará en la ciudad desde el sábado hasta el 16 de este mes. Es indudable su gran nivel en el aspecto exclusivamente deportivo, gracias a un cuadro de jugadores en el que están figuras como Rublev, Thiem, Carreño, Bautista, Davidovich, Fognini, Tommy Paul, Landaluce y Andy Murray. No obstante, el evento ofrecerá una serie de beneficios económicos, turísticos y de imagen que van más allá de la competición.

Las cifras

Con aproximadamente 612.000 euros de dotación económica, el evento ha supuesto 1,2 millones a las arcas municipales destinadas a sufragar la organización. Contará con 28 jugadores en el cuadro individual y 16 en el cuadro de dobles.

El Palacio de los Deportes se ha transformado radicalmente para albergar una pista central con 4.500 localidades y una pista 1 con 400. La llegada a la ciudad de un acontecimiento como este ha sido posible por la exclusión del calendario del de Moscú, debido a las sanciones por la invasión de Ucrania.

Para la competición hay alrededor de 29.000 localidades ofertadas, con un aforo de 5.000 diarias. Actualmente más del 70% del aforo está vendido, sin entradas para la final y prácticamente tampoco para las semifinales. Las dos pistas rojas del Palacio de los Deportes estarán equipadas, además, con dos grandes pantallas y el moderno sistema de ojo de halcón.

Pablo Carreño gana el Masters 1000 de Montreal
Pablo Carreño gana el Masters 1000 de Montreal Eric Bolte | REUTERS

Además de los preparativos necesarios para poner a punto las pistas del Palacio de los Deportes, la organización del Torneo ATP 250 en Gijón implica, en la práctica, crear una pequeña ciudad para los ocho días que dura el evento deportivo, desde los comedores para los trabajadores de la organización, recogepelotas y voluntarios a las salas para ATP y tests antidopaje, a las salas para los jueces, medios de comunicación (alrededor de 70 medios internacionales se han acreditado) y fisioterapeutas.

250 trabajadores a pleno rendimiento… el día a día del torneo

Un torneo como este requiere de una importante maquinaria humana y organizativa que lo haga realidad. Fernando Castaño, presidente de la Federación de Tenis del Principado de Asturias, explica que «adaptar un pabellón polideportivo, no de tenis, que se utiliza para la práctica de baloncesto, vóley, conciertos o espectáculos de motos a un torneo de este tipo ha sido una de las cosas más complejas».

Se ha llevado a cabo una total «transformación de vestuarios en salas de prensa, creación de despachos de staff, la instalación del ojo de halcón, la sala antidoping… ha sido una transformación brutal en lo que son las tripas internas del palacio, más luego lo que es el montaje de la pista y el espectáculo».

Reconoce que «estos días han sido una locura, con más de doscientas personas trabajando y todo el mundo volcado para llegar al día de inicio perfecto». Comenta que «el torneo va a tener más de mil personas acreditadas entre jugadores, entrenadores, staff, cien voluntarios, cuarenta recogepelotas, personal del mundial, líneas, jueces, árbitros, personal de televisión, personal de pantallas, seguridad, servicios médicos, fisioterapeutas…».

Para llegar hasta aquí, en efecto, se han volcado «unas 250 personas trabajando en lo que es el día a día». Además de para aquellos que sigan el torneo in situ, el presidente de la federación destaca el esfuerzo por instalar una «pantalla gigante de 32 metros en la Plaza Mayor», que retransmitirá los partidos.

Todo este trabajo se ha tenido que desarrollar en una cuarta parte del tiempo que se precisa, de media, para poner en marcha un evento de esta magnitud. Todo ello, además, sin haber existido ediciones previas a cuya experiencia aferrarse. «Desde el inicio cuando viajamos fuera a aprender acerca de cómo hacían este tipo de eventos en otros sitios todo el mundo decía ‘estáis locos, no lo vais a lograr’. Se necesita un año, normalmente, y se empieza a trabajar en una edición justo cuando termina la presente. Nosotros lo hemos hecho en tres meses, con agosto por el medio», asevera Fernando Castaño.

Admite que «ha sido cuestión de horas, de días terminando a las doce de la noche y empezando a las cinco y media de la mañana», con «muchísima gente volcada en jornadas de catorce horas, coordinando a un montón de personas… ha sido muy duro, pero espero que sea gratificante».

Palacio de los Deportes, Gijón
Palacio de los Deportes, Gijón

Ana González, alcaldesa de Gijón, constata en este sentido que «el palacio ha quedado impresionante», pese a que «no ha sido fácil» desarrollar un proyecto de este nivel en tan poco tiempo. Tomás Carbonell, director del Torneo Gijón Open ATP 250, valora el hecho de que «todo funciona de manera engrasada» y se congratula de una «venta de entradas fantástica».

Un impacto económico de hasta nueve millones

Pero no todo es deporte en un torneo como este. De hecho, el impulso económico directo e indirecto y de imagen que tiene para la ciudad es muy importante. Santos Tejón, concejal de Promoción Económica, Empleo, Turismo y Comercio Local en Ayuntamiento de Gijón, constata que «los hoteles más cercanos al torneo van a estar llenos toda la semana». «La ciudad va a tener más visitantes que cualquier otro octubre de años anteriores», confirma.

Cree que «a nivel de impacto turístico el torneo ahonda en algo en lo que queremos ahondar, que es en la desestacionalización». Más allá de lo puramente monetario o, mejor dicho, tangible, Santos Tejón valora especialmente el «impacto que el evento nos deja a nivel de marca de ciudad», lo que, sin duda, supone «una oportunidad» para la ciudad.

A falta de realizar los estudios económicos posteriores al torneo ATP 250, el concejal calcula que el impacto económico directo supondrá un retorno de «entre cuatro y nueve veces más» de lo invertido. «La previsión más conservadora, es de en torno a cuatro millones y medio, y la menos llega a unos nueve millones, que es lo que nos decían en la propia federación», puntualiza.

Ana González abunda en el valor intangible de esta competición. «El nombre de la ciudad va a verse en diferentes lugares del mundo y va a adornar las vitrinas de algunos de los tenistas más importantes a nivel internacional», resalta.

Algo más que un trofeo

El prestigioso diseñador gijonés, Juan Jareño, autor de las archiconocidas ‘letronas’, ha sido el encargado de diseñar los trofeos. «Hace once años sonó el teléfono para transformar un logo en un elemento volumétrico y hace once meses volvió a sonar para hacer de ese elemento volumétrico un trofeo», recuerda. Considera que «el tenis es uno de los ámbitos con una simbiosis más potente entre trofeo y competición» y, en este caso, los vencedores se llevarán a casa «no solo un trofeo», sino un auténtico símbolo de lo que representa la ciudad. El mismo está elaborado en aluminio y acero por la empresa gijonesa Abezeta Identificación Visual.