«Se me da bien equivocarme con los hombres»

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PINTO Y CHINTO

Marta Sánchez asegura que, fuera de la música, es una buenísima ama de casa

06 nov 2016 . Actualizado a las 10:52 h.

Cada uno tiene sus clásicos. Y Marta Sánchez (Madrid, 1966) es uno de los míos. Así que celebro que me atienda por teléfono desde Miami y me pongo un poco tenso. Hablamos, según dice, mientras conduce para ir a buscar a su hija al colegio.

-¿Cómo le dio por ir a Miami?

-Uf. Es una historia muy larga. Primero porque mi mánager residía aquí y me animó a venir. Y a la pareja que tenía entonces le pareció una idea atractiva. Además, estratégicamente me convenía, porque yo soy una artista de Latinoamérica, que es mi mercado natural. Y también quería cambiar un poco mi vida. Mi pareja me dejó más tirada que una colilla, pero mi hija está contenta con la idea de quedarse aquí. Tiene sus atractivos; pero puesta en la balanza una cosa y otra, me quedo con mi país.

-Profesionalmente, ¿qué está haciendo ahora ?

-Estoy preparando un proyecto con un cantante mexicano que se llama Carlos Henry y grabando un dueto con Vicky Larraz. Y organizando mi cajón de canciones que están sin terminar para un posible proyecto futuro, para mí o para otro.

-Canciones suyas.

-¿No me diga que no sabe que compongo? Porque lo hago desde los tiempos de Olé-Olé. Yo creo que si no sales con la guitarrita, la gente no sabe que compones.

-Acaba de cumplir 50 años. Cuando tenía 20, ¿se imaginaba que llegaría así a los 50? Así de guapa, quiero decir.

-No, no. Pensaba que iría con bastón. Es la ignorancia de la juventud. Pero también tengo que decir que en estos treinta años de carrera me he cuidado mucho.

-Y ya hace 25 de aquel famoso desnudo. ¿Cómo lo recuerda?

-No quiero recordarlo. Me parece un episodio cansino y desagradable. Bastante publicidad gratuita le hice ya a esa revista.

-¿Viene a menudo por Galicia?

-Voy poco. A ver a mi madre y a mi sobrino. Pero no mantengo muchas amistades de antaño. Perdí bastante la conexión.

-Así que morriña, poca.

-Bueno, voy dos veces al año. Y la verdad es que el clima tampoco acompaña, porque en verano las nubes siempre juegan malas pasadas.

-Fuera de la música, ¿qué hace bien?

-Soy una buenísima ama de casa.

-Eso sí que no me lo esperaba.

-Porque es un hombre y no valora ese trabajo. También se me da bien equivocarme con los hombres.

-¿Y qué se le da mal?

-Leer contratos, hacer la declaración de la renta... Y la paella. Se me resiste.

-Pero entiendo que se defiende en la cocina.

-Sí, me gusta mucho. Mi especialidad es el solomillo gallego con mostaza.

-¿Le gusta perder el tiempo o es de esas que no lo soporta?

-Me produce urticaria perder el tiempo. Y cuanto mayor me hago más aprecio el gran tesoro que es el tiempo. Como decía Serrat, «Hoy puede ser un gran día, imposible de recuperar...»

-Pero, ¿no tiene alguna afición desconocida?

-Las aficiones se van descubriendo con el tiempo. Antes pintaba cuadros. Pero los regalé todos y ahora me arrepiento. Porque luego iba a casa de mis amigos, los veía colgados y me decía «¡Qué bueno es este cuadro!». Ahora mismo tengo la pintura abandonada. ¡Ah! También soy muy buena costurera. Y lo que de verdad me gusta es el orden. Si todo el mundo fuera un poco más ordenado, nos iría mucho mejor.

-Recomiéndeme una película.

-Los puentes de Madison.

-¿Tiene tatuajes?

-Sí. Tengo cuatro.

-¿Cómo se lleva con su móvil? ¿Es muy adicta?

-Me gustaría ser un poco menos. Es verdad que, muchas veces, en vez de un libro coges el móvil. Es una tendencia que nos está privando de la conversación. Es muy triste entrar en un restaurante y ver que toda la mesa está mirando al móvil. El móvil nos facilita las cosas, pero deberíamos imponernos alguna limitación.

-¿De qué se arrepiente?

-De no haberme venido a vivir a América cuando tenía 30 años. Y de no haberme valorado más en la vida.

-Déme una canción para formar una «playlist».

-¿Una canción? Mmm. Me he quedado en blanco... Voy a decir una que me pongo muchas veces por la mañana para desayunar y para animarme, Can’t stop the feeling, de Justin Timberlake.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-La honradez. Es una clave detrás de la que viene todo. Tienes que ser honrado contigo y con los demás. Fue una de las cosas que me enseñó mi padre. Y hay muy poca gente honrada de verdad.