El nuevo plan contra el ruido de Gijón, al detalle: menos vehículos privados, controles en bares y mejoras en servicios municipales
GIJÓN
El documento pone especial énfasis en compatibilizar la vida residencial con la actividad económica y de ocio, garantizando una buena calidad acústica en todos los barrios
11 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El Ayuntamiento de Gijón ha aprobado la actualización del Plan de Acción contra el Ruido, un documento extenso y de carácter estratégico que servirá de hoja de ruta para reducir la contaminación acústica en la ciudad durante los próximos cinco años. La propuesta, presentada como un «proyecto de ciudad», busca abordar de forma integral el impacto del ruido urbano, uno de los factores ambientales que más afecta al bienestar y a la salud de la población.
El texto fija objetivos ambiciosos, vertebra decenas de actuaciones y plantea una coordinación interdepartamental que abarque desde la movilidad hasta la gestión de los servicios municipales, pasando por el urbanismo, las actividades económicas, el ocio nocturno y la sensibilización ciudadana.
El plan parte de una premisa clara: la reducción progresiva del ruido exige actuar tanto sobre las fuentes emisoras como sobre el uso del espacio urbano. Entre sus objetivos generales se incluye la disminución continuada de los niveles acústicos, la identificación y tratamiento de las zonas más conflictivas, la implantación de medidas preventivas y correctivas en áreas con superaciones de los límites legales, y la protección de las zonas tranquilas. El documento pone especial énfasis en compatibilizar la vida residencial con la actividad económica y de ocio, garantizando una buena calidad acústica en todos los barrios.
La movilidad, principal causa del ruido en Gijón, ocupa un lugar central en la estrategia municipal. El Ayuntamiento propone reducir el uso del vehículo privado mediante un conjunto de medidas que incluyen la creación de grandes aparcamientos disuasorios, concebidos para que quienes acceden desde otros concejos puedan dejar su coche y continuar en transporte público, bicicleta o a pie. Estos equipamientos estarán asociados a líneas de autobús con elevada frecuencia y a itinerarios peatonales y ciclistas seguros, y se combinarán con otras medidas de desincentivación del acceso al centro, como la regulación del estacionamiento y la pacificación del tráfico. A ello se suma el impulso decidido a la movilidad eléctrica. El consistorio ampliará la infraestructura de recarga en suelo público, facilitará la instalación de puntos privados, creará un registro municipal y establecerá canales de comunicación con operadores y fabricantes para acelerar la transición energética del parque móvil.
El plan también incorpora criterios acústicos en el urbanismo y en las obras. Se exigirá una mejor planificación de los trabajos que generan ruido, la modernización de maquinaria, la adopción de barreras y materiales que mitiguen la transmisión sonora y el reforzamiento del aislamiento en edificios públicos y privados. En el ámbito de las actividades económicas y del ocio, se recogen medidas específicas para controlar los niveles sonoros de locales, terrazas y zonas de concentración nocturna, especialmente aquellas donde el Mapa Estratégico de Ruido ha identificado mayores molestias vecinales. Se prevén campañas y actuaciones de inspección que permitan equilibrar la actividad recreativa con el derecho al descanso.
Uno de los aspectos destacados del plan es la protección y gestión de las zonas tranquilas, tanto urbanas como naturales. El Ayuntamiento realizará análisis periódicos para identificar estos espacios, evaluar sus niveles acústicos y establecer medidas de conservación que garanticen que no aumente la contaminación sonora en ellos. Se trata de áreas que funcionan como refugios acústicos dentro de la ciudad y cuya preservación, según detalla el documento, es clave para el bienestar emocional de la población.
El plan pone asimismo el foco en la ciudadanía. Se reforzarán las campañas de concienciación sobre movilidad sostenible, se desarrollarán programas escolares para educar en el respeto acústico, se impulsarán acciones específicas en zonas de ocio nocturno y se ofrecerá formación a profesionales de sectores relacionados con la generación o control del ruido. La idea es promover un cambio cultural que favorezca conductas responsables en el uso del vehículo, en el mantenimiento de espacios comunes o en la convivencia diaria.
Además de actuar sobre fuentes industriales, comerciales y de ocio, el plan se adentra en la organización interna del Ayuntamiento. Se plantean mejoras en servicios municipales como la recogida de residuos, la limpieza de las vías o la jardinería, incorporando maquinaria menos ruidosa, ajustando horarios y revisando procedimientos para minimizar molestias. También se prevé reforzar el marco normativo y administrativo, mejorar los mecanismos de coordinación entre concejalías y dotar la estrategia de herramientas de diagnóstico y seguimiento que permitan evaluar la eficacia de las actuaciones. El plan incluye indicadores para medir la evolución del ruido y una estructura de revisión periódica que permitirá adaptar las acciones si fuera necesario.
En conjunto, el documento dibuja un proyecto de ciudad a largo plazo. Aunque fija un horizonte de cinco años para sus actuaciones prioritarias, contempla una estrategia continuada que mantiene las siete líneas de trabajo más allá de ese periodo, con el objetivo de avanzar hacia niveles acústicos compatibles con los estándares europeos y con el bienestar de los vecinos. El Ayuntamiento subraya que la lucha contra el ruido no depende solo de las administraciones, sino del compromiso colectivo de empresas, agentes económicos, centros educativos y ciudadanía en general.