La Fiscalía mantiene su petición de 10 años para el padre Chus por corrupción de menores

la voz GIJON

GIJÓN

El ex sacerdote Jesús María Menéndez, conocido como Padre Chus, conversa con su abogado, javier Dapena (i) a su llegada a los juzgados de Gijón (Asturias)
El ex sacerdote Jesús María Menéndez, conocido como Padre Chus, conversa con su abogado, javier Dapena (i) a su llegada a los juzgados de Gijón (Asturias) Juan González | EFE

Uno de los dos acusados de la causa, por supuestamente entregar hachís a los menores para que lo consumieran en presencia del excura, aceptó dos años de prisión y al otro le retiraron la acusación por no ver acreditada su participación

18 abr 2024 . Actualizado a las 16:43 h.

La Fiscalía del Principado de Asturias ha elevado este jueves a definitiva su petición de diez años de prisión para el exsacerdote Jesús María Menéndez, conocido como el padre Chus, de 72 años, acusado de corrupción de menores por intentar abusar de adolescentes que visitaban su vivienda y a los que supuestamente facilitaba drogas.

La Sección Octava de la Audiencia Provincial de Oviedo, con sede en Gijón, ha celebrado la segunda y última sesión del juicio que se ha celebrado a puerta cerrada por decisión del tribunal para proteger la identidad de víctimas y testigos.

En la causa había otros dos procesados, de 22 y 25 años, por supuestamente entregar hachís a los menores para que lo consumieran en presencia del exsacerdote, unos hechos por los que la Fiscalía solicitaba inicialmente una pena individual de cuatro años de cárcel.

Sin embargo, el Ministerio Público ha decidido retirar la acusación para el primero de ellos al no ver acreditada su participación en los hechos, mientras que el segundo ha alcanzado un acuerdo por el que admite su autoría en un delito contra la salud pública y ha aceptado una pena de dos años de prisión tras reconocerse su colaboración en la declaración y la atenuante de drogadicción, ha detallado la Fiscalía del Principado de Asturias.

Tres delitos de corrupción de menores

El conocido como padre Chus, que estuvo en prisión provisional por esta causa desde el 13 de noviembre de 2021 hasta el 24 de marzo de 2022, cuando quedó en libertad, está acusado por la Fiscalía de tres delitos de corrupción de menores y otro contra la salud pública.

El procesado, que fue expulsado del clero en 2015 en una decisión adoptada directamente por el Papa al considerar que había llevado a cabo acciones pecaminosas y contra el Derecho Canónico por presuntamente abusar sexualmente de adolescentes de 17 años, ha tratado de rebatir las acusaciones durante la vista oral al defender su inocencia, según manifestó ayer su abogado, Javier Dapena.

Según la Fiscalía, al menos desde 2015, el padre Chus contactaba con menores para invitarles a acudir a su domicilio de Gijón, donde les entregaba pequeñas cantidades de dinero o les facilitaba hachís, que consumían en el salón y en su presencia.

La Fiscalía, que en su escrito de acusación relata tres episodios, sostiene que el exsacerdote pretendía ganarse la confianza del mayor número de chicos posible con la finalidad de abusar de ellos.

En el registro practicado en el piso del acusado el 11 de noviembre de 2021, se le intervinieron algo más de 5 gramos de hachís, que según el Ministerio Público estaban destinados al suministro a menores.

Al margen de la pena de prisión, la Fiscalía pide que el acusado indemnice a tres víctimas con 1.000 euros a cada uno por los daños morales.

Juicio por intento de homicidio

Uno de los jóvenes que acudía a la vivienda del padre Chus fue juzgado hace un año por intentar matar al exsacerdote con un cuchillo, en julio de 2022.

El joven, que expresó su arrepentimiento durante la vista oral celebrada en la Audiencia de Oviedo, asumió su responsabilidad y la Fiscalía decidió rebajar su petición inicial de nueve años de cárcel a los tres años y nueve meses a los que fue condenado por la Audiencia Provincial de Oviedo.

El padre Chus describió al joven, de nacionalidad marroquí y en situación irregular en España, como una persona educada y respetuosa que frecuentaba su casa desde hacía años y relató que la agresión se desencadenó por una cuestión relacionada con la comida un día en el que el acusado «no estaba bien», informa Efe.