Las palmeras asturianas, atacadas por el picudo rojo: así se le está haciendo frente en Gijón

La Voz

GIJÓN

Un picudo rojo
Un picudo rojo

Con más de 4.300 palmeras repartidas por el concejo, se ha activado un protocolo específico de actuación en parques y jardines tras apreciar un incremento exponencial de la plaga

07 abr 2024 . Actualizado a las 14:11 h.

Las palmeras asturianas llevan años sufriendo la plaga del organismo nocivo Rhynchophorus ferrugineus Olivier, un insecto originario de las regiones tropicales del sureste asiático y Polinesia, considerado uno de los insectos más dañinos para esas plantas, ya que provoca generalmente la muerte de los ejemplares infestados. En Asturias se detectó por primera vez en 2017 y el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA) publicó la resolución por la que se declaraba la presencia de la plaga.

Desde entonces son muchas las palmeras que están sufriendo las consecuencias y están muriéndose. Algunos propietarios particulares tienen que recurrir a empresas privadas para intentar evitar su propagación, algo que conlleva una suma de dinero importante.

El picudo rojo vive y se alimenta en el interior de las palmeras, lo que dificulta su detección mediante una simple inspección visual. Fue detectado por primera vez en España en 1994. Tiene además gran capacidad reproductiva debido a que las hembras realizan puestas de 300 a 400 huevos de media y a que esta especie precisa sólo de 3 a 4 meses para desarrollar todas las fases de su ciclo biológico, lo que significa que pueden tener como mínimo tres generaciones al año.

El Gobierno asturiano no cuenta con datos relativos a esta plaga durante este periodo de tiempo, según han confirmado a Europa Press desde la Consejería de Medio Rural. Los efectos en las palmeras se pueden ver en ejemplares de concejos como Gijón, Villaviciosa, Colunga o Gozón.

Protocolo en Gijón

El Ayuntamiento de Gijón ha afrontado este problema, consciente de la dificultad de hacerle frente, y sí cuenta con un protocolo de actuación contra el picudo en parques y jardines. Según el inventario municipal en todo el Concejo de Gijón hay entorno a unas 4.300 palmeras, de las cuales 500 aproximadamente son de titularidad municipal. La palmeras municipales se encuentran prácticamente en su totalidad dentro del casco urbano, siendo unos pocos ejemplares aislados los que se concentran en espacios municipales dentro del área rural.

Según información del Ayuntamiento, en el año 2022, ante la evolución de la plaga, el aumento de casos observados en ambitos privados y teniendo en cuenta la especialización que requiere el control de una plaga de estas características, se decidió contratar a instancias del Servicio de Parques y Jardines un servicio de asesoría en lucha integrada de plagas. Se buscaba optimizar la eficacia.

Tal y como se preveía por los estudios y observaciones previas, a finales de 2022 la plaga se hizo notar en los principales conjuntos de palmeras de titularidad municipal dentro del casco urbano. La virulencia del ataque es ese momento fue máxima debido a las condiciones térmicas estivales, asociadas al aumento poblacional de larvas, según el ciclo biológico del picudo rojo.

Se apreció un incremento exponencial tanto de los casos como del nivel de afección de los ejemplares urbanos, especialmente en la zona sur en concreto en el entorno del Parque de las Palmeras, donde el nivel de afección de los ejemplares obligó a retirar varios de ellos, al ser considerados como irrecuperables tras lo exámenes realizados.

Ante el alto grado de afección, se iniciaron tratamientos correctivos en Gijón basados en produtos fitosanitarios, aplicando el menconado protocolo. En la primavera de 2023 se observaron varios ejemplares de palmeras dañadas en distintas zonas periorbanas de Gijón (oeste, este y sur) y se decidió establecer una red de rampeo municipal. El objetivo de esta red era el monitoreo y elaboración de datos estadísticos concretos en el entorno que permitan ajustar los tratamientos generalistas a las necesidades concretas de la plaga en Gijón, según han explicado desde el Ayuntamiento.

Pero a pesar de los tratamientos implementados, en octubre de 2023 y coincidiendo nuevamente con la curva de vuelo mas elevada del año, se apreció un elevado numero de ejemplares municipales tratados que presentaban sintomas de afección. En algunos casos concretos el elevado grado de afeccion obligó a modificar los tratamiento programados buscando una reacción de choque. En otros casos, de ejemplares irrecuperables, terminó siendo necesaria la tala por razones de seguridad en el uso de los espacios y para evitar la expansión de la plaga.

Precauciones en la poda

Tras el seguimiento por parte del personal técnico del servicio de Parques y Jardines de Gijón a los distintos tratamientos efectuados se han extraido distintas conclusiones en función de los resultados. Se entiende que a pesar de los esfuerzos por ajustar los tratamientos a las condiciones de la plaga en el entorno concreto los resultados no han sido óptimos o acordes a lo esperado.

Esta situación ha obligado a modificar el protocolo de actuación municipal, para la protección de los ejemplares de Phoenix canariensis afectados por Rhynchoporus ferrugineus, para el año 2024. El procedimiento de inspección de los ejemplares municipales en campo se inicia con una exploración visual de la copa. Se comprueba la presencia de desequilibrios en el desarrollo de la misma, tales como asimetrías o falta de verticalidad en las nuevas palmas generadas entorno a la yema apical. Otro síntoma característico son las mordeduras o acanaladuras en las palmas jóvenes producidas en fase embrionaria, estas acanaladuras son el reflejo de las galerías perforadas en el interior de la yema por la larva de picudo en una fase inicial de generación de la palma.

Posteriormente, cuando se constata alguno de estos síntomas, se hace necesario un examen pormenorizado de la yema para establecer el grado de infestación del ejemplar y en función del mismo, determinar el tipo de actuación a implementar en el ejemplar y su entorno inmediato.

El Ayuntamiento de Gijón cuenta además con información pública con datos de interés a la hora de hacer frente a esta plaga del picudo rojo. Entre ellos están las precauciones en la poda de las palmeras, dado que en esos trabajos se producen sustancias quimicas y aromas que son atrayentes para el picudo. Pueden volar siguiendo el rastro hasta la palmera e infectarla.

Así, desde el consistorio recomiendan, entre otras cuestiones, realizar las menores intervenciones posibles; no cortar nunca material verde, sólo palmas secas; no realizar estas intervenciones en periodos de máxima actividad del picudo en Gijón, como es el verano o principios de otoño; y realizar tratamientos tras cada una de las intervenciones, pulverizaciones con repelentes o productos fitosanitarios.