Armando Bastida, enfermero de pediatría: «El chupete debe ser de los padres, no del niño»

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El enfermero Armando Bastida.
El enfermero Armando Bastida.

«Lo de engordar un kilo por mes en el embarazo es una tontería», señala este padre de tres niños, fundador de Criar con Sentido Común, que tumba mitos gigantes en el cuidado de los hijos. «Sentido común es entender que si un bebé llora no te quiere manipular», asegura

01 oct 2022 . Actualizado a las 16:18 h.

No, los niños no lloran para manipularte. No, no tienen que acabarse el plato, ni soportar chiringazos de suero («el suero arrastra los mocos, tragarlos es buena manera de sacarlos») ni que aprender a esperar si nosotros mismos no lo hacemos. Criar con sentido común sorprende en muchos aspectos (y alivia) siguiendo al enfermero y «tripadre» Armando Bastida, que al tener su primer hijo dio un giro a su vida y empezó a profundizar en lo relacionado con la salud infantil. Se arrancó a contarlo en un blog y a raíz de su éxito llegaron el proyecto Criar con Sentido Común y el libro Soy papá: guía para criar con sentido común. Cientos de miles de madres y padres tienen sus guías y sus cuentos y siguen hoy en redes sus consejos. El enfermero influencer señala evidencias como el ninguneo a la conciliación en los Presupuestos Generales del Estado o la falsedad de mitos aún persistentes, como el que apunta que lo idóneo en el embarazo es engordar un kilo por mes. 

Cuanto más contacto tengas con tu bebé, mejor desarrollo tendrá, asegura este profesional que defiende que la «mamitis es maravillosa» y nos previene de recurrir al chantaje utilizando a los Reyes Magos («si les decimos 'Los Reyes te vigilan', les empujamos a esconder sus errores»).

—¿Qué es educar con sentido común? Porque es, a veces, ese es el menos común de los sentidos...

—Cualquiera te dirá que educa con sentido común, y puede estar haciendo algo muy distinto al vecino, que también te dirá que educa con sentido común. El marco al que me refiero tiene que ver con explicar cómo son los bebés, por qué hacen lo que hacen. Sentido común es, por ejemplo, entender que un bebé cuando llora no te quiere manipular. Un bebé no te puede manipular, porque para hacerlo debe tener un desarrollo cerebral que no ha alcanzado.

—Una etiqueta nueva: bebés de alta demanda. ¿Cómo son?

—Este es un concepto que debería no existir. No es un diagnóstico médico, pero te ayuda a entender que es un niño con alta demanda afectiva. Son bebés que necesitan mucho los brazos de su madre o de su padre.

—Si cada vez que llora les coges en brazos, muchos dicen que les consientes...

—Ya no solo que les consientes, sino que provocas una dependencia. Si la sociedad se confabula para decirte: «Lo haces mal, es culpa tuya», la expresión «bebé de alta demanda» ayuda a defenderse. La etiqueta desaparecerá cuando desaparezcan de una vez estas otras: «Es un bebé muy llorón», «es muy dependiente, caprichoso»... Quítale todas esas viejas etiquetas y entiende que es un bebé que te necesita mucho. Y ya está.

—¿Qué estamos olvidando de los niños? A veces les vemos como si fuesen adultos. Si se mueven porque llevan media hora sentados, ¡nos extraña! Los expertos advierten sobre un sedentarismo anormal en los pequeños. ¿Se mueven menos de lo que necesitan para crecer bien?

—Parece que no recordamos qué es ser niños. Yo hago la analogía de: «Tienes un cachorro humano». Hasta los dos o tres meses tiene que estar con la madre, sácalo mucho a la calle, ¡que si no te destroza la casa!... Pues más o menos lo mismo con un niño pequeño. Parece que al bebé humano le podemos hacer todas las perrerías que se nos ocurran: dejarle llorar, dejarle metido en la cuna aunque proteste, no sacarle a la calle porque hace frío... Tiene que salir a la calle, tiene que desfogar. Un niño de 5 años debería estar casi todo el día moviéndose. ¿Cómo pretendes que esté una hora sentado? Los colegios del norte de Europa hacen una hora de patio.

—Tumbas mitos que son un lastre, como que los bebés duermen del tirón...

—No es frecuente que el bebé duerma del tirón. El problema es que los bebés no saben que tenemos que trabajar. Estamos teniendo hijos en una sociedad que ya no los espera, porque tenemos un permiso de solo 16 semanas. Con 16 semanas, un bebé no duerme toda la noche. Si reduces tu jornada, afecta al salario. El permiso de maternidad debería ser mayor e igual en los primeros dos años del niño deberías poder tener una reducción de jornada sin que afecte al salario. Si consideras importante la salud emocional del bebé y de sus padres, adapta los horarios al bebé. Aquí lo que hay es: si tienes un bebé, te espabilas. Y nos inventamos un problema como «insomnio infantil por malos hábitos adquiridos». Y una legión de madres y padres dejan llorar a sus bebés por las noches convencidos de que es lo bueno. Con esto se solucionaba el tema del trabajo, pero lo que el niño aprende es: «Por más que llore no me atienden».

—Como madre, me interesa mucho ese mito de que se debe engordar solo un kilo por mes durante el embarazo.

—Es una tontería soberana. Una gestante no puede pasar hambre, una mujer no puede estar a dieta en el embarazo, la quema de grasa origina ciertas toxinas que pasan al bebé. En mujeres de peso normal, lo normal es engordar entre 12 y 18 kilos, y en mujeres con sobrepeso, el límite puede estar en cinco.

—¿La mamitis es peligrosa?

—La mamitis es maravillosa.

—Un caso práctico. ¿Qué hacemos si no comen cuando toca y a la hora nos piden galletas?

—Igual en casa no tiene que haber galletas, pero se les puede ofrecer pan, frutos secos, fruta... siempre que sea saludable. No conozco a ningún adulto que diga: «Hoy pescado, que lo odio, y como no le como, me lo pongo para merendar».

—¿Hay que forzarles a acabarse el plato?

—No, porque la comida no tienes que tirarla, se guarda, y no vale lo de: «En África hay niños que mueren de hambre». No se van a salvar porque el niño se acabe el plato. Y ves a gente obesa dando consejos. No hay que perseguir a los niños con la comida. No veo a los padres persiguiendo a los niños para que beban agua ni diciéndoles: «¡Acábate el vaso, que hay lugares donde hay sequía!». Beben si tienen sed.

—¿Se ha descuidado la atención pediátrica con la pandemia?

—Se ha desatendido todo. Han aumentado mucho los casos de cáncer, porque hay muchas pruebas que se han dejado de hacer. Nuestra calidad de vida ha empeorado sustancialmente, porque en un año nos hemos centrado en el covid. Pero, claro, la salud no es solo la ausencia de covid.

—Nos dicen que los niños son más resilientes, pero aumentan los ansiosos. Cada vez sufren males mentales a edades más tempranas.

—Hay niños que lo han pasado muy mal con la pandemia con eso de: «No te acerques a otro niño», «no les prestes»... Los niños pequeños necesitan el contacto, la experiencia. Y no tienen herramientas para sobrevivir emocionalmente a esa carencia de contacto. El aprendizaje en la primera etapa es vivencial, no va de fichas o vídeos.

—¿Mejor sin chupete?

—Ni sí ni no ni todo lo contrario. El problema es que el chupete se usa demasiado, demasiado tiempo, y esto genera afectación en la boca. Un niño de teta no necesita chupete. Pero sobre todo hay que ser consciente de que el chupete debe ser del padre y de la madre, no del niño. Se lo damos para que se calme si no tenemos otra forma, pero en el momento en que el niño se calma los padres debemos recuperarlo. Eso de ponerle el chupete prendido a la ropa para que lo tenga a mano no.

—Es muy habitual oír eso de: «Si siempre que llora le das teta, te usa de chupete». Si no usas chupete, seguramente vendrá una abuela a decirte que te vendría bien...

-El chupete no puede ser lo primero. Si cuando llora le das chupete, siempre que llore lo querrá chupete y su primera opción deberían ser los padres. Y ya después, de manera indiscutible, cuando hay muelas, en torno a los 15 meses, debe desaparecer el chupete.