Marisol Soengas: «Hacer ciencia es divertido»

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Amparo Garrido

La bióloga gallega, líder en la investigación del melanoma, protagoniza una iniciativa para acabar con los estereotipos sobre las mujeres científicas

05 feb 2021 . Actualizado a las 17:47 h.

Marisol Soengas (A Golada, 1968) es una de las más relevantes investigadoras gallegas. Experta en melanoma, está comprometida no solo con acabar con el cáncer, sino también con los estereotipos de las mujeres científicas. Vital, risueña y competitiva, presume de gallega desde Madrid igual que lo hacía desde Estados Unidos.

-El lunes ponen en marcha una iniciativa para acercarse a los estudiantes.

-Lo promovemos desde Aseica (Asociación española de investigación contra el cáncer) para presentar a las científicas, pero de ahora y de una forma muy dinámica, que se conozcan también fuera del laboratorio. La idea es llegar a niños y niñas en los colegios. Serán 6.500 escolares que de forma telemática se reunirán con 145 investigadoras. Lo singular de esta actividad es que se tratará de un diálogo en el que las investigadoras explicarán cómo empezaron con la ciencia y luego dejamos tiempo para que los escolares puedan preguntar.

-A fomentar vocaciones.

-Desde luego. Se trata de desmitificar que las científicas son personas aburridas. La mayor parte de nuestras investigadoras son muy jóvenes, gente con vidas interesantes, porque hacer ciencia es muy duro, pero divertido.

-¿Queda mucho para conseguir la igualdad entre los científicos?

-Sí que queda. Dos o tres de cada diez puestos de liderazgo están en manos de mujeres. En los últimos cinco años se ha mejorado, pero aún queda mucho.

-En la Wikipedia pone que a los 5 años ya quería ser científica.

-Es verdad.

-¿Qué despertó esa luz?

-En la familia no hay ningún científico. Vino de que me regalaron un Quimicefa por Reyes y me pareció fantástico. Me regalaron también una Nancy, pero me pareció mucho más interesante el Quimicefa.

-Seguro que era muy aplicada.

-Sí, eso siempre. Un poco por mi vena competitiva. Empezó porque un niño me dijo en clase que iba a sacar mejores notas que yo y le contesté que no. Eso fue en cuarto de primaria, seguimos juntos hasta octavo y yo siempre saqué mejores notas, ja, ja.

-Trabajó con Margarita Salas.

-En segundo de carrera me enteré de que había un centro de biología molecular en Madrid. Lo visitamos y, después, como tenía buen expediente, pude trabajar allí. Yo sabía que Margarita era una científica importante, pero no supe lo importante que era hasta que entré en su laboratorio. Fue una suerte. Allí estaban los mejores expedientes de España y ella era la jefa. Me marcó.

-Y luego fue a Estados Unidos.

-Yo tenía claro que quería ir al extranjero. Visitamos a un amigo en Nueva York y allí me quedé. Luego estuve en Míchigan, once años en total. Posteriormente, a mi marido, que es científico también, y a mí, nos ofrecieron unas buenas condiciones profesionales en España y regresamos.

-¿Echa algo de menos de allí?

-Siempre he intentado aprovechar lo mejor de cada sitio en el que he estado. Echo de menos un poco la financiación, pero el nivel de vida aquí es mejor.

-Una chica como era usted, hoy, ¿tendría que irse igual fuera para prosperar?

-En España hay centros muy potentes, entre los mejores del mundo, pero sigo recomendando a la gente que se vaya fuera, porque se aprende. Marca diferencias. El problema no es salir, es volver.

-¿Celta o Dépor?

-Yo no soy nada futbolera, pero si me pregunta eso, digo Deportivo. Soy más de hacer deporte yo. Lo he descubierto tarde, pero siempre digo que estamos a tiempo. He pasado de no aguantar ni cinco minutos corriendo a completar carreras de diez kilómetros. No tengo mucho tiempo pero intento ir al gimnasio.

-¿Qué otras aficiones tiene?

-Me gusta hacer fotos, retratos. Cuando voy a los congresos hago fotos de gente, robadas y que transmitan. Me gustaría dedicarle algo más de tiempo. Me gusta bailar también.

-¿Cómo diría que es usted en pocas palabras?

-Soy muy inconformista, siempre busco algo más. También soy muy perseverante, no acepto el no. Y me gusta colaborar con la gente, formar equipos.

-Sabiendo tanto del melanoma se protegerá a tope del sol.

-Sí, pero no solo por el melanoma, también por otros cánceres de piel y por las manchas. La piel está mejor si no se quema.

-¿Es usted playera?

-Me gusta muchísimo el mar. Es una de las cosas que más echo de menos. Soy playera de andar por la playa.

-¿Sabría hacer un caldo?

-Creo que sí, aunque no como el de mi madre. Unto no suelo traer. Y creo que haría mejor unas vieiras al horno. En Estados Unidos hacíamos queimadas, ja, ja.

-¿Tiene un lugar favorito?

-Sí, la puesta de sol desde O Portiño en A Coruña. Y Baiona, también.

-¿Tiene redes sociales, interactúa mucho?

-Muchísimo, sobre todo en Twitter. Es una forma de dar visibilidad a nuestras actividades.

-¿Es de esas personas que lo primero que miran por la mañana es el móvil?

-Ahí soy culpable. Es parte de nuestra rutina también.

-Si se encontrara hoy con la Marisol de 18 años, ¿qué le diría?

-Que fuese menos tímida, que se atreviese más y que estuviera tranquila, porque se lo iba a pasar muy bien.

-¿Dígame una canción?

-Take a chance on me, de Abba.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-Estar a gusto contigo mismo y ser útil a los demás.