Alejandro Díaz Castaño: «Uno de los objetivos del FICX  es ser el lugar en el que las distribuidoras de nuestro país descubren joyas»

Marcos Gutiérrez GIJÓN

GIJÓN

Alejandro Díaz Castaño en las oficinas del Festival Internacional de Cine de Gijón
Alejandro Díaz Castaño en las oficinas del Festival Internacional de Cine de Gijón Natalia Casado

El director del Festival Internacional de Cine de Gijón habla con La Voz acerca de la 60 edición del certamen, que comienza mañana, y que ya ha recuperado la plena normalidad tras la pandemia

10 nov 2022 . Actualizado a las 12:36 h.

Estos días son de los de «cosquilleo en el estómago», reconoce Alejandro Díaz Castaño, director del Festival Internacional de Cine de Gijón. El certamen celebra este año su 60 edición y lo hace plenamente recuperado de los efectos pandémicos. Una edición que se desarrolla con el objetivo de «crecer y contribuir a que las salas de exhibición recuperen lo antes posible las cifras de antaño» y, asimismo, «ser el lugar en el que las distribuidoras de nuestro país descubren joyas que después pasarán a formar parte de su catálogo».

-¿Cuántos nervios hay estos días en las oficinas del FICX?

-Los habituales en estas fechas, aunque diría que esta vez son menos porque al fin estamos libres de las restricciones relacionadas con la pandemia, las cuales han sido muy complejas de gestionar. Pero sí, ese cosquilleo en el estómago forma parte de la emoción que supone ver materializado el trabajo de todo el año, y creo que me preocuparía no llegar a sentirlo algún día (ndr: risas).

-La 60 Edición del Festival Internacional de Cine de Gijón ofrecerá este año la posibilidad de asistir a más de 250 proyecciones ¿Se puede decir que la plena normalidad ya ha llegado al festival?

-A nivel organizativo sí, pues no parece que vayamos a tener que afrontar nada parecido a una reducción de aforos o a una limitación de horarios de apertura, pesadilla a la que los festivales nos hemos enfrentado durante los dos últimos años. A nivel de asistencia de público, el objetivo es crecer y contribuir a que las salas de exhibición recuperen lo antes posible las cifras de antaño.

-¿Hay optimismo de cara a ver las salas llenas?¿Cómo está funcionando la preventa?

-No creemos que la calidad e importancia de un festival se mida en meras cifras y no estamos obsesionados con las asistencias, pero sí que las observamos sobre todo para ver si hay que reforzar a nivel comunicativo algunas de las propuestas del programa. Por el momento los datos de la preventa son alentadores y somos muy optimistas porque palpamos en el ambiente las ganas de volver a las salas para disfrutar del FICX, en el que este año disfrutaremos de auténticos momentazos.

-¿Dónde se podrán ver las películas este año?

-Podrán verse en el Teatro Jovellanos, la Antigua Escuela de Comercio, Yelmo Ocimax, el C.M.I. de Pumarín - Gijón Sur, en el Teatro de la Laboral y en las nuevas salas de Ocine Premium del Centro Comercial Los Fresnos. Además, se celebrarán las jornadas FICXPro en la Laboral y habrá actividades complementarias en el C.C. Antiguo Instituto, en Spaces, en el Toma 3 y en otros puntos de la ciudad.

-¿Se echa de menos una sala de un tamaño, digamos, intermedio para el festival?

-Sí, y no solo para el Festival, sino también para otras muchas actividades que requieren un término medio de aforo entre las 900 butacas del Teatro Jovellanos y las 120 de la Antigua Escuela de Comercio. Está previsto que la sala de Tabacalera llene ese hueco.

-¿Se mantiene la programación online?

-Sí, y además lo hace durante todo el año gracias al canal que el FICX mantiene dentro de FILMIN, portal con el que llevamos colaborando desde 2017 y que cada vez nos reporta más público y visibilidad. Durante la pandemia hubo quien renegó de los certámenes online, asegurando que no eran ‘auténticos festivales’. No es nuestro caso, ya que consideramos que tenemos que convivir con las plataformas. Además, las herramientas digitales son un complemento que nos permite llegar a más público y, sobre todo, a esa cinefilia joven que todos los festivales ansiamos por atraer a nuestras salas de proyección. Las películas del 60 FICX que podrán disfrutarse online se anunciarán próximamente.

-¿Está costando mucho conseguir que la gente vuelva a las salas después de la pandemia?

-No está siendo fácil tanto para los festivales como para el cine comercial, pues ni siquiera las grandes producciones de superhéroes, con sus millonarias campañas promocionales, lo están logrando. Creo que los festivales tenemos un papel esencial en la tarea de favorecer la refidelización del público. Para ello buscamos complementar las películas con encuentros y otras muchas actividades, ofreciendo al público experiencias únicas. Por citar un ejemplo, este año en el FICX se podrá asistir, con entrada gratuita, a una masterclass con el gigante Pedro Costa acompañada de la proyección de su primera película, O sangue. Y se podrán ver «Honor de cavalleria» y «Pacifiction», la primera y la última película de Albert Serra, el mismo día y acompañadas ambas de su presencia. Y se podrá descubrir una joya como «How to Blow Up a Pipeline» de Daniel Goldhaber, que será presentada en Gijón por su guionista y protagonista, Ariela Barer, una de las actrices de la serie de Marvel Runaways. Y se podrá disfrutar de un peliculón como «Mi nombre es Harvey Milk», de Gus Van Sant, con presencia de su guionista, Dustin Lance Black, ganador del Oscar por este trabajo y que también presentará en Gijón su libro de memorias, «Niño de mamá» (Camelot). Por citar solo algunos de los muchos momentos irrepetibles que ofreceremos este año.

-«Armageddon Time», la última película de James Gray con Anne Hathaway, Jeremy Strong y Anthony Hopkins, abrirá esta edición. Hábleme de esta cinta.

-Pude verla en el Festival de Cannes y fue un auténtico flechazo, no inesperado porque soy un gran admirador de James Gray desde los tiempos de «Little Odessa» y «The Yards». Creo que la suya es una de las grandes voces que operan dentro del cine estadounidense de presupuesto medio-alto, y aquí entrega una película muy sentida, muy humanista, muy personal y filmada con la convicción de un maestro. Gran cine, del que mira al pasado, a la propia niñez, y consigue emocionarnos sin trampas sentimentales. Y tiene unas interpretaciones brutales, como suele suceder en el cine de su director, no solo de esos colosos que mencionas, sino también de los intérpretes jóvenes. Sinceramente, no puedo pensar en una película mejor para inaugurar el Festival que «Armageddon Time».

-Los ciclos y retrospectivas este año tienen un marcado acento femenino, con el homenaje a María de Medeiros, los ciclos dedicados a Patricia Mazuy  o a Elina Löwensohn, que recibirá el premio de honor.

-Sí, y considero que son algunos de los platos fuertes de la 60 edición, a los que se une el foco que protagoniza la joven cineasta Lur Olaizola. Desde que gané el concurso público para dirigir el FICX en 2017 se han organizado más retrospectivas dedicadas a mujeres cineastas que en toda su historia reciente. Y poco a poco hemos visto que estas y otras cineastas están triunfando en los grandes certámenes internacionales. El mejor ejemplo es Carla Simón, a quien dedicamos un ciclo con su presencia en Gijón en 2017, antes de triunfar en los premios Goya con Verano del 93 y de su absoluta consagración internacional este año con el Oso de Oro recibido por Alcarrás. Pero hay muchos más ejemplos, como Nuria Giménez Lorang, quien estrenó mundialmente en Gijón la película «My Mexican Bretzel» más de un año antes de recibir las merecidísimas nominaciones a los Goya que cosechó por esta joya. O Elena López Riera, a cuyos cortometrajes dedicamos el primer foco en nuestro país en 2019 y que este año regresa a Gijón para presentar El agua, una de las óperas primas más aclamadas en la última edición de Cannes. Es un orgullo que el FICX sirva como herramienta para vehicular el crucial apoyo que las creadoras reciben por parte de la Dirección General de Igualdad de Gijón y de entidades como la Tertulia Feminista Les Comadres o la Asociación CIMA.

-¿Cuántas películas se ven para componer el cartel de cada año?

-No sabemos la cifra exacta, porque probablemente necesitaríamos un departamento exclusivo para elaborar el recuento, de tantas como vemos (ndr: risas). Pero nos consta que son más de 3.000 los títulos que se valoran entre cortometrajes, largometrajes, películas que se inscriben y obras que vemos en otros certámenes o cuyo enlace de visionado solicitamos a compañías distribuidoras de todo el mundo. Aprovecho para comentar que tenemos un comité de selección estupendo, con Fran Gayo al frente y formado por Yolanda Eiroa, Ricardo Apilánez, Andrea Franco, Lara González Lobo y Lucas Sellán. Los dos últimos tienen menos de treinta años de edad, algo que nos parece fundamental de cara a conectar con nuevos públicos.

-¿Cuántas películas que se pasaron por el festival del año pasado lograron distribución posteriormente?

-Más de una treintena de títulos lograron el estreno comercial en salas y en plataformas tras su paso por el FICX. Este es uno de los objetivos irrenunciables que nos hemos marcado para el Festival: ser el lugar en el que las distribuidoras de nuestro país descubren joyas que después pasarán a formar parte de su catálogo. No queremos basar nuestro interés en los preestrenos, motivo por el que más del 90% de las películas de las competiciones Retueyos y Tierres en Trance, entre otras muchas del programa, no tienen asegurada la difusión comercial en nuestro país. Por eso insistimos en la importancia de ir a ver ‘aquí y ahora’ las películas del FICX, porque no todas serán visibles posteriormente.

-Si tuviera que sintetizar lo que nadie debería perderse de esta edición, ¿qué sería?

-Es difícil ser sintético cuando todas y cada una de las 250 proyecciones que proponemos este año tienen algo especial. Pero me gustaría incidir de nuevo en los focos y retrospectivas. Tener en Gijón a Elina Löwensohn es un sueño acariciado por el FICX desde los años 90, en los que fue musa indiscutible del mejor cine indie estadounidense, y se podrán ver maravillas como sus trabajos junto a Hal Hartley y Bertrand Mandico, o la película vampírica de culto «Nadja», producida por David Lynch. Patricia Mazuy es una de las grandes sensaciones del cine francés del momento, y presentará en Gijón la premiere española de la impactante «Bowling Saturne», que ocupó recientemente la primera página del cuaderno de reseñas de la mítica revista Cahiers du Cinéma. Y Lur Olaizola presentará en Gijón sus tres magníficos cortos, incluyendo su último trabajo, en el que cuenta con el co-protagonismo de una inmensa Ana Torrent.

-¿Hasta qué punto es importante el impulso que supone el apoyo de la Comisión Europea al festival?

-Es un impulso fundamental, tanto a nivel de prestigio como económico, aspecto este último que ha crecido un 20% desde 2021. El apoyo de la Comisión Europea se renueva mediante la presentación de un proyecto que resulta muy largo y fatigoso de elaborar y en el que, además de tener en cuenta cada edición del Festival, la Comisión toma en consideración factores clave como la sostenibilidad demostrable, la calidad de las actividades durante todo el año o el nivel del equipo del festival. El proyecto del FICX ha recibido la máxima puntuación de todos los festivales españoles de su convocatoria, y una de las más altas a nivel continental, alcanzando el 6º puesto de 97 en el ranking europeo de Creative Europe. A esto ha ayudado también nuestro trabajo en red, con colaboraciones pioneras en la compartición de películas y recursos, como la que mantenemos con ZineBi; el programa Crossroads, que cumple ya cinco ediciones de fructífera sinergia con el Festival de San Sebastián; o la red de trabajo Europa Film Festivals (EFF), de la que el FICX es fundador junto a certámenes de Irlanda, Holanda, Islandia, Polonia, Francia, Alemania, Luxemburgo o Grecia, y que este año entregará por primera vez en el FICX un premio económico dirigido a jóvenes cineastas de nuestro continente.