Las claves del crimen de Olivia, la niña de 6 años cuya muerte deja dos familias rotas

La Voz REDACCION

GIJÓN

Concentración en la plaza Mayor de Segovia en repulsa al asesinato de Olivia
Concentración en la plaza Mayor de Segovia en repulsa al asesinato de Olivia EUROPA PRESS | EUROPAPRESS

Noemí M. L., de 48 años, era detenida hace justo una semana, tras el hallazgo del cadáver de su hija en el piso en el que vivían en Gijón, días después de perder su custodia

06 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace una semana que agentes de la Policía Nacional encontraban el cadáver de Olivia, la niña segoviana de 6 años cuyo crimen ha conmocionado a la sociedad. La encontraron en el piso del barrio de El Llano, en Gijón, en el que residía con su madre, Noemí M. L., que lleva cinco días en la cárcel de Asturias tras haberse decretado su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, por el presunto asesinato de su hija.

Dicen que está ausente. La mujer, de 48 años, no declaró ni en la comisaría ni ante la jueza. Solo dijo, cuando la Policía entró en el piso, que había tomado barbitúricos. Pasó aquella primera noche en el Hospital de Jove, bajo observación, para ser trasladada a la mañana siguiente a las dependencias policiales. Ya en la cárcel, se le ha aplicado el protocolo antisuicidio y la primera noche la pasaba acompañada de una interna de confianza en una celda acristalaba del área de ingresos.

En el inmueble, en el que levaban viviendo de alquiler desde agosto, apenas conocían a la madre y a la niña. Los agentes consiguieron entrar en el piso al filo de la medianoche. Cuando detuvieron a Noemí M. L. estaba tumbada en la cama, junto al cadáver de su hija, que falleció de una parada cardiorrespiratoria provocada por la ingesta de barbitúricos que presuntamente le suministró su madre el sábado, el día anterior al terrible hallazgo. El hermano de la mujer fue quien se puso en contacto con la Policía para dar la voz de alarma.

Justo dos días antes, el 27 de octubre, un juzgado de Segovia resolvía definitivamente sobre la guarda y custodia de la niña, cuyos padres estaban separados desde julio de 2018. Noemí M. L. se había trasladado a vivir desde Segovia a Gijón en dos ocasiones este a año y, en la última, había alquilado el piso de El Llano. El juzgado, que también resolvía sobre el traslado de la mujer a Gijón, acordaba otorgar la guarda y custodia de la niña al padre, Eugenio García, al entender que «la menor tenía sus raíces en la provincia de Segovia, a su padre, a su familia extensa, colegio, vecinos y amigos y ese interés superior de la menor es el que debía primar».

Los progenitores de Olivia venían encadenando, desde su separación en 2018, decenas de denuncias mutuas. La niña, como comunicaba la Audiencia Provincial de Segovia el pasado jueves, había estado viviendo con la madre desde la ruptura del matrimonio «sin que constase que hubiese sufrido perjuicio alguno en su desarrollo o estuviese mal atendida».

El padre explicó que el pasado viernes le comunicaron que le concedían la custodia de la niña. Por esa resolución judicial, los fines de semana alternos y los puentes le correspondían a su exmujer. «Te veo el martes», dijo haberle dicho a la niña cuando se despidió de ella para dejarla a cargo de su madre. Olivia asistía desde el pasado verano al colegio Corazón de María de Gijón, pero durante sus primeros años escolares había sido alumna del colegio Claret de Segovia, en el que ya estaba escolarizada de vuelta.

Era una niña muy querida por todos. En el pueblo segoviano de su familia paterna, Torrecaballeros, la conocían como la «pirata» por su gusto por los juegos de piratas. El martes la despedían en la iglesia del pueblo. «Nunca te olvidaremos pirata», se podía leer en las coronas de flores que se colocaron en su recuerdo en los diversos actos de despedida, y de repulsa por su muerte, que se celebraron en Segovia. La familia de Noemí M. L. también quiso estar presente en el funeral por la niña, que fue enterrada el pasado martes en el cementerio del pueblo de su padre. Días después, el padre de la niña les mandaría un mensaje de apoyo. Hay dos familias rotas por la muerte de Olivia. «La única culpable de lo que ha ocurrido es la madre y ellos no tienen la culpa», aseguró el padre, que espera que la justicia actúe de manera ejemplar.

La Fiscalía había pedido para Noemí M. L. el ingreso en prisión provisional, sin fianza, por el posible riesgo de fuga y ante la gravedad de los hechos, «que sin perjuicio de la calificación posterior podrían constituir un delito de asesinato, con la agravante de parentesco, y lo elevado de las penas que, en caso de condena, podrían imponerse a la detenida».

La acusación particular que ejerce el padre pedirá la pena máxima, la prisión permanente revisable. La primera condenada en Asturias a la pena máxima que existe en España fue Silvia Acebal en 2021 por un delito de asesinato con la agravante de parentesco por asesinar de 53 puñaladas a su bebé recién nacido en Gijón en 2019. En España, la primera mujer a la que se impuso esa pena fue Ana Julia Quezada, condenada en 2019 por asesinar a Gabriel Cruz, el hijo de su pareja.